El éxito incuestionable de las protestas que los agricultores, ajenos a cualquier adscripción política o sindical, están protagonizando, obligó ayer a las tres organizaciones agrarias (OPA) que les representan, ARAG, UAGR y UPA, a mover ficha y declarar un apoyo decidido y sin fisuras a los miles de profesionales que se mantienen movilizados en La Rioja.
Así lo hicieron sus máximos responsables, Eduardo Pérez, Óscar Salazar, y Néstor Alcolea, respectivamente, que en una comparecencia conjunta en la tarde de ayer defendieron que la unidad de acción que dirige una protesta, que se gestiona minuto a minuto y se coordina vía whatsapp, está por encima de todo, de cualquier sigla u organización.
«La unidad del sector es fundamental», aseguró varias veces Alcolea, una afirmación que secundaron sus colegas. Es por ello que, en función del desarrollo de los acontecimientos, «en medio de una realidad cambiante», podrían replantarse la convocatoria de las movilizaciones 'oficiales', previstas para el próximo martes. «Está siendo un éxito», reconoció Salazar, quien avanzó que consultarán a sus afiliados sobre el desarrollo de la tractorada del martes, cuyos planteamientos no convencen a la Delegación del Gobierno, a quien se los expusieron ayer. «Nos han puesto trabas y no contamos aún con permiso», informaron.
Además de la unidad de acción, las organizaciones sindicales, cuya actuación está siendo estos días cuestionada por los concentrados, insistieron en que están a su lado. «La junta directiva de ARAG y sus socios están en la carretera porque las reivindicaciones que se defienden en la calle son las nuestras», afirmó su presidente, que realizó una apasionada defensa de su linaje agrario, «soy agricultor, hijo y nieto de agricultores», una profesión que ve inviable que puedan perpetuar sus hijas.
Mea culpa. Las OPA, que dijeron que el 99% de los agricultores están afiliados a alguna de ellas, reconocieron que, en cierta manera, los acontecimientos les han sobrepasado, y se mostraron «permeables» a las exigencias de sus socios. Sin perjuicio de ello, argumentaron que, como organizaciones representativas del sector que son, deben seguir un conjunto de protocolos para desarrollar sus movilizaciones, normas de las que están ajenas las manifestantes espontáneos, cuyo comportamiento defendieron. «Salvo momentos puntuales, ha sido siempre ejemplar», señaló Eduardo Pérez, que aprovechó para pedir disculpas por los inconvenientes que pueden sufrir los ciudadanos. Al respecto, Alcolea apeló a las fuerzas de seguridad a que «sean comedidas y proporcionales» y censuró el trato dado el martes por la Policía Local de Logroño a un manifestante.
Con la misma tabla reivindicativa que la que se defiende en las protestas, recordaron que llevan cinco años manifestando sus la preocupación y problemática «tan lamentable que vive el sector». «El campo ha estallado», afirmó Salazar, que valoró que las tractoradas están dan voz a las reivindicaciones agrarias y respuesta al «ninguneo político» al que se somete al medio rural. Reiteraron su rechazo a la Agenda 2030 y a una PAC, que, según el líder de la UAGR, ha sido un fracaso, mientras sus colegas desdeñaron el anuncio de la presidenta de la Comisión Europea de retirar la propuesta para reducir a la mitad el uso de pesticidas en la UE, un asunto que, afirmaron, ya le había echado atrás el Parlamento.