El festival Los trabajos y las noches le ha devuelto a Logroño, la ciudad de sus abuelos, comerciantes en Portales y en el Mercado de Abastos. Pablo Gil Rituerto (Madrid, 1983) vuelve a sus raíces y lo hace con motivo de la presentación -este martes- de La Marsellesa de los borrachos, su debut en la dirección después de una dilatada carrera como montador, entre otros, de Isaki Lacuesta (serie Apagón), aspirante a representar al cine español en losOscar, Mercedes Álvarez (Mercado de futuros), Marc Recha (Centaures de la nit) o José Luis Guerín (Recuerdos de una mañana o La dama de Corintio), entre otros.
Lleva una veintena de años en Barcelona, donde se formó académica y profesionalmente. Es en la ciudad condal donde ha sido becado por la Academia de Cine Catalán para una residencia bajo la atenta mirada de uno de los muchos talentos surgidos de la ESCAC, la directora Carla Simón. Ahí dará forma a su segundo filme detrás de la cámara, un proyecto de ficción que, «por ahora», lleva el título de Los vagos de la piscina.
Pero antes de ponerse de nuevo a rodar, toca dar a conocer un proyecto personalísimo que ya se ha podido ver en la televisión pública francesa y que, en febrero, se estrenará en salas. «Es una comproducción en la que participan France 3 y TVE. Aunque está hecho para las salas, y ojalá pueda verse en Logroño, el público podrá verlo gracias a la televisión», asume consciente, en cualquier caso, que el festival de cine que se prolonga hasta el próximo sábado «es un buen escaparate». «El circuito de los festivales como éste», explica, «deja espacio para hablar de los procesos de trabajos de los cineastas». De hecho, durante esta semana coincidirá gracias a la programación de esta edición «con cineastas que me interesan como Javier Rebollo, Elena López Riera o Marina Lameiro».
Además de la expectación que despierta la nómina de invitados de esta edición, Gil Rituerto tenía particular interés por estar en Los trabajos y las noches: «Tenía muchas ganas de mostrar la película porque pocas de las películas que he hecho se han podido ver en Logroño».
La Marsellesa de los borrachos es un singular proyecto documental que parte de la tarea realizada por el colectivo turinés Cantacronache que, a mediados del siglo pasado, se desplazó por diferentes partes de Europa (entre ellas la España franquista) y el norte de África «para recuperar las canciones y el folclore partisano». «La labor desarrollada por Cantacronache», informa, «fue la vía de entrada del folclore revolucionario que popularizaron poco después cantantes hispanoamericanos como Víctor Jara, Quilapayún, etc».
El filme, rodado en 2022 y que realiza el mismo periplo que siguió el grupo piamontés (Pirineo, Castilla, Guadalajara, Galicia, Cornisa Cantábrica y salida de España desde Irún), presenta un archivo sonoro que hasta ahora había permanecido inédito. «Podemos decir», agrega, «que es un viaje en dos tiempos».
Al proyecto, a los que se suman los poetas desaparecidos José Agustín Goytisolo, Jesús López Pacheco y Celso Emilio Ferreiro, cuenta también con cantantes de reconocido prestigio como Nacho Vegas, María Arnal, Amorante, O'Leo de Matamá o La Ronda de Motilleja, entre otros, que interpretan diferentes temas y que hacen que esta película documental coral «dé voz a todas las lenguas oficiales del Estado». «Es una historia que te interpela y que te lleva. Simplemente», se despide, «tocaba empujarla para sacarla adelante y, personalmente, estoy muy satisfecho».