Después de largas conversaciones, mantenidas a lo largo de varias legislaturas, parece que será esta en la que los edificios de la Comandancia pasarán, por fin, a patrimonio municipal. El presupuesto del Ayuntamiento de Logroño contempla una partida de 825.000 euros para la «adquisición del edificio de  Comandancia»,  lo que permitiría así cumplir el deseado sueño de varias corporaciones municipales.

El actual equipo de Gobierno y el Ministerio de Defensa tienen muy avanzadas las negociaciones que, en principio, contemplan la venta de los dos edificios anexos al  central, sin uso desde hace una década -el del este- y más de dos -el del oeste-, mientras que el central seguiría albergando el Gobierno militar.

Las conversaciones, que se han mantenido directamente con Madrid, igualmente interesado en deshacerse de los inmuebles, comenzaron, siguiendo un mandato del pleno municipal, poco después de que Conrado Escobar alcanzara la Alcaldía de la capital, en junio de 2023, ejercicio en el que el cambio de manos estuvo más cerca que nunca. Fue, precisamente, su antecesor, Pablo Hermoso de Mendoza, quien, al borde de la finalización de su mandato, firmó un protocolo con el departamento que ya dirigía Margarita Robles en el que se establecía el compromiso de ambas instituciones para articular las acciones necesarias para «estudiar y valorar» la adquisición de varios inmuebles por parte de Ayuntamiento, así como la «valoración de las condiciones urbanísticas actuales y futuras» de dichos edificios.

Este compromiso quedó poco más de un mes después en agua de borrajas, cuando en mayo el Consejo de Ministros aprobó la compra de suelo en desuso del Ministerio de Defensa para construir unas 20.000 viviendas asequibles en 36 municipios, de las que 16 se ubicarán en Logroño, ocho en cada uno de los edificios laterales de la calle Comandancia. El Ayuntamiento no tardó en reaccionar, y el pleno municipal aprobó en septiembre una moción en pleno en el que se informaba al Gobierno de España de la voluntad de Logroño por la «adquisición, permuta o cesión» de los palacetes, que en ningún caso se convertirán en viviendas.

En el mismo acuerdo ya se especificaba que el destino de uno de ellos iba a ser Escuela de Música, aunque no se concretaba qué finalidad iba a dársele al otro. Ahora bien, no parece desencaminado estimar que tendrá un uso cultural. Entre las propuestas que se barajaron hace casi una década figuraba un centro de interpretación de Valbuena.