El portavoz de la Asociación de Vecinos de Los Lirios, Enrique Cabezón, explica que la creación de una farmacia en su barrio corrige una injusticia histórica desde que se construyó esa zona de la capital riojana.
«La no existencia de una farmacia incumplía la Ley de Farmacia vigente en La Rioja, que marcaba unas distancias máximas de 800 metros, y en nuestro caso, había más de un kilómetro hasta la farmacia más cercana», recuerda.
De hecho, apunta que este problema se hizo todavía más evidente durante la pandemia de la Covid-19, cuando tenían que cruzar un cordón policial hasta la farmacia más cercana.
«Hemos luchado por ello durante los últimos años y por eso, es una alegría que esto se vaya a corregir», subraya.
Cabezón remarca la evidencia de que Logroño no puede sostenerse en un sistema de suburbios debido a su tamaño. «Entendemos que dentro del desarrollo del barrio y de las peticiones para lograr dotaciones, la farmacia y el consultorio médico van a dar un servicio que es necesario para que Los Lirios estén en igualdad de condiciones con los otros barrios de la ciudad».
En este punto, recalca el sinsentido que supone que una ciudad que ha alardeado de ser una 'Ciudad cuarto de hora', los vecinos de Los Lirios tuvieran media hora andando hasta llegar al centro de salud de Joaquín Elizalde.
Por todo esto, la Asociación de Vecinos de Los Lirios solicita que su barrio sea como un pueblo en el que viven más de 3.000 habitantes, ya que «a nadie se le ocurriría que en un pueblo como Aldeanueva o Cenicero no hubiese un colegio, un centro medico o una farmacia». «No queremos más que los demás, sino lo mismo», concluye.