Ezquerro sitúa un posible arranque masivo en un debate europeo

Feli Agustín
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El presidente del Consejo opina que Ias ayudas a la viña son transitorias, destinadas a ganar tiempo

Aspecto de una viña en las faldas del monte Cantabria. - Foto: Óscar Solorzano

«Va un año maravilloso, si no fuera por la crisis del sector». El presidente del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, Fernando Ezquerro, no puede esconder la preocupación de la Denominación ante el incierto futuro al que se enfrenta, no solo este territorio, sino todas las áreas productoras de vino ante el descenso de las ventas. Según los datos de la Organización de la Viña y el Vino (OIV), el consumo mundial de vino en 2023 se estima en 221 millones de hectolitros, lo que supone un descenso del 2,6 % respecto a la ya menguada cifra de 2022, y sería la más baja desde 1996. «Vamos a  ver si con una cosecha corta cambia la dirección del viento, se animan las ventas y nos permita ver algo de luz», confía Ezquerro que, no obstante, reconoce que las cosas «no cambian ni en un mes, ni en tres».

Constata que las ayudas puestas en marcha por las administraciones -vendimia en verde y destilación- son una solución transitoria para «ganar tiempo», pero la dirección que recorre la comercialización debe variar 180 grados. «Son ayudas que tienen un principio y final y hay que cambiar el rumbo de las ventas del sector, que lleva un año complicado», señala Ezquerro, que recuerda que ya se ha constituido una comisión para abordar  la mesa vegetal. Ahora bien, lo que importa es la recuperación de las ventas, que hasta la mitad de julio se mantienen «planas», cifras que «no cambian ninguna tendencia».

 Presidente también de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), relata que la preocupación es general, al menos en el ámbito europeo, y cuenta que en un encuentro mantenido con los otros dos mayores productores de vino mundiales, Francia e Italia, constató que el arranque masivo de viña es una posibilidad que no se antoja lejana.  En el caso del país vecino, los operadores  estiman que habría que deshacerse de hasta 100.000 hectáreas, después de que el año pasado Gobierno y viticultores firmaran un plan para arrancar el 9 % de las viñas de Burdeos, unas 9.500 hectáreas. El presidente del Consejo, que reconoce que es un debate que también se mantiene en España e Italia sin tener aún clara la hoja de ruta, augura que el arranque será una petición que los viticultores galos trasladarán a su Gobierno y que este planteará en foros internacionales.

Considera que el hecho de que el mercado más maduro y de mayor valor esté barajando un arranque masivo es preocupante porque su mero planteamiento descarta que se trate de una caída puntual del consumo, «sino que va más allá». El presidente de la Interprofesional, que evita manifestar su opinión al respecto, «las asociaciones dirán lo que tienen que pensar», es consciente de la dificultad de una remontada de las ventas en una crisis general de consumo.

La campaña. En un plazo aproximado de un mes,  y si se cumple la costumbre, Viñedos de Aldeanueva, la mayor cooperativa de Rioja, iniciará la recogida de la uva en la región, marcando el arranque de la vendimia en la Denominación. La previsión es que la campaña comience en las fechas tradicionales, después de que los dos últimos años las elevadas temperaturas provocaran un adelanto de al menos dos semanas, hacia el 10 de agosto.

Esto es al menos lo que espera el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOCa) Rioja, Fernando Ezquerro, que estima que el proceso se iniciará unos 15 días más tarde que el año pasado.

Con la viña atravesando el proceso de envero [momento de maduración de la uva, en la que cambia de color, las tintas comienzan a adquirir un tono rojizo y las blancas, amarillo], el presidente del Consejo augura una cosecha corta y de una calidad excelente. «Las expectativas de calidad son buenísimas,  impresionantes», relata Ezquerro, que apunta que es una cosecha de estas características «lo que necesita Rioja», con la prevención de la evolución meteorológica con tiempo fresco y contraste térmico.

Explica que la sanidad de la masa vegetal obedece a la inexistencia de graves problemas a lo largo del ciclo de desarrollo de la uva -sí es cierto que se produjeron granizadas al comienzo- y reitera que el año marcha «espectacular», sin que la uva haya requerido la aplicación de tratamientos.