La prisión de Logroño sufre una falta de personal importante. En estos momentos, la plantilla ronda los 250 profesionales pero los sindicatos CSIF y ACAIP-UGT alegan que «no son suficientes».
La representante sindical de CSIF en la cárcel de Logroño, Marí Cruz Lázaro, detalla que faltan entre 37 y 42 funcionarios en la plantilla.
El miembro de la Ejecutiva nacional de Acaip-GT y Coordinador territorial del sindicato de la cárcel de Logroño, Mariano Sanz, asegura que siempre hablan de una ausencia de medios materiales pero «la falta de recursos humanos es muy evidente. Además, la plantilla está muy envejecida, ya que la media de edad está en torno a los 50 años». Por eso, este sindicato demanda más personal y critica que sus condiciones laborales han ido empeorando.
En este punto, ambos representantes denuncian la falta de profesionales médicos en la prisión de Logroño. Recuerda que se han jubilado los tres que teníamos, así que no tenemos ningún médico en la plantilla desde hace un mes y solo les han concedido un contrato menor para contratar a un medico durante seis horas semanales, concretamente, los lunes y martes durante tres horas cada día. «Es insuficiente y el resto lo quieren cubrir con telemedicina», señala. Aparte, informa que la plantilla cuenta con tres enfermeras fijas y otras que suelen ser de prácticas.
Sanz denuncia que la asistencia sanitaria primaria está «totalmente pérdida» porque «un médico que solo va los lunes y martes durante tres horas cada día en una cárcel con más de 300 internos, no puede controlar ni pasar consulta de una forma regular para ver todos los problemas de salud que puedan tener los internos y hacerles un seguimiento». «La asistencia sanitaria está totalmente abandonada y se recurre muchas veces, cuando no queda otro remedio, al hospital», indica.
El motivo de esto, explica Cruz, es que una enfermera no puede prescribir ninguna receta, así que «si tiene mucho dolor, le mandas al hospital para que le receten algún medicamento. La parte negativa de esto es que esto provoca que el hospital se sature».
Plazas. La delegada de CSIF, Mari Cruz, indica que la solución para resolver estos problemas de escasez de plantilla y que sea más amplia sería «sacar más plazas de funcionarios desde Madrid pero no lo hacen».
También aboga por una mejora de las condiciones laborales, ya que «cuando la gente no está contenta en un centro penitenciario, esta se convierte en un lugar de paso, como pasa en Logroño». «Solo nos quedamos los que llevamos toda la vida en Logroño», apunta.
Por eso, advierte de que puede que se saquen plazas para funcionarios en Logroño pero «en comparación se van más personas trasladas a otros centros y nos quedamos con carencias».
El motivo por el que los trabajadores suelen irse de la cárcel de Logroño son que «hay poca gente, no se puede coger días libres porque no se pueden cubrir los diferentes turnos, el ambiente que se genera es raro porque te enfadas al hacer un trabajo que no deberíamos hacer por el tipo de presos que hay y en otras regiones se cobra más».
Por otro lado, ambos sindicatos reclaman que los funcionarios de presiones tengan la condición de agente de la autoridad, y más seguridad para el personal laboral de cocina, los servicios sociales, el personal sanitarios, los agentes sociales y los trabajadores para que «no haya un funcionario que tenga que controlar a un total de 100 presos», indica Cruz.