"No levantes el tono de tu voz...mejora tu argumento". La célebre frase del clérigo y pacifista sudafricano bien podría adjudicarse al mediador de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja. Una vez más, y van unas cuantas, la figura del único agente en Logroño con la necesaria formación para afrontar y apaciguar situaciones límite volvió a constituir un nuevo éxito. Nadie resultó herido y objetivo cumplido.
Pasadas las 20.15 horas una llamada al 112 pone en guardia a los servicios de Emergencias quienes trasladan el aviso a la Jefatura Superior de Policía. Al otro lado del teléfono una madre y su hijo, un menor de corta edad, piden auxilio. Ambos permanecen encerrados en el baño de su domicilio ante las amenazas de su pareja y padre del pequeño. Lograron encerrarse en el baño mientras el hombre golpeaba la puerta, amenazante, con un martillo. Fueron algo más de veinte minutos desesperados ante la actitud agresiva de la pareja.
Sobre las 20.30 horas la primera patrulla de Policía llega hasta el lugar de los hechos, en una vivienda situada en el centro de la capital riojana. La puerta del domicilio, tal y como detallan fuentes próximas al desarrollo de los hechos, permanecía cerrada. Los agentes requirieron al agresor en numerosas ocasiones para que accediera a abrirla a lo que éste se negó. Sin embargo, ese primer contacto verbal sirvió para que el varón se alejara del baño y permaneciera junto a la puerta de acceso al domicilio donde esa primera patrulla intentaba tranquilizarlo y ganaba tiempo hasta la llegada del mediador.
Los servicios de intervención de la Jefatura Superior de Policía permanecían también en el rellano por si la conversación con el agresor no ofrecía los resultados deseados. El primer objetivo, tal y como detallan las mismas fuentes, era mantener al padre junto a la puerta de la vivienda asegurando de esta forma que la mujer y el hijo de ambos permanecieran a salvo.
El negociador, al comprobar que los agentes disponían ya de contacto verbal con el agresor, se introdujo en la conversación intentando en todo momento rebajar la tensión y apaciguar los agresivos ánimos del padre. Durante el contacto verbal, el mediador propuso al agresor que eligiera «¿cómo deseas salir de la casa?». A lo que el padre, con la tensión vivida evidentemente más relajada, respondió que «quiero que al abrir no me pase nada».
Eran las 21.30 horas cuando la puerta del domicilio se abría. El equipo de intervención, sin necesidad de actuar de inmediato, accedió la vivienda y se dirigió al baño con el objetivo de asegurar a la mujer y a su hijo. Mientras tanto, el padre era retenido hasta conocer lo sucedido por parte de la mujer. Tras una primera declaración, el presunto agresor fue detenido en ese mismo momento y sin necesidad de ningún tipo de actuación especial. Fuera esperaban los servicios sanitarios, Bomberos de Logroño y agentes de la Policía Local de la capital riojana. Un amplio dispositivo, algo más de una hora de incertidumbre y tensión que se saldó con un final feliz. Dentro, el tiempo corría despacio, muy despacio desde que la mujer y su hijo pudieron encerrarse en el baño y trasladar aviso al 112.
Antecedentes. Con todo, el informe policial le atribuye un delito de amenazas hacia su mujer y su hijo. En cualquier caso, al presunto autor de los hechos le constan actuaciones previas por un delito similar al que se le atribuye tras los hechos acaecidos en un céntrico piso de Logroño.