La falta de párrocos crea dificultades en los pueblos

David Hernando Rioja
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La Diócesis de Calahorra-La Calzada y Logroño contaba con 256 curas en 2024, mientras que en 2023 había 271. Los motivos de esto son fallecimientos, jubilaciones y salidas por motivos personales

La celebración de una misa en Lardero - Foto: Ingrid

La Iglesia es una de las instituciones más antiguas de la sociedad actual y muy querida entre algunos sectores de la población. Aunque en estos momentos, al menos en La Rioja, está teniendo problemas a la hora de ampliar su plantilla de párrocos y sacerdotes que den la eucaristía en Logroño y en los diferentes pueblos de la región.

El número de sacerdotes y párrocos ha disminuido desde el 2023 hasta ahora. Antes había 169 sacerdotes, 102 párrocos y 256 parroquias, mientras que ahora hay 160 sacerdotes, 96 párrocos y la misma cantidad de parroquias.

Los motivos de este decrecimientos son los fallecimientos y las jubilaciones de estos párrocos y sacerdotes aunque «la jubilación de estos miembros de la comunidad cristiana se produce a los 75 años e incluso alguno, cuando tiene 90 años, sigue ejerciendo», informa el vicario general de la Diócesis, Vicente Robredo García.

El hecho de que haya muchas más parroquias que párrocos y sacerdotes, hace que estos se tengan que encargar de llevar varias parroquias al mismo tiempo. «Aunque los sacerdotes y párrocos cuentan con 10 equipos de misión en algunas zonas que están compuestos por religiosos y religiosas, diáconos permanentes, seglares con formación litúrgica o matrimonios», destaca.

Estos equipos acuden a los pueblos a los que el sacerdote o párroco no puede ir, lo que permite que el sacerdote o párroco pueda ir una vez al mes o cada 15 días. «Esto hace que no falte una celebración de la palabra de Dios, ni la comunicación y ni ese acercamiento entrañable con la Iglesia», subraya.

Esta situación, pese a estos equipos de misión, ha provocado que muchos pueblos pierdan al párroco que tenían solo para ellos. En la actualidad hay muchos pueblos pequeños en La Rioja que el cura que hace los oficios se tiene que desplazar desde el pueblo principal de la zona. 

Algunos pueblos afectados por esto son  Zorraquín, Valgañón, Santurde, Santurdejo, Pazuengos, Las Aldeas, Ojacastro, ya que la misa la da el párroco de Ezcaray o el equipo de misión que le da soporte. Otros pueblos son Cabretón, Valverde, Aguilar del río Alhama, Inestrillas, Navajún, Valdemaderas, a los que acuden los sacerdotes que viven en Cervera. 

Robredo destaca que la Diócesis va paliando esta dificultad jugando con los horarios de las eucaristías de algunos pueblos, y de esta manera, se convocan los sábados en lugar de los domingos. Esta situación distorsiona un poco la actividad de los pueblos pero «ante la imposibilidad de una presencia pastoral, hay que jugar con estas cosas». «Aunque los pueblos tienen mucha paciencia, valoran la eucaristía y a pesar de las molestias, lo aceptan porque ven la dificultad», agradece el vicario general.

La Iglesia trata de combatir este problema intentando captar a jóvenes para que se integren en su institución. Existe en estos momentos un equipo vocacional que dirige el rector del seminario que está trabajando el mundo de los jóvenes y el mundo de la pastoral universitaria; y un grupo de preseminario donde «el rector convoca a los chavales que son monaguillos o que tienen una inclinación vocacional para tener convivencias y campamentos de verano que ayuden a cultivar esa posible chispa de vocación», señala Robredo.

Otro factor importante en esta captación es la red conocida como Nazarred, con la que se implica a muchas personas en este ámbito vocacional; el trabajo de las propias familias y el anuncio en las catequesis a la hora de preparar a los muchachos para la comunión y confirmación. «Aunque todo esto no es sencillo porque la atmósfera cultural no favorece esto», reconoce el vicario general.

Esfuerzos. Estos esfuerzos no están consiguiendo estos objetivos porque «los jóvenes que quieren formar parte de este camino gotean poco a poco». Las últimas ordenaciones, según los datos de la Diócesis riojana, son de personas más adultas. Un ejemplo es un diácono que ha terminado su  carrera de derecho en Pamplona y el curso que viene se ordenará como sacerdote.

Las causas de que pase esto son muchas aunque la principal puede ser que «el mismo proceso de secularización de la sociedad influye mucho».

Desde la Diócesis indican que existe una secularización que «es hermosa y legítima como las leyes naturales están puestas por el señor para que se desarrollen normalmente». «Pero a veces hay un secularismo que va más allá de esa autonomía de las cosas y de alguna forma deja de lado ese matiz eclesial», lamenta Robredo.

Otro motivo es que «las generaciones actuales han perdido ese cultivo sabroso y natural de la oración que había antes». También ha disminuido la valoración que se le da a la eucaristía entre la juventud actual.