"El hijo salvó la vida a su madre, sabía lo que hacía"

David Hernando Rioja
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La médico de urgencia, Raquel López, fue una de las profesionales que acudieron a la casa donde una mujer sufrió una parada cardiorrespiratoria. «El niño ha sido muy valiente y me sorprendió su entereza a tan corta edad»

La médico de urgencia, Raquel López, en su ambulancia - Foto: Óscar Solorzano

«Mi madre tiene problemas en el corazón y no responde, no está respirando y no le encuentro el pulso». Esta fue la llamada que el hijo de 11 años de la mujer a la que le dio la parada cardiorrespiratoria el pasado domingo y a la que hubo que trasladar al hospital San Pedro realizó a las 14:37 horas.

La rapidez en estos casos es fundamental para la vida del paciente. Y los profesionales sanitarios del Servicio Riojano de Salud (SERIS) respondieron a la perfección, acudiendo al lugar tan solo tres minutos después de la llamada.

Una de las protagonistas que formó parte de este suceso fue la médico de urgencia, Raquel López, que acudió minutos después de que el niño telefoneara. «La llamada del niño fue muy válida para detectar que la madre estaba en parada cardíaca porque dio la información muy bien. Es sorprendente la calma que tenía para la edad que tiene», subraya.

Esta profesional destaca la importancia de que cuando pasen este tipo de situaciones haya un testigo que «tenga conocimientos para realizar una reanimación cardiopulmonar, incluso siendo un niño de esta corta edad. La parte buena es que estos conocimientos se les quedan rápido a esta edad».

Una vez hecha la llamada, los primeros en llegar fueron la policía y los dos técnicos de la unidad de Soporte Vital Básico a las 14:40 horas. «Estos últimos pudieron ver como el niño estaba haciendo la reanimación pulmonar, para después relevarle. Los agentes de policía, seguido, cogieron al niño y se lo llevaron a una habitación de la casa para hablar con él, calmarle y que no estuviera solo», relata.

El equipo de López llegó a la casa dos o tres minutos después y «entre todos hicimos la reanimación». Fue un momento difícil porque la mujer pudo salir de la parada cardíaca durante unos momentos pero volvió a recaer. «Hasta que finalmente logró salir otra vez de la parada recuperando la circulación. Eso permitió que estuviera estable dentro de la gravedad de la situación, a las 15:05 horas», relata.

López explica que el problema de esas situaciones es que «son muy inestables». En muchos casos depende la patología que haya causado la parada cardiorrespiratoria, ya que «se puede salir bien o mal de ella, o tener unos momentos en los que hay recuperación pero se vuelve a la parada porque el corazón está débil». «Lo positivo de este caso es que todo fue muy breve y en poco tiempo acabó», señala.

Todo esto no hubiera sido posible sin la rápida intervención del hijo al llamar al 112 y saber como reanimar a su madre, así que «le salva la vida». «Aunque luego es vital que llegue un equipo médico para continuar y hacer la reanimación avanzada con fármacos y todo los mecanismos con los que disponemos», aclara.

Raquel López quiso tener un pequeño gesto con el niño para agradecerle todo lo que había hecho y felicitarle. «Había sido muy valiente y lo había hecho muy bien. Gracias a él, la situación había ido bien hasta ese momento. Me dio ternura y me sorprendió la entereza que tenía para ser un niño de tan corta años», apunta.

Esta profesional ofrece dos posibles explicaciones por las que este joven actuara de esta manera. La primera es que «es su madre y es la única persona que tiene aquí en La Rioja»; y la segunda es que la madre ya debía haber presentado problemas similares anteriormente porque «parece ser que no era la primera vez que este niño se enfrentaba a una situación así».

Después de hablar con él y ver lo que hizo, López asegura que este niño da la impresión de que es muy inteligente. «Sabía lo que hacía y lo que estaba pasando perfectamente. Es un niño increíble», afirma.

Satisfactorio. Esta profesional subraya que el aviso fue «súper bien, ya que ha sido uno de mis servicios más satisfactorios». Aunque el único inconveniente fue no poder sacar a la mujer por la puerta de su casa y tener que sacarla por el balcón.

El ascensor era diminuto, por lo que «era imposible bajar por ahí», por lo que «hubo que  solicitar la ayuda de los bomberos para sacarla del edificio por otros medios». Los bomberos y ella misma bajaron a esta mujer con la grúa. «Cuando estábamos abajo, la paciente pasó de la camilla de los bomberos a la nuestra y de ahí a la ambulancia. Ni tocó el suelo», recuerda.

Esta situación demuestra la importancia de que «los colegios impartan este tipo de conocimientos a sus alumnos», concluye.