Luezas 'pasa el cepillo' para poner en valor su iglesia

El Día
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Apadrina una piedra es una iniciativa de los vecinos de esta aldea del Camero Viejo para reunir fondos con los que consolidar las bóvedas y paredes del templo y convertirlo en un centro social

José Miguel Terroba enseña la iglesia de Luezas - Foto: Carlos Caperos

Entre las montañas riojanas, Luezas es un pequeño pueblo que se niega a desaparecer. Lo que un día fue víctima de la despoblación, hoy renace gracias al esfuerzo y empeño de los vecinos que trabajan sin descanso por darle vida y devolverle aquellas tradiciones que habían quedado en el olvido. Desde los años 80 no solo comenzaron a revitalizar las fiestas, danzas y otras costumbres, sino que también solventaron  necesidades básicas como el saneamiento del agua y la luz eléctrica, y restauraron diferentes zonas representativas como el frontón o el cementerio. 

Con esta ilusión, la Asociación de Amigos de Luezas de Cameros se ha aventurado en una nueva iniciativa: Apadrina una piedra, con el objetivo de recaudar fondos a través de su web (luezas.es) para la consolidación de las bóvedas y las paredes  de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, un sueño que lleva años esperando hacerse realidad para muchos de los vecinos. Según expone Charo Rodrigo Terroba, presidenta de la asociación, la preocupación por conservar la iglesia y frenar su deterioro siempre ha estado muy presente en la comunidad por lo que «en 2019 se realizó una primera intervención donde se cubrió de chapa el tejado». 

Ahora, quieren ir un paso más allá y para poder llevar a cabo el proyecto se ha requerido de la colaboración del Gobierno de La Rioja y el respaldo imprescindible del alcalde de Soto en Cameros, Pedro Elías Cristóbal quien señala que a pesar de que después del primer paso, la situación se quedó estancada, gracias a un convenio con la diócesis la iglesia ha pasado a manos del ayuntamiento, quien, a su vez, la ha cedido a la asociación con el fin de garantizar su seguridad y  devolverle un «uso coherente». 

actuación. Para cubrir la ejecución de la obra, es necesario obtener 48.358 euros por lo que desde el Ayuntamiento de Soto, lograron una subvención por parte de El Gobierno de La Rioja que se sitúa en torno al 60% del costo (39.678 euros), pero el resto, 8.680 euros, lo debía aportar el propio ayuntamiento, lo que resultaba complicado teniendo en cuenta sus limitados recursos. «No tenemos esa capacidad», asegura Cristóbal, por lo que llegó a un acuerdo con la asociación en la que ellos se encargaban de tramitar el proyecto y la dirección de obra, y Amigos de Luezas se encargaría de reunir los fondos necesarios.  

Por ello, Apadrina una piedra busca esa diferencia y nace desde los propios vecinos del pueblo y su deseo por preservar el patrimonio. «Me parece perfecta esta iniciativa  porque no solo consigue recaudar fondos para sufragar esta obra, sino que da a conocer un edificio que tiene su importancia arquitectónica a pesar de haber estado abandonado durante muchos años y sitúa a Luezas y a Soto en el mapa», expresa el alcalde.

Por su parte, Rodrigo expresa que al ser una aldea pequeña cualquier acción siempre ha implicado mucho esfuerzo por todo el mundo por lo que se siente orgullosa al ver que la respuesta de los vecinos ha sido ejemplar: «Muchos vecinos hemos dado el primer paso aportando 85 euros cada uno, aunque para conseguir el resto necesitamos más colaboración», destaca la presidenta de la asociación. Y añade que la actuación del alcalde ha sido fundamental para poder llevar a cabo este proyecto. 

Además, como lo que buscan con este espacio es poder realizar «actividades de carácter social como fiestas, comidas, exposiciones o conciertos», una vez se concluya la rehabilitación, la Asociación tiene la intención de organizar una gran celebración como agradecimiento a todas aquellas personas que hayan colaborado. 

«En el pueblo somos muy amigos y la participación es muy activa»
Aunque todavía no ha comenzado la rehabilitación de la iglesia, no faltan más ideas para mejorar el pueblo, comenta uno de los vecinos José Miguel Terroba 

En un pueblo tan pequeño como lo es Luezas de Cameros, no es de extrañar que en las épocas donde los vecinos habitan sus calles, estos terminen por conocerse como una gran familia. En medio de este gran espíritu comunitario, Jose Miguel Terroba, vecino de la aldea y socio fundador de la Asociación de Amigos de Luezas, refleja la alegría colectiva que ha despertado este nuevo proyecto. 

«Para nosotros es un bombazo», expresa con emoción, destacando que la rehabilitación de la iglesia no solo permitirá preservar un patrimonio valioso, sino que brindará un espacio cubierto donde celebrar distintas festividades cuando amenacen las tormentas. «Siempre solemos celebrar las fiestas al aire libre porque no hay más remedio, pero muchas veces por el clima tenemos el inconveniente de tener que estar pendientes de la lluvia», asegura. 

Aunque siempre han contado con 'la casa social', un pequeño espacio donde se realizan actividades y sirve como punto de reunión para los festejos, Terroba reconoce que resulta insuficiente: «Cuando venimos como somos tantos necesitamos más espacio». 

Está claro que la participación vecinal es el motor de Luezas. «El pueblo es muy participativo, estamos continuamente haciendo trabajos», afirma, y ejemplifica que «ahora en la ermita están poniendo pladur en las paredes sin ningún tipo de coste». 

«Somos muy amigos y la cultura de participación está siempre presente», destaca Terroba. Sin embargo, el trabajo en Luezas  parece que nunca se detiene porque una vez concluyan con este proyecto, ya tienen en mente otros nuevos como embellecer las paredes y decorarlas. Pero por ahora, el objetivo es claro: reforzar la estructura para garantizar la seguridad y mantener viva la esencia de esta pequeña gran comunidad.