Duro y contundente golpe al narcotráfico en la capital riojana y en la vecina localidad alavesa de Oyón. Pasadas las cinco de la madrugada de ayer, unos cien agentes pertenencientes a la Unidad de Acción Rural, a Seguridad Ciudadana de La Rioja, Navarra y Álava, además del grupo de Delincuencia Organizada y Antidroga alavés de la Guardia Civil, desplegaban un amplio dispositivo trazando un triángulo casi perfecto entre el portal número 10 de la calle Estambrera, en Cascajos, el número 20 de la calle Ebro, en el barrio de San Antonio, para cerrar el trazado lineal del operativo con la intervención en tres pisos próximos entre sí situados en la calle Cigüeña 16, Avenida de la Paz 55 y la calle Cervera 8. Todo ello ocurría aún de noche y de forma sorpresiva y simultánea. Al mismo tiempo, el Instituto Armado se desplegaba también en dos viviendas de Oyón.
La macrooperación, que se ha desarrollado de forma conjunta entre la Guardia Civil de Álava y La Rioja, deja al menos 10 detenidos, según los datos del Instituto Armado. Todos ellos de origen magrebí e integrantes de una red criminal dedicada al narcotráfico de hachís y 'coca'. Pocos datos más han transcendido de un operativo que permanece abierto y que mantiene en secreto las actuaciones. En cualquier caso, la propia Benemérita no descartaba a media tarde de ayer nuevas detenciones.
Todo ello en una mañana de sobresaltos y de una amplia expectación a pie de calle. En avenida de la Paz 55, hasta seis agentes provistos de pasamontañas y, alguno fuertemente armado, custodian la salida y acceso al portal para sorpresa de transeúntes y vecinos. La misma imagen se repetía en el número 16 de la calle la Cigüeña, ambos inmuebles en las proximidades de Mercadona. Un hombre, también de origen magrebí, mientras camina por el céntrico bulevar de avenida de la Paz esboza, quizá sin tanta sorpresa, un «ufff, ahí vive...».
Cerca ya de las ocho de la mañana llegan los primeros datos del continúo goteo de detenciones en la calle Ebro, Oyón y Estambrera. En el cogollito de pisos intervenidos del barrio San José, al este de la ciudad, los arrestos se demoran. «Estamos esperando a que traigan a los perros» para la detección de droga, armas y dinero.
Una vecina, ataviada con el típico atuendo musulmán, sale del portal de avenida de la Paz acompañada de sus dos hijos. El más pequeño, que camina de la mano de su madre, de repente y sin previo aviso, corre a abrazar a un guardia civil. Éste, sin dudarlo, y dibujando una sonrisa visiblemente evidente a pesar del pasamontañas, le devuelve el gesto de cariño ante la mirada atónita del resto de agentes.
La Policía Local realiza desde la distancia funciones de apoyo en cada uno de los inmuebles.
El movimiento de vehículos oficiales se traslada al número 8 de la ca Cervera situada entre las estrechas bocacalles de la Cigüeña y al margen de miradas indiscretas. Pasados unos minutos de las nueve de la mañana, los agentes leen los derechos al inquilino del piso y lo trasladan, detenido y esposado, con destino a la Comandancia de Duques de Nájera.
Puertas abiertas. Las sospechas recabadas de forma previa al operativo indicaban que el grupo asentado en Logroño y Oyón podría «mover mucha cantidad» de droga. No trascienden más detalles. La discrección en la calle Cervera se torna en todo lo contrario en avenida de la Paz. Un joven mira de reojo al pasar junto a un agente provisto de arma de fuego y sin dudarlo, regresa sobre sus pasos para afirmar con cierto aire chulesco: «Es un simulacro». Un guardia civil le pide el DNI y le invita a abandonar el lugar. Los vecinos se muestran sorprendidos porque «no sospechábamos nada». La expectación crece en avenida de la Paz. Una mujer de cierta edad, al percatarse de la presencia policial se excusa con un «voy a Mercadona».
Mientras tanto, el movimiento de agentes para bloquear el paso de ciudadanos vaticina otra detención. Medio centenar de curiosos espera la escena desde el bulevar. Cerca ya de las diez de la mañana, los agentes acompañan al arrestado hasta el coche oficial. Son, al menos, diez detenidos en un operativo que asesta un duro golpe al narcotráfico y que sirve, de alguna manera, de jornada de puertas abiertas para la Guardia Civil en otro despliegue, esta vez de amabilidad, con vecinos, trabajadores y ciudadanos. En principio, la jornada tumba una importante red de tráfico de droga pero habrá que esperar al cierre de la investigación para ver si también cae por otros delitos.