"El PSOE no consentirá que a La Rioja venga menos dinero"

Gustavo Basurto
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Es una figura clave del municipalismo riojano como alcalde de Arnedo desde donde saltó al primer plano de la política regional como portavoz del PSOE en el Parlamento riojano. Ahora aspira a liderar su partido en la Comunidad

Javier García posa para la entrevista. - Foto: Óscar Solorzano

A caba de someterse a la primera gran prueba de fuego como portavoz parlamentario y como aspirante a liderar el PSOE riojano durante el Debate sobre el Estado de la Región de la semana pasada. Al arnedano Javier García (Calahorra, 1982), las tablas en la tribuna de oradores se las dan una ya larga trayectoria, desde que ingresase con 16 años en las Juventudes Socialistas y nueve años como alcalde de Arnedo. Con 42 años recién cumplidos, García lleva todo el verano pateando la Comunidad y testando el sentir de la militancia socialista en su carrera por suceder a Concha Andreu en la Secretaría General del PSOE riojano.

Los ecos del Debate sobre el Estado de la Región resuenan aún. El presidente Capellán anunció matrícula universitaria gratis, becas, ayudas a la compra de coches y al carné de conducir...y Vox le reprocha hacer políticas socialistas. ¿Se lo pone difícil a ustedes para distanciarse del modelo social del PP?  

No, porque uno de los principios de la socialdemocracia es crecer para repartir con equidad; y lo que hace el presidente Capellán no es eso. Él nos habló en su discurso de redistribuir la riqueza, pero está equivocado, porque las ayudas universales, es decir, para todo el mundo lo mismo no es equitativo; puede haber autónomos que necesiten 4.000 euros de ayuda y no 2.100, porque les va peor, y otros que necesiten 150 y no 2.100. Las ayudas que propone, sin progresividad ni criterios de renta, son una redistribución de la riqueza muy populista sin justicia social ninguna.   

A usted se le vio muy propositivo, con ofrecimiento de pactos de región más que con críticas aceradas a la acción del Gobierno. ¿Será el estilo del PSOE riojano si lo lidera usted?

Sí, porque yo me he criado en la escuela municipal, doce años como portavoz en la oposición y nueve como alcalde, y aprendes que hay que llegar a acuerdos y que hay cosas que no tienen ideología, sino que están basadas en el sentido común. 

¿En cuál de esas cuatro propuestas suyas ve más factible un acuerdo con Capellán?

Está muy avanzada la actualización del pacto por las infraestructuras. Le he dicho al presidente Capellán que nos llame a los agentes sociales y económicos y a los grupos parlamentarios para firmar ese pacto renovado y nos hagamos una fotografía que mande un mensaje clarísimo a los riojanos y a Madrid, de que estamos unidos en las reivindicaciones más importantes.

¿Y en las otras cuestiones?

El acuerdo por el sector del vino se lo propuse hace meses y lo rechazó, pero hoy se justifica más que nunca que nos sentemos a debatir sobre el futuro de vino. El pacto por la industria también sería muy importante, porque La Rioja está ocupando puestos bastante por debajo de la media nacional. Y en el acuerdo sobre natalidad, en mi discurso di datos de la evolución demográfica, en la que nos salva la inmigración. Con ese estilo pactista iré al Parlamento y la reunión anunciada por el presidente Capellán. Quiero un PSOE propositivo y útil para los riojanos. 

Usted propuso otro pacto para cambiar la política industrial. Por contra, el PP culpa al PSOE de haber dejado atascadas ayudas de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (Ader). ¿Qué plantea usted?

Los datos demuestran que el Gobierno de Concha Andreu ha sido el que más ayudas ha dado a la industria en la historia de Ader. Tenemos una crítica muy feroz al Gobierno de Capellán, que es la devolución de los 20,5 millones al Estado para comprar suelo a Sepes en El Recuenco, en Calahorra, y La Senda, en Alfaro, para poder bajar el precio a 35 euros el metro cuadrado y competir con Navarra y País Vasco. El Gobierno de Capellán dijo que eso era inviable, pero hemos demostrado que no es así, porque Sepes ya ha comercializado suelo en un 26% a un precio entre 60 y 70 euros, de manera que a 35 hubiera vendido más. Esa devolución fue muy desacertada; esa ayuda venía de alguna manera a cumplir el artículo 46 del Estatuto, porque esos millones que nos dio el Gobierno central solo a los riojanos servían para amortiguar el efecto frontera. Además, el presidente se olvida de que el segundo sector más importante en incidencia en PIB y en exportaciones, que es el calzado, que emplea a casi 3.000 familias, no ha tenido ninguna ayuda extraordinaria.   

¿Y también cree que se equivocó Capellán al recortar el proyecto de la Ciudad del Envase y el Embalaje?

En sus primeros cien días, habló del caos que según él se encontró con el tema de los fondos europeos. El tiempo ha demostrado que ha cambiado el nombre a algunos proyectos y los ha hecho suyos, aunque algunos los ha redimensionado. Y constituyó una comisión de estudio para intentar arrinconar al exconsejero José Ángel Lacalzada y demonizar al Gobierno Andreu en el tema del envase y el embalaje, anunciando presuntas irregularidades e ilegalidades, que no se han demostrado ni constan en ninguna denuncia ante un juzgado, y eso es algo que me duele. Las políticas en torno al envase y el embalaje son muy importantes, porque hay una gran cadena de valor. Nos daremos por satisfechos si ese proyecto, aunque redimensionado por el PP, sale adelante.    

Un sector que lo está pasando mal es el del vino. Usted planteó el jueves en el Debate adoptar medidas estructurales; ¿una de ellas debería ser el arranque de viñedo?

Esa discusión está dentro del sector y del Consejo Regulador y hay opiniones para todos los gustos. El PSOE ha apoyado al Gobierno de La Rioja en unas medidas coyunturales para un problema estructural, como son la destilación y la cosecha en verde, que nos han costado ya 50 millones de erario público y que no se pueden mantener mucho más en el tiempo. Lo apoyamos porque a una herida que se estaba desangrando había que ponerle un torniquete, pero la venda está ya empapada; ahora hay que curar la herida y preservar el sector, por lo que creemos que hay que tomar medidas estructurales. 

¿Ese debate sobre el arranque debería estar ya sobre la mesa?

Habrá que poner sobre la mesa esa discusión sobre si en La Rioja, como han hecho otras denominaciones, entre ellas Burdeos, hay que eliminar masa vegetal; y para eso hay que escuchar al sector. Pero, o hacemos algo o mataremos a la gallina de los huevos de oro, que es el vino, que no solo es la identidad de La Rioja, sino el principal sector productivo. El arranque es una medida que, al menos, es necesario discutir. El problema es gordo, porque el consumo de vino ha bajado una barbaridad. El problema es estructural y hay que ponerle una solución estructural. 

El PP acaba de anunciar un recurso ante el Tribunal Constitucional contra la ley de amnistía en Cataluña. ¿Usted se siente en este asunto más cerca de Sánchez o de García-Page?

Era necesario pacificar Cataluña y una democracia que sabe perdonar es una mejor democracia. Es un problema que hubo en Cataluña, por cierto, bajo un Gobierno de Rajoy, que tardó demasiado en aplicar el artículo 155. La política está para solucionar y la amnistía ha servido para pacificar la situación y desinflamar la fuerza del independentismo, contra el que yo estará siempre en contra. La amnistía es un debate que ya ha pasado y hoy hay un presidente constitucionalista, como es Illa. .

El asunto político del momento es el pacto para una financiación singular para Cataluña. Sánchez ha dicho que habrá más dinero para todas las regiones y que se atenderán las peculiaridades de cada una. ¿La Rioja debe exigir un trato singular por su exposición al efecto frontera con las fiscalidades vasca y navarra?

Sí claro; La Rioja tiene su singularidad, que tiene nombre y apellido: Artículo 46. Procuro ser serio y riguroso y creo que no hay que hablar de política ficción, que es lo que hizo el presidente Capellán en el Debate sobre el Estado de la Región, cuando aseguró que La Rioja estaba en peligro de perder entre 200 y 300 millones de euros ante un modelo de financiación que contenga un concierto catalán; hacer esa afirmación es imprudente e irresponsable. La Rioja merece una financiación justa y bajo este modelo, el de 2009, con Zapatero de presidente y que el PP no apoyó, es con el que mejor le ha ido; somos la comunidad que más euros está recibiendo por habitante, en torno a 3.950 euros, y nunca habíamos tenido tanta financiación como con los gobiernos de Pedro Sánchez. 

Por tanto, ¿no hay motivo para la queja?

Si queremos defender el modelo actual, yo lo defiendo; y si queremos más recursos, también. Ahora bien, lo que pueda venir de más a La Rioja porque el Gobierno de España ponga más recursos, que es lo que ha dicho Pedro Sánchez, y espero que lo cumpla, tienen que ser finalistas, para fortalecer el estado del bienestar, no para que el Gobierno regional haga regalos fiscales a los más privilegiados de la Comunidad, que son el uno y medio por ciento. 

¿Y qué debería negociar La Rioja en ese nuevo modelo?

Cuando vayamos a negociar un nuevo modelo de financiación, vamos a defender más dinero para La Rioja, porque los criterios de dispersión demográfica han variado, porque tenemos un problema demográfico. Y hay que defender el artículo 46 y solo con el PSOE se ha reunido dos veces la comisión mixta (Estado-Comunidad Autónoma). Pongamos sobre la mesa un borrador de convenio con el Gobierno de España que mida las consecuencias negativas del efecto frontera con Navarra y el País Vasco y le ponga cifras. Ese artículo es nuestra singularidad. 

Hasta ahora, La Rioja no le ha sacado mucho partido a ese artículo 46 del Estatuto, que permite reclamar al Estado compensaciones por ese efecto frontera.

No, ciertamente. Pedro Sanz durante muchos años presupuestaba año tras año una millonada por supuestos ingresos del Estado por el artículo 46, que nunca se cumplieron. Luego nos vendieron que Riojaforum había sido financiado y el Banco de España cedido por ese artículo 46, y era mentira, porque nunca se reunió la comisión mixta para acordarlo. Lo más que se ha aproximado a darle sentido al artículo 46 son los 20,5 millones de euros que el Estado nos ingresó para comprar suelo industrial a Sepes y bajar el precio en Calahorra y Alfaro y evitar que las empresas se vayan a Navarra y el País Vasco. Hay que poner en marcha el Artículo 46 y defender que los riojanos tenemos nuestra singularidad y si soy secretario general del PSOE lo defenderé en Madrid, esté quien esté.   

  

Usted confía en lo dicho por Sánchez de que todas las comunidades recibirán más. ¿Desde el PSOE riojano vigilarán que eso sea así por encima de la disciplina de partido?

No consentiremos que en La Rioja se rompa el estatus quo, es decir que venga menos dinero que el que está viniendo. Estaremos vigilantes ante el modelo de financiación y cuando se negocie con las comunidades autónomas, a mí me gustaría que La Rioja llevase una voz única, en la que también participe el PSOE desde la oposición. Pero lo que no puede ser es que La Rioja vaya a dejar de ingresar unos 200 millones de euros en esta legislatura por bajarle los impuestos a las clases más altas, al 1,5 por ciento de los contribuyentes, y luego ir a pedir más dinero al Estado. 

¿Qué compensación pediría usted en la comisión mixta para La Rioja por el Artículo 46?

Yo no lo cambiaría por algo físico, por una obra, yo cuantificaría cuál ha sido el perjuicio del efecto frontera, para hacer una financiación complementaria y extraordinaria, un dinero, finalista o no, para que las arcas públicas del Gobierno de La Rioja tuvieran esa financiación todos los años. 

¿La promesa del Ministerio de Transportes de habilitar trenes que lleguen a Madrid por Rioja Baja en menos de tres horas será realidad a corto plazo?

Yo creo en la palabra del ministro Puente y el presidente también, que creyó al ministro en las razones que le dio, la falta de material rodante, los ritmos...La Rioja necesita más frecuencias y apoyamos las peticiones del presidente. Ya hemos mejorado una por el oeste, con parada en Haro, que fue una petición directa del Partido Socialista. Hacen falta más frecuencias por Rioja Baja, con parada en Calahorra, tanto de ida como de vuelta, y yo confío en que el ministro Puente lo cumpla.  

En la alta velocidad, más allá de reproches entre los partidos políticos, ¿se puede hacer algo para adelantar la entrada de La Rioja en ese corredor antes de 2050?

Espero que llegue antes. Hemos dado pasos importantes, porque tenemos obras en la variante de Rincón de Soto y esa es la llegada de la alta velocidad. Y tanto el proyecto constructivo Logroño-Castejón como el estudio informativo Logroño-Miranda avanzan rápido, dentro de los ritmos que tiene la Administración. Yo soy muy optimista y creo que antes de 2050 podremos tener la alta velocidad en nuestra región. Espero que haya un consenso para que no haya ningún año sin consignación en los Presupuestos del Estado. Ahí también seremos vigilantes.

En política sanitaria, el Gobierno de Capellán saca pecho con la reducción de las listas de espera, que, en parte, atribuye a la recuperación de los conciertos con la sanidad privada. ¿Usted anularía esos contratos si llegase a la Presidencia?

En un año, las intervenciones quirúrgicas se han reducido en 613, lo que significa un tres por ciento. Eso nos lleva a dudar de que se hayan reducido de 120 a 64 los días de espera para los pacientes. Y el presidente Capellán habla de 6.000 pacientes en espera, pero sin embargo en el pliego de condiciones que rige la externalización que hemos denunciado para cuatro años más a la sanidad privada habla de 9.000 pacientes. Si están las cifras de espera tan bajas, la ley no justifica esa externalización. A nosotros no nos gusta esa política de conciertos, porque esconde intereses por intentar beneficiar a determinadas empresas privadas. 

Con el congreso federal del PSOE a finales de noviembre, ¿qué fechas se manejan para el regional?

Los estatutos dicen que entre el tercer y cuarto año se celebra congreso ordinario, y en La Rioja en tiempo ordinario estaríamos en noviembre. Se dice que Pedro Sánchez ha adelantado el congreso un año, pero no es así. Y los congresos regionales se celebran después del federal, por lo que el de La Rioja ha de celebrarse en los 90 días posteriores, con lo cual será un mes o dos después; no lo sé, yo acataré la fecha que decida el partido. Lo que hice es anunciar en julio mi disposición a presentar una precandidatura para poder recorrer en verano las agrupaciones locales y construir un proyecto y un equipo.

De momento no le han salido contrincantes para disputarle el liderazgo del partido en ese próximo congreso, pero aún hay tiempo. ¿Ve a algún compañero o compañera con ganas de postularse?

En el PSOE hay primarias directas y cualquier militante que reúna un porcentaje mínimo de avales se puede presentar. En estos momentos no me consta que vaya a haber más candidatos, pero puede haberlos. Si las hubiese, competiremos con total democracia y la militancia decidirá. 

No es ningún secreto que en el PSOE riojano hay voces críticas con la actual dirección, fundamentalmente en torno al exsecretario general Francisco Ocón. ¿En su candidatura habrá integración de personas de esa corriente?

Aspiro a recuperar un PSOE reconocible en el que se cuiden los afectos, lo que significa que esto, con discrepancias internas, es una familia porque compartimos una forma de ver la vida. He conocido a cinco secretarios generales; a todos apoyé, a todos respeté, con todos trabajé y para todos trabajé, pegando carteles o ensobrando papeletas para que ganasen unas elecciones. No les pido que me apoyen, pero sí que desde su neutralidad me den esa oportunidad que yo en su día les brindé. Conozco el partido y creo que puedo ser capaz de hacer un equipo que cohesione e integre distintas sensibilidades y que tenga claro que el adversario no está en Martínez Zaporta, sino en Duquesa de la Victoria. Yo quiero ganarle las elecciones a Gonzalo Capellán para que La Rioja sea más justa, más equitativa y más moderna.

¿Han perjudicado electoralmente al partido las diferencias internas?

El PSOE si no tiene distintas sensibilidades no es el PSOE. Es bueno que haya discrepancia y a veces se utiliza mal la palabra lealtad, que no es sumisión. Lo que hay hacer es discutir las cuestiones internas dentro del partido y de puertas afuera somos todo una opinión. Yo quiero que el PSOE sea una organización política y social permeable al tejido social y productivo de la región y no una maquinaria electoral. Quiero que el partido tenga órganos internos de discusión, que escuche más a la militancia y a los exsecretarios generales, que funcione el foro de alcaldes y portavoces y montar una escuela virtual de formación de concejales en materia de contratación, presupuestos y de comunicación política. Y quiero un Partido Socialista en el territorio, porque solo desde Logroño no se puede dirigir un partido; y visitar a los compañeros que se parten la cara cada día en los ayuntamientos. Es verdad que en el último tiempo ha habido algunas fracturas en el partido, pero esa página tiene que pasar. Esas fracturas tienen que coserse y volver a una unidad, que no uniformidad.