ENTREVISTA. «Sería arrogante negar las nuevas tecnologías»

Mónica Burgos
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El Dir. Instituto de Investigación, Innovación y Tecnología Educativas (UNIR iTED) y vicerrector de Proyectos Internacionales de UNIR, Daniel Burgos, en el día Internacional de la Educación, sobre el papel de la Educación y los retos tecnológicos

Daniel Burgos - Foto: Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)

Daniel Burgos está al día en lo respecto al campo de la investigación, innovación y tecnología, concretamente, en lo vinculado al ámbito educativo. Su cargo como director en UNIR iTED es una clara prueba de ello, así como de su compromiso por trasladar la importancia y contribuir a que estos dos ámbitos, el del desarrollo tecnológico y evolución hacia una educación efectiva y adaptada a la actualidad, vayan de la mano. Es por ello que, para conmemorar el día Internacional de la Educación, Burgos ha sacado un hueco en su agenda para atender a este periódico y hablar del más reciente reto que afronta la educación: la imparable irrupción de la Inteligencia Artificial (IA). 

¿Qué papel juega actualmente la IA en la educación?

Muy incipiente, tenemos que encontrar una forma de integrar la IA generativa en la educación, que es la que ahora preocupa a todo el mundo y está en auge. 

Es una herramienta muy poderosa que está en pañales y que va a crecer, y siempre que desde las instituciones educativas seamos lo suficientemente inteligentes y con mira amplia como para integrarla adecuadamente y que constituya un aliado, representará una ayuda bastante relevante en todas las capas para toda la comunidad educativa. 

¿Qué nuevas metodologías educativas posibilita la IA?

Hemos pasado en pocos años de utilizar únicamente un libro de texto, a que ese libro tenga un respaldo online y una biblioteca de Alejandría con infinidad de afinidades, mapas, juegos... Ahora también gracias a la IA generativa podemos entrenarnos, nos va acotando, aprende más de nosotros, y puede contextualizar mejor la necesidad que tenemos, de manera que podemos tener a mano un entrenador para oposiciones, para un examen, para aprender un idioma, revisión ortográfica, creación de contenidos en múltiples idiomas... Las posibilidades ahora mismo son muy amplias.

¿Cómo puede contribuir la educación a paliar la desigualdad entre la oferta y la demanda de profesionales TIC en el mercado laboral?

La propia tecnología nos puede enseñar las habilidades tecnológicas. Existe un gran desarrollo tecnológico y mucha gente se queda atrás porque no tienen los dispositivos, porque no termina de aprender el funcionamiento, o porque la capacidad y la competencia correspondiente no es fácil de alcanzar, y eso se convierte en una exclusión social que utiliza la tecnología como base, pero realmente la falta de inclusión tecnológica es una exclusión social que los grupos más desfavorecidos sufren, pero también aquellos que tienen diversidad funcional. 

Ser conscientes y utilizar la propia tecnología para  compensarlo es una de las magníficas oportunidades con las que contamos, y contribuye a aprender cosas nuevas que van a ser necesarias para poder aprender, desarrollar y nutrir esa misma tecnología.

Tenemos que utilizar la tecnología para limitar la brecha social y mejorar las posibilidades educativas y de empleo.

¿Cómo se puede garantizar el acceso equitativo a la IA y tecnología para los grupos más desfavorecidos?

No pienso que tenga que ver tanto con la tecnología en sí, es un tema social. La tecnología debería ser una herramienta más, una excusa muy potente, pero si no existe una política detrás poco se puede hacer, hay que incidir en la implementación de las políticas en los colectivos que haga falta y que la tecnología ayude como herramienta, no como objetivo último. 

¿Cuáles son las dificultades de aplicar la IA y tecnología en las aulas?

El cambio. La evolución se viene dando desde hace 30 años con la integración de internet, luego con la pizarra electrónica, el libro electrónico, y en muchos casos los docentes se han mostrado reacios. 

Tenemos unos profesores fantásticos en España, con un grado de integración  y utilización de los recursos, sean muchos o pocos, excelentes, pero eso conlleva una carga de trabajo extra y cuando aparece una innovación tecnológica el problema real es que hay falta de tiempo para formarse y al mismo tiempo llevar el ritmo habitual. 

Las nuevas herramientas como la IA generativa conllevan tiempo de aprendizaje para que el profesor pueda integrarlo, un tiempo que a lo mejor no tiene, así como unos recursos o colectivos en clase de los que igual no disponen. Por eso la clave es la integración de una manera sensata, encontrar el equilibrio. 

¿Cómo encontrar el equilibrio entre la enseñanza tradicional y la basada en nuevas TIC?

Ese es nuestro papel como profesores. Hemos pasado de ser los que lo sabemos todo a los que no lo sabemos tanto. La clave es saber encontrar los elementos que nos da la vida, que pueden estar en internet o en un robot que interviene en clase, y saberlo integrar. Tenemos que ser los directores de orquesta que, sin tocar ninguno de los instrumentos a la perfección, sepamos coordinarlo para que esté bien orquestado. 

¿Cuales son las consecuencias de no abordar a tiempo la integración de la IA y tecnología en educación?

No podemos negar que se vaticina  un cambio radical de cómo concebimos la integración y la producción de conocimiento, que es lo que representa la IA generativa. 

Como educadores no lo podemos negar. Los estudiantes nos necesitan para que estén a la altura del mercado, y sería muy arrogante por parte nuestra pensar que podemos mantener las metodologías de siempre. No podemos seguir formando en el pasado.