La diversidad sexual se refiere a la existencia de múltiples tipos de expresiones sexuales. Consiste en reconocer la libertad sexual y el derecho de cada persona a decidir con quién y de qué manera comparte su vida y sus prácticas sexuales.
La Universidad de La Rioja (UR) ha editado el Atlas de las diversidad sexual, un libro que ha sido escrito por los profesores Enrique Viana Suberviola, Víctor Fernández Salinas e Iratxe Suberviola Ovejas. Esta última pertenece al grupo de Igualdad y Género de la UR.
El doctor en Geografía por la Universidad de Barcelona, Enrique Viana, ha sido el precursor de este libro. Cuenta que el motivo principal de escribirlo era conocer las causas de la homofobia de Estado, es decir, «conocer porque existen países donde la homosexualidad y otras orientaciones sexuales eran ilegales y en otros legales».
La idea, reconoce, era empezar un artículo académico que acabó desembocando en un libro porque «empezamos a recopilar muchos más datos». La conclusión a la que llegamos es que había varios factores principales, como la tasa de fertilidad y la renta percápita.
Explica que los países con un número bajo de hijos por mujer y una alta renta percápita no tienen una economía basada en un sistema tradicional en donde a mayor cantidad de hijos, más próspera era la sociedad. «En el momento en el que una economía ya no depende del número de personas sino de la automatización, ya no existe ese tabú hacia las relaciones sexuales menos procreativas. Al romper ese tabú es cuando la sociedad ha aceptado claramente los derechos de la población LGTBI», indica.
Otro factores claves en la diversidad sexual son el índice de democracia, el indice de internet y la importancia de la religión en la sociedad. Viana detalla que la democracia protege a las minorías, el internet permite a los grupos reconocerse entre ellos y organizarse, a la vez que a la población general reconocerlos igualmente. «Y la importancia de la religión se debe a que normalmente estaban muy atadas a este sistema de creencias tradicional», añade.
Indica que los países más homófobos suelen ser los ubicados en la órbita islámica, ya que «desde Irán hasta Mauritania hay 8 países donde se castiga la homofobia con la pena de muerte». «También hay cerca de 65 países en los que se castiga con pena de cárcel o cadena perpetua incluso», apunta.
Aunque advierte que dentro del mundo cristiano también hay países que penalizan la homofobia porque «antiguamente fueron miembros del Imperio británico y tenían leyes antisodomía». La cuestión, indica, es que en buena parte del mundo islámico en el siglo XIX eran mucho más tolerantes ante la homosexualidad que el mundo occidental, pero «a raíz de la independencia de estos países, que por tratar de identificarse frente a esas potencias occidentales, adoptaron una legislación punitiva ante los homosexuales».
Este experto señala que los países más tolerantes están en Occidente. Sobre todo Europa occidental, Canadá, Estados Unidos.
Avance. Enrique Viana destaca que el avance de la tolerancia hacia la diversidad sexual en el mundo ha sido impresionante en los últimos 50 años. Recuerda que el punto de inflexión fueron los disturbios de Stonewall, donde hubo una serie de personas que denunciaron y protestaron el trato que se les estaba dando en Nueva York. «A partir de ahí se empezó a legalizar la homosexualidad en esa ciudad, algo que fue como un terremoto a nivel mundial», asegura.
España es uno de los países que primero legalizó el matrimonio igualitario y entre un 90 y un 95% de su población acepta la homosexualidad. «Estamos entre los mejores del mundo», subraya.
La profesora de la UR, Iratxe Suberviola, destaca que el avance y el progreso que se ha logrado en La Rioja. «Desde el grupo de investigación de Igualdad y Género de la UR, se percibe una mayor tolerancia y normalización en la población riojana a la hora de aceptar al colectivo LGTBI», remarca.
También explica que su trabajo se ha focalizado en lo educativo y lo social. Recuerda que uno de los últimos datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) fue que la percepción que tienen los jóvenes masculinos es que están siendo discriminados. «Creemos que es por una falta de conciencia de la realidad debido a su juventud, ya que no se han enfrentado a trabajos o crianzas», apunta.
Lamenta que desde que el tema del género «está de moda, ha sido una mala influencia». «Lo que iba a ser algo bueno porque está en todos los debates políticos y educativos, al final no lo es porque no hay gente formada. Muchas veces se incluyen erróneamente asuntos de género y de igualdad que no tienen que ver con estos temas o la aceptación del colectivo LGTBI», critica.