El fin de la pandemia revitalizó el sector de las casas de apuestas y los salones de juego. Las principales empresas operadoras de este tipo de locales, como la española Cirsa, volvieron a los beneficios tras el agujero negro que le dejaron los años del covid. La proliferación de  este tipo de locales es una realidad en las principales ciudades de España cuyas administraciones comienzan a ponerles coto. La Rioja les lleva cierta ventaja. La Ley del juego que aprobó el Parlamento regional el pasado 24 de marzo, ha permitido frenar la apertura de nuevas casas de apuestas y salones de juego. El número de licencias expedidas por el Gobierno de La Rioja, administración competente para ello, se mantiene desde el año 2020 con 35 salones de juego, según los datos ofrecidos por la consejería de Desarrollo Económico. Este tipo de locales había experimentado un crecimiento leve pero continuado desde el año 2015.  Entonces había 18 salones de juego. En cuanto a casas de apuestas, La Rioja cuenta con 5 establecimientos, tres menos que el año 2021; cuatro salas de bingo y ningún casino. 

Celso González, consejero del ramo, asegura que «la nueva ley está cumpliendo con el objetivo de proteger a los más vulnerables del impacto social de los juegos de azar», al tiempo que recuerda que «el número de licencias se mantiene de un año a otro debido al periodo transitorio establecido para su eliminación, en  2029, con lo que no hay un impacto directo inmediato en los empleos del sector».

Cuando el juego ya no es un juego.  El juego forma parte importante del ocio social, pero la adicción a las apuestas destroza a miles de familias. La Asociación de Jugadores rehabilitados de La Rioja les ayuda en ese proceso. Es complicado enfrentarse a una enfermedad en la que todo son estímulos. La adicción al juego ha evolucionado mucho debido a la irrupción de las nuevas tecnologías y las apuestas on line donde hay poco control y resulta muy fácil apostar.

 Por eso, ARJA establece dos terapias diferenciadas para el juego tradicional y presencial y otra, para el juego on line. Aunque la adicción parte del mismo proceso hay importantes diferencias. Alejandra Calle, psicóloga de la asociación, apunta a que el perfil del usuario  es el de «chicos muy jóvenes. Estas aplicaciones y webs ofrecen la posibilidad de apostar en cualquier momento, a través de un click. Además, la apuesta sube a gran velocidad, se puede empezar con 50 céntimos y terminar apostando 100 euros», señala Calle. 

El perfil del jugador presencial es diverso en edad y en categoría social. Las personas que llegan a la asociación son en su mayoría, hombres. «Pero eso no significa que no haya mujeres adictas al juego», señala Inmaculada Alcaide, psicó