El químico riojano Javier García (9/01/1973), actual presidente de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) fue recientemente nombrado como nuevo miembro del Consejo Internacional de Ciencia (ISC) y recibió el Premio Nacional de Investigación 'Juan de la Cierva' en el área de Transferencia del Conocimiento.

La entrevista tuvo en todo momento un tono cercano, y pese a estar de vacaciones, se mostró abierto, dispuesto y agradecido durante toda la conversación, en la que se habló de sus éxitos, sus objetivos y los logros cosechados por la ciencia riojana. 

¿Hace nada fue elegido nuevo miembro del Consejo Internacional de Ciencia. ¿Cómo recibió la noticia? Lo esperaba?

Fue una sorpresa. Recibí un mensaje del presidente del Consejo Mundial de Ciencia que es el organismo que reúne a todas las academias y organizaciones de ciencia de todo el mundo. Me contactó para informarme de que en unas pocas horas lo iban a hacer público. Me hizo una ilusión increíble que a pocos días de Navidad, nuestro presidente me llamara para decirme que me habían destacado entre los mejores científicos de todo el mundo por mis servicios a la ciencia mundial. 

¿Fue un regalo adelantado?

Claro. Estábamos en España preparándonos para ver la lotería de la Navidad. Vino prácticamente como el Gordo de Navidad porque hay pocos reconocimientos tan importantes como este. Además, me hace mucha ilusión porque lo recibo como presidente  de la Unión Internacional de Química. 

¿Qué funciones tiene como miembro de este consejo?

Hoy en día enfrentamos muchos retos como el cambio climático, escasez de recursos o transición energética, entre otros. La única manera que tenemos de conocer la causa de los problemas y de descubrir las soluciones es mediante la ciencia. Este consejo tiene muchas funciones. Primero financiar grandes proyectos de investigación, coordinar los esfuerzos de todos los países y ser la voz de la ciencia para que cuando haya una crisis, sean los datos y las evidencias las que nos conduzcan hacia la toma de decisiones.

¿Se imaginaba llegar hasta este punto tan alto de tu carrera?

De ninguna manera. Uno no busca ni espera los reconocimientos. Es verdad que llevo de presidente de la Unión Internacional de Química unos meses y he participado en muchas reuniones de alto nivel, en proyectos internacionales muy importantes pero nunca esperaba un reconocimiento de este tipo. Pero por eso me ha hecho tanta ilusión, ya que te lo dan tus compañeros. Es un reconocimiento que llega después de unos años muy dedicados a avanzar en el campo de la química.

¿Recuerda cuáles eran sus metas y objetivos cuando empezó en el mundo de la ciencia?

Para mí la química siempre ha sido un juego. Ha sido seguir haciendo explosiones y juegos de colores como cuando era un chaval. Disfruto con la ciencia, es mi forma de relacionarme con el mundo y de buscar soluciones a los problemas que enfrentamos. Creo que la ciencia, más allá de una disciplina, es una forma de vida que nos permite avanzar con el conocimiento, rechazar nuestros propios sesgos y dar luz a la ignorancia. Para mi es una forma natural de trabajar, jamás imaginé llegar hasta aquí. En los últimos años he disfrutado fomentando nuevas vocaciones, intentando que se tomen medidas basadas en evidencias a escala internacional, incidir en la cooperación internacional en ciencia, como el COP28 que busca dejar atrás los combustibles fósiles.

Siguiendo con su faceta de investigador ¿Cuál ha sido el último trabajo en el que ha colaborado?

El último trabajo nos lo publicaron en Nature Communications. Son unos nuevos catalizadores que nos permiten convertir los plásticos en combustibles y en productos de alto valor añadido. Ese es uno de los grandes retos que tenemos por delante, el reciclado de plásticos. Que hacemos con la cantidad ingente de este material que tenemos. Sería una contribución muy importante.

¿Cuándo se podrían obtener beneficios para la sociedad y el planeta de esa investigación?

Estamos trabajando para que sea lo antes posible. Hemos tenido varios proyectos de investigación para continuar con la parte técnica, incluso lo hemos patentado. Estamos en conversaciones con algunas empresas porque no queremos que se quede en una investigación de laboratorio sino que haya empresas que quieran estudiar su comercialización. Para que los descubrimientos lleguen a todo el mundo lo más importante es el emprendimiento científico. Esta es la clave para un futuro más sostenible. Es importante que haya más emprendedores científicos y más jóvenes que lleven las investigaciones y descubrimientos al mercado.

¿Cómo valora el trabajo científico que se ha realizado en 2023 en La Rioja?

Ha sido muy positivo. El departamento de química de la Universidad de La Rioja es una referencia en España y se han hecho grandes avances en tres áreas. En la lucha contra el cáncer, en transición energética y en alimentación y vino.

¿Cuál ha sido la noticia científica que usted más destacaría del pasado 2023?

La noticia del año en química es la creación del Instituto de Investigación en Síntesis Química que se creó hace unos meses en Logroño. Mi petición sería que, además de esa creación, se dedicaran más recursos para dos fines fundamentales. El primero sería para atraer talento joven porque la Universidad de La Rioja genera mucho talento que luego no puede incorporar porque no tiene muchos alumnos. Y el segundo fin sería que dotaran este instituto del equipamiento necesario para que se convierta en el instituto de investigación de referencia nacional e internacional.

¿Hay pocos científicos jóvenes en La Rioja?

Podría haber más. Las plazas que salen de profesores en la universidad están condicionadas al número de estudiantes y eso no crece. Sería bueno crear plazas de investigador en este instituto para que entrara talento joven e investigador.