Lo de la ESO, en primaria

Mónica Burgos
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La comunidad educativa detecta en primaria problemáticas, hasta ahora, propias de etapas posteriores, y señala como causa el uso en exceso y normalizado de las redes por menores.

Begoña, la coordinadora de convivencia del CEIP Vuelo Madrid Manila, con los alumnos del centro - Foto: Ingrid

Nos encontramos en primaria conductas disruptivas y problemas propios de secundaria». Begoña es la coordinadora de convivencia, bienestar y protección del alumnado en el CEIP Vuelo Madrid Manila, colegio en el que es tutora del primer ciclo de primaria desde hace ocho años, dos como coordinadora.

«La sociedad ha cambiado una barbaridad» expresa, y destaca la aparición de problemáticas de enorme magnitud desde edades tempranas. «Estamos viendo autolesiones incluso desde quinto y sexto de primaria, y las conductas suicidas ya empiezan también en esta edad, al igual que el abuso de sustancias».

Conductas en las que tanto expertos como la comunidad educativa coinciden en su origen: las nuevas tecnologías. «Cada vez los niños tienen un mayor acceso a muchísima información y sin control familiar» señala.

Las redes sociales se han convertido en una de las principales fuentes de información para los menores, además de ser su principal fuente de ocio. Así lo asegura Juan Latasa, profesor de Servicios a la Comunidad en SIES Villamediana de Iregua-IES Comercio, «los ejemplos que aprenden los menores de las redes tienen que ver en gran medida con la estética, como por ejemplo la moda de darse martillazos en las mandíbulas para que se vean mas marcadas, y lo llegan a ver incluso como una conducta normalizada».

Las redes sociales generan también en los menores necesidades que, indica Latasa, no son proporcionales a su edad, así como también «genera una cultura de imagen que desvirtúa la educación integral de las personas».

«El otro día tuvimos un menor que estaba involucrado en consumos de cubatas, tabaco y creemos que porros» cuenta Latasa, así como que, tras preguntar sobre sus vías de ocio al menor, su respuesta fue nula «dijo que no tenía alternativas, que no hace nada, su ocio es el móvil y la play».

 A causa del cambio. Los centros se encuentran en primera fila como espectadores de estas problemáticas, y aunque la inclusión del coordinador de convivencia es un paso a favor, dicen, necesitan más «necesitamos analizar una conducta a nivel funcional, pasar de una conducta disruptiva a generar una conducta adaptativa» indica Begoña. 

«En la sociedad actual cada vez hay más problemas de ansiedad, de estrés, ese es el ritmo en el que estamos metidos en el trabajo y el que tenemos de vida, y para los niños el aula es como un micro universo pero es un reflejo de esto, por eso hay que actuar» concluye.