«Vemos un machismo, homofobia y discurso de odio creciente»

Mónica Burgos
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Fundación Pioneros y Plena Inclusión trabajan para ayudar a la identificación y prevención de conductas violentas a tiempo, de las cuales muchos menores «no son conscientes de que están siendo víctimas»

Fernando Pellejero con menores de la asociación - Foto: Fundación Pioneros

La intimidación y el acoso es un problema social que conlleva graves consecuencias para los estudiantes víctimas de esas situaciones. Es esta una problemática generalizada e incluso interiorizada en ocasiones en la vida diaria «la violencia verbal es la más común, es casi cotidiana» cuenta Fernando Pellejero. Es el coordinador del Programa Educándonos, impulsado por la Fundación Pioneros.

«Sabemos que la violencia está creciendo en la sociedad» señala Pellejero, «las chicas suelen estar mucho más discriminadas, la orientación sexual está muy señalada y discriminada, vemos un machismo creciente y discursos de odio que han sido muy crecientes en los últimos años».

Una realidad ante la cual, asegura, es clave la sensibilización social, y es ello en lo que concentran gran parte de su trabajo. Como prueba encontramos su iniciativa en colaboración con Plena Inclusión para la elaboración de una guía de lectura fácil de la Ley de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la violencia, «somos responsables de que nuestros menores sepan identificar la violencia, que se rompa el tabú, no dar misterio a las situaciones violentas, que se hable de ello y no sea algo que ocultar». 

Por ello, el objetivo principal de este trabajo es convertir en accesible desde pequeños algo tan básico como nusetros derechos, «cualquier ley tiene un lenguaje muy técnico, por eso queremos que cualquier persona pueda comprenderla, es la misma ley pero redactada con lenguaje sencillo».

Pellejero trabaja con menores víctimas de diferentes situaciones de violencia, y no solo verbal «también vemos casos que pasan a las manos, casos de violencia sexual, ciber acoso, jóvenes que discriminan...». Situaciones que se dan con frecuencia y en la que, en gran parte de ellas, los menores no son conscientes de lo que realmente sucede «muchas veces no saben que están siendo víctimas, son niños y niñas que no están preparados para asimilar esa situación» y destaca la dificultad de tratar estos casos «cuando te lo cuentan o ves alguna cosa sospechosa te saltan las alarmas, e intentamos hacerles conscientes de la manera menos dolorosa».

Situaciones que aunque no son nuevas, sí que se percibe un aumento de las mismas, consecuencia en parte, apunta Pellejero, de la mayor sensibilzación social, que conlleva una mayor denuncia de las mismas. «Hay muchas conductas que se venían repitiendo de antes, pero al sensibilizar a la gente y enseñar a los niños a cómo identificar y denunciar estas situaciones están saliendo cada vez más».

A pesar de la vulnerabilidad de los menores, Pellejero afirma que nos encontramos ante una generación de jóvenes «más sensibilizados e informados».

desde casa. «Hay muchos casos en los que la violencia viene desde casa» señala Pellejero. Una realidad lamentable, pero realidad en cualquier caso, y es que son muchas las situaciones violentas en las que familiares directos se encuentran implicados.

La manera en la que nos dirijimos a los pequeños también tiene mucho que ver «los jóvenes se sienten invisibilizados, quieren sentir que se les tiene en cuenta, tienen que poder expresarse».