Al Ayuntamiento de Logroño no le cuadran las cuentas, al menos no lo suficiente para cumplir con los objetivos de estabilidad presupuestaria que exige la ley para las administraciones públicas. Lo dice claramente el interventor general de la Corporación local en un informe sobre la situación económica municipal en el segundo trimestre del año, que el martes irá al Pleno.
«La conclusión del informe de evaluación del Ayuntamiento de Logroño del cumplimiento de los objetivos de la LOEPSF (Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera) para el segundo trimestre de 2024 es la siguiente: No cumple el objetivo de estabilidad presupuestaria», apunta el interventor general, el funcionario de alto rango encargado de fiscalizar las cuentas, en las páginas finales del documento.
La culpa de ese desequilibrio la tienen 771.270 euros de déficit por la diferencia entre ingresos y gastos no financieros, cifrada inicialmente en casi 3,6 millones de euros, aunque reajustada por una previsión de ingresos de 2,8 millones.
A la vista de este balance presupuestario negativo, junto a otros datos que apunta, como un nivel de deuda viva de 60,4 millones de euros, la Intervención General recomienda a los responsables municipales «vigilar» la situación «y en la medida de lo posible revertirla». Para ello, el alto funcionario aconseja, en el informe del que se dará cuenta al Pleno, «seguimiento del objetivo de estabilidad a lo largo del ejercicio, así como la vigilancia de la evolución del ahorro neto».
En el equipo de Gobierno municipal no se cuestiona la conclusión expuesta de forma nítida por el interventor, pero matizan la gravedad del estado de las cuentas. El concejal Francisco Iglesias, responsable del Área de Administración Pública, Interior y Proyectos Estratégicos y recientemente nombrado presidente de Logroño Deporte, explica que el desfase de 771.270 euros entre ingresos y gastos es atribuible a Logroño Deporte, cuyos resultados económicos van dentro de la cuenta general, al ser una empresa pública participada al cien por cien por el Ayuntamiento.
De hecho, ese déficit en la empresa que gestiona las instalaciones deportivas logroñesas ha motivado uno de los principales cambios en el organigrama municipal, con el cambio en la presidencia de Miguel Sáinz por Francisco Iglesias, con el que el alcalde, Conrado Escobar, pretende imprimir una gestión con mayor control económico en Logroño Deporte.
Con todo, para Francisco Iglesias, el informe de la Intervención General es «una foto a 30 de junio», no una conclusión definitiva «porque si fuera una foto a 30 de noviembre, cuando se cierra el ejercicio fiscal, tendríamos un problema grande». El teniente de alcalde confía en que en los seis meses que quedan de ejecución presupuestaria la situación económica irá mejorando, con ingresos como los previstos, por ejemplo, por agua, basura y alcantarillado, cuyo padrón fue aprobado precisamente este miércoles en la Junta de Gobierno.
Enderezar la situación. «De momento, la situación no es buena, pero tenemos tiempo para enderezarla hasta el 30 de noviembre que es cuando se cierra el ejercicio fiscal», aseguró a El Día de La Rioja Francisco Iglesias, que asegura que ya se está aplicando una política de control de gasto corriente con el objetivo de llegar a fin de año con ahorro neto positivo, que evite el 'fantasma' de que el Ayuntamiento se viera obligado a elaborar un plan económico financiero supervisado por el Ministerio de Hacienda.
De acuerdo con sus datos, en la tesorería hay liquidez suficiente para afrontar pagos. Iglesias señala que el actual equipo de Gobierno lleva desde el pasado año tomando medidas y recuerda que el presupuesto de 2023, que provenía del anterior Gobierno local de Pablo Hermoso de Mendoza no habría podido cumplir la regla de gasto, dado que había una necesidad de financiación (déficit) de 4,7 millones de euros.
Al hilo de ese dato, el interventor hace notar en su informe que en el presente ejercicio, el Ayuntamiento no está obligado a cumplir con la regla general de reducción del endeudamiento neto, «por cuanto no ha tenido superávit presupuestario en el año 2023».
Recuerda el alto funcionario que los ayuntamientos no estuvieron obligados a cumplir los objetivos de estabilidad presupuestaria, deuda y regla de gasto en el periodo 2020-2023 a causa de la pandemia, la guerra de Ucrania y la crisis energética, pero en 2024 las reglas fiscales han sido reactivadas y han de ser cumplidas.