Decir 'si quiero' en un altar siempre ha sido una de las decisiones más importantes que una persona ha podido tomar, ya que se supone que el matrimonio es para toda la vida. Pero hay ocasiones que ese amor se acaba y es necesario pedir que se anule dicha unión.
Los datos de La Rioja son muy similares si se tienen en cuenta las estadísticas de los últimos años. El Tribunal diocesano del Obispado de Calahorra y La Calzada Logroño emitió en 2024 siete sentencias de nulidad matrimonial, cinco de ellas a favor de la nulidad y dos a favor del vínculo matrimonial.
La diferencia con los años anteriores es muy pequeña. En el 2023 se dieron cinco sentencias, de las que cuatro fueron a favor de la nulidad y una a favor del vínculo; y en el 2022 se emitieron siete sentencias a favor de la nulidad.
La diócesis reconoce que desconoce los datos del conjunto de España pero «la proporción es muy parecida respecto al número de población, según los números que manejan algunos de los Tribunales diocesanos».
La diócesis informa que el número de solicitudes y sentencias ha disminuido en comparación a las que había 10 o 20 años atrás. La causa de esto es que ha bajado el número de matrimonios debido «a la secularización de la sociedad y la pérdida del sentido cristiano de la vida y de la familia». «Conforme se reduce el número de celebraciones de matrimonio canónico, también es menor el número de causas de declaración de nulidad matrimonial», sentencia.
Motivos. Los motivos de estas nulidades son varios. Un 60% aproximadamente de las nulidades se producen por incapacidad afectiva o psíquica, según la diócesis.
Esta incapacidad, conforme al canon nº 1095 del código de Derecho Canónico, debe estar determinada por patologías o anomalías de la personalidad que «son el sustrato que origina dicha incapacidad», apunta. «Por esto los tribunales cuentan con el asesoramiento de psiquiatras y psicólogos que ayudan con el diagnóstico de las mismas», aclara.
El siguiente motivo por el que se dictan sentencias de nulidad es por la exclusión de la fidelidad de los hijos o de la indisolubilidad del matrimonio. «Quien contrae un matrimonio canónico debe aceptar que es para toda la vida, es una entrega mutua y fiel del uno al otro, y deben buscar el bien del otro y estar abiertos a la vida», detalla.
Esta nulidad matrimonial puede ser solicitada por cualquier persona que haya pasado por el altar, ya que «se debe desterrar la idea de que es únicamente para ricos o famosos». La diócesis añade que hay veces que la nulidad se solicita tras varios años de matrimonio y en otras tras una breve convivencia conyugal.