Las mejores y más monumentales batallas ya pueden disfrutarse en Dynasty Warriors: Origins. Un juego con una narrativa que hunde sus raíces en la historia y la leyenda de los Tres Reinos de China y que reinventa sus orígenes.
Esta nueva edición es una auténtica declaración de intenciones de por qué esta serie ha cautivado a millones de jugadores durante décadas. Además, se da la circunstancia de que en PS5 este título alcanza cotas de espectacularidad que harán temblar hasta a la consola.
El primer impacto es visual. Dynasty Warriors: Origins aprovecha al máximo la potencia de la PS5 para ofrecer escenarios que son auténticos espacios únicos. Campos de batalla que se extienden hasta donde alcanza la vista, castillos imponentes que se alzan sobre el horizonte y multitudes de soldados que chocan en combates frenéticos. La sensación de estar en medio de una guerra épica es palpable, y el DualSense añade una capa extra de inmersión con su retroalimentación vibrante, que hace que cada golpe y cada flecha se sienta como que ha sido de verdad. Pero no todo es puesta en escena, este juego exige también estrategia, reflejos y, sobre todo, pasión por la acción desenfrenada.
Además, la jugabilidad sigue siendo el corazón de la experiencia, y aquí es donde brilla con luz propia. El sistema de combate ha sido pulido hasta alcanzar un nivel de refinamiento que lo hace accesible para los recién llegados, pero lo suficientemente profundo para satisfacer a los más veteranos. Las combinaciones de ataques son fluidas y satisfactorias, y la introducción de nuevas mecánicas, como habilidades especiales vinculadas al contexto del campo de batalla, añaden una capa estratégica que enriquece cada enfrentamiento.