España vivirá hoy un día histórico y cargado de simbolismo institucional. Un hito, el juramento de la Constitución ante las Cortes Generales de una heredera al trono, Leonor de Borbón, que se produce 37 años después de que lo hiciera su padre, el entonces príncipe Felipe, con un guion muy similar aunque desarrollado en un contexto político totalmente diferente.
Solo existe un precedente anterior: la jura de Alfonso XIII, el 17 de mayo de 1902, en su caso el día que cumplió 16 años y fue proclamado jefe del Estado.
El acto de la princesa tendrá un desarrollo casi idéntico al de Felipe de Borbón en cuanto a la puesta en escena en el Hemiciclo, los saludos a los parlamentarios y la duración, en torno a una hora. También la fórmula de juramento, sin símbolos religiosos, y la Constitución de la que su padre recitó: «Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey».
En 1986, la familia real estuvo al completo en el estrado presidencial del salón de sesiones arropando al hoy soberano, una imagen que solo se dará ahora parcialmente con su hija.
Al él le acompañaron Juan Carlos y Sofía, las infantas Elena y Cristina, además de su abuelo, don Juan de Borbón, que, aunque no reinó, su presencia se interpretó como símbolo de la dinastía. Con la princesa estarán sus padres y su hermana, y Juan Carlos I será el gran ausente junto con la reina Sofía.
El otro elemento diferenciador de ambas ceremonias es el arco parlamentario, bastante más fragmentado y polarizado el actual respecto al de 1986, y en el que una amplia mayoría de los diputados y senadores eran hombres.
González vs Sánchez
El Gobierno socialista de Felipe González contaba con 202 escaños, su techo histórico, mientras que el de Pedro Sánchez, el primero en coalición de la Democracia, acude a la ceremonia en funciones. La II Legislatura estaba a punto de expirar, mientras que la actual está pendiente de que el socialista saque adelante su investidura, para lo que ha defendido la necesidad de aprobar una amnistía de la que reniega González.
En 1986, solo el único diputado de ERC dejó vacío su escaño, además de los dos de Herri Batasuna, mientras que sí estuvieron el entonces lendakari, José Antonio Ardanza, y el president, Jordi Pujol.
Al juramento de Leonor de Borbón sucederá un segundo acto institucional en el Palacio Real con los poderes del Estado con un esquema también similar, puesto que será el momento en que ella tome la palabra. «Quiera Dios que este acto sencillo y emotivo sea el exponente de nuestra unión, a fin de que todos y cada uno, desde el puesto que nos corresponde, podamos cumplir nuestra misión en la paz, en la libertad y en la justicia para el engrandecimiento de nuestra patria», deseó Felipe de Borbón tras recibir el Collar de la Orden de Carlos III, el mismo que se impondrá a su hija.
González habló, como hará Sánchez, y se congratuló de que la España «democrática y libre» apostase «por su futuro constitucional» en la persona del príncipe. «Sabe que cuenta con la lealtad y simpatía del Gobierno», garantizó el socialista.