La mayor obra hidráulica en décadas en La Rioja, el embalse de Enciso, se prepara ya para entrar en servicio en los próximos meses, una vez superado un proceso de pruebas y ensayos de cinco años desde que finalizaron las obras, 16 años después de que comenzase su construcción y tras casi tres décadas de una compleja historia trufada de complicaciones.
La presa culminará el próximo día 30 la fase de puesta en carga, que conllevó su llenado hasta el máximo de su capacidad y el posterior desembalse, que está ya finalizado, como se aprecia en el vaso prácticamente vacío. Quedaría por delante tan solo la elaboración de un informe final de evaluación.
Con todo ello, el objetivo es que el embalse entre en explotación durante la próxima primavera o como muy tarde en verano, según confirmaron a El Día de La Rioja fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).
El embalse de Enciso, una obra de ingeniería hidráulica muy esperada en Rioja Baja, asegurará el abastecimiento de agua potable en una decena de municipios de la zona suroriental de la Comunidad autónoma, con una población total de casi 80.000 habitantes.
Además, garantizará caudal suficiente para el regadío fundamentalmente de agricultores de la Comunidad de Regantes del Río Cidacos, con un total de 6.000 hectáreas ya existentes y otras 3.000 que ahora son de secano y podrán regarse a futuro.
Llenar y vaciar. La puesta en carga que concluirá en una semana y media es un proceso técnico complejo que tiene como fin comprobar el comportamiento de la presa y estabilidad de las laderas. Para ello, se llena hasta el tope de su capacidad y después se vacía prácticamente del todo. Superada ese prueba, el embalse entra en la fase de explotación ordinaria como infraestructura. Con 105 metros de altura de pared desde sus cimientos y 89 desde el nivel de agua, la presa de Enciso es una de las mayores de la cuenca del Ebro. Permitirá embalsar 46,2 hectómetros cúbicos de agua, de manera que se convertirá en el segundo embalse con mayor capacidad de la Comunidad, por detrás de Mansilla, que tiene una capacidad total de 67,7 hectómetros, y por encima de Pajares (35,2) y González Lacasa (32,9).
El coste final, 122 millones de euros, es casi el doble de lo presupuestado inicialmente. Su construcción ha sufrido distintos paréntesis de parones y reanudaciones de las obras.
Soto-Terroba, pendiente de 2 reparaciones para entrar en carga
Si el proceso de construcción y puesta en servicio del embalse de Enciso ha resultado enormemente complejo, con retrasos y un historial de obras de lo más errático, no lo está siendo menos el de la presa de Soto Terroba, en el corazón de la comarca del Camero Viejo, cuyas obras empezaron en 2008. La infraestructura, que embalsa agua del río Leza entre las localidades de Terroba, aguas arriba, y Soto de Cameros, está pendiente de dos reparaciones de mejora en el desagüe de fondo y de trabajos de auscultación, que podrían durar unos 6 meses. Una vez concluidas, empezará la puesta en carga antes de que termine 2024, precisaron las fuentes de la Confederación Hidrográfica.