Carlyle, la firma estadounidense de capital riesgo propietaria mayoritaria de Codorniu, ha abierto un proceso para evaluar distintas opciones estratégicas que incluyen la posible venta de la histórica bodega catalana, propietaria de Bodegas Bilbaínas. La operación, según publica Expansión, se encuentra en sus primeras fases y forma parte de la rotación de activos típica de los fondos de inversión y, al parecer, pretenden deshacerse del 68% de su partición mayoritaria de Codorniu.
Aunque ni Carlyle ni Codorníu han realizado aún comentarios oficiales sobre el proceso, fuentes del sector apuntan que el negocio está en un punto álgido, con perspectivas muy positivas. En su último ejercicio fiscal 2023-2024, la empresa cerró con una facturación de 232 millones de euros y un beneficio récord de 39 millones, lo que marca los mejores resultados de los últimos diez años. Además, estos números suponen un crecimiento del 30% respecto a los niveles precovid, antes de que Carlyle tomara las riendas de la compañía catalana. La compañía generaba entonces 26 millones de beneficio operativo, frente a los 50 millones que se propone alcanzar a corto plazo, por lo que lo que busca maximizar el valor de Codorníu.
El fondo de capital riesgo adquirió en junio de 2018 el 55% del capital de la firma catalana, propiedad hasta entonces de la familia Raventós, con una valoración total de unos 390 millones de euros. La compra de Bodegas Bilbaínas, que se materializó unos meses después, formaba parte de esta operación, en tanto que la valoración de Codorníu incluía a sus 10 bodegas, incluida la riojana, la única cotizada de todas, y que fue valorada por el fondo de inversión en 20 millones de euros.
Codorníu había adquirido Bodegas Bilbaínas en 1997, cuando lanzó una opa por unos 28 millones. En 2015, amplió su presencia al 93% al comprar la participación de Kutxabank, que no alcanzaba el 6%%, por 2,75 millones.
Sede social en Haro. Codorniu fue también una de las principales compañías, y desde luego la más destacada de las que eligió La Rioja, para abandonar Cataluña a consecuencia de la «incertidumbre política y jurídica» en la que se encontraba sumido dicho territorio a consecuencia del procés.
Aunque mantuvo la estructura operativa de producción de sus bodegas, fue en octubre de 2017 cuando el consejo de administración del grupo Codorníu Raventós decidió trasladar su sede social de Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) a Haro, una presencia que no ha trascendido que haya cambiado.
Carlyle en La Rioja. El fondo de capital riesgo norteamericano Carlyle, uno de los mayores del mundo, es bien conocido en los círculos económicos riojanos por sus operaciones de compraventa en empresas que tenían carácter familiar antes de su intervención.
Carlyle, junto al fondo de capital riesgo Mercapital, adquirió el 79 % de las acciones de Arsys en una operación valorada en 160 millones de euros, participación que vendió en 2013 a a 1&1 (United Internet), líder mundial en alojamiento web y servicios de dominio.
Dos años más tarde, en 2015, se convirtió en accionista mayoritario del grupo Palacios, abandonando la empresa alimentaria en 2019. Los fondos de inversión MCH y Ardian se hicieron con a compañía por 250 millones.
Fue en 2018 cuando adquirió Bilbaínas y en 2022 volvió a diversificar su inversión con la compra del 70% del accionariado de Garnica Plywood por 500 millones de euros.