¿Sus orígenes? El barrio. ¿Y un equipo? El Club Deportivo Villegas. Así se conocieron, en los inicios, Héctor Fernández (Logroño, 1995) y Andrei Lupu (Braila, 1998).
«Nuestras cuadrillas siempre se han conocido a través del barrio y los campus del club, pero solo de vista». Fue a través de un tercer protagonista cuya identidad no será revelada (aunque sí sus iniciales, J.R.) «cuando nos empezamos a juntar». «Somos de la cuadrilla, aunque no solemos quedar mucho. Solo lo hacemos para comer o para cenar». Y cuando lo hacen, tampoco hablan mucho de fútbol: «lo justo». «Qué tal, como vamos y qué hemos o qué no hemos preparado», detalla Fernández, quien matiza que además, «con el móvil es muy fácil mirar cómo va cada equipo y si ha marcado o no».
Anguiano y Unión Deportiva Logroñés se verán las caras este domingo a las 12h en Isla en el primer enfrentamiento oficial entre ambos. Un habitual duelo de pretemporada que este domingo adquiere carácter competitivo, en uno de los partidos más esperados del año para el conjunto serrano. Fernández le tenía especial ganas a este encuentro. Primero, por enfrentarse a su ex-equipo, puesto que el riojano militó en la UD Logroñés en su tercer año como juvenil. En aquel equipo de División de Honor, entrenado por Sergio Rodríguez, el técnico blanquirrojo le regaló el mote de 'Cañón' por el que le conocen ahora en el mundo del esférico. «No me acuerdo por qué, le daría la neura y ya se me quedó», bromea. «Yo le conozco y en el móvil lo tengo guardado como Puyi», exclama a la vez Lupu, cuando ambos llegan a un acuerdo de que ese era su apelativo en la etapa de formación, «por ser central y llevar el pelo largo como Puyol», reconoce Fernández.
Pero no sólo por enfrentarse a la que un día fue su casa. El 'gusanito' va más allá. Radica en poder jugar de manera oficial contra un amigo. Sus posiciones, central y delantero, prometerían una lucha sin cuartel durante los 90 minutos en un escenario que invita a la batalla. El inconveniente, los isquiotibiales de Fernández, que le han alejado más de dos meses de los terrenos de juego «y aún me quedará otro», augura el defensa. Nunca entre ellos han jugado en contra y este domingo tampoco podrá ser. Habrá que esperar al 6 de abril, a la 'vuelta' en Las Gaunas.
Lupu, que tiene un vago recuerdo de jugar un partido en Isla aunque sin aclarar cuál, afirma que «tiene muchas ganas del domingo». «Es que sé lo que me espera, eso va a ser la guerra. En el Villegas nos acostumbraron a jugar a ostia limpia y que gane el mejor. El que más concentrado esté y que menos fallos cometa, ganará el partido», declara sin pelos en la lengua. «Ese juego me favorece, entre comillas. Ellos tienen el balón parado con Emilio, que tiene un guante y es una faceta en la que sacan mucho provecho. Ahora bien, ahí estaremos nosotros para impedir que saquen nada», añade el ariete rumano.
SIETE CONTRA UNA. La de Héctor Fernández es su séptima temporada consecutiva en el Anguiano, la primera en Segunda RFEF, que define como «sorprendentemente buena». El tercer capitán serrano, por detrás Íñigo San Martín y Moha, manifiesta que estos últimos resultados les han dejado «un mal sabor de boca», aunque nadie esperaba los puntos que tienen a estas alturas, con el Anguiano undécimo con 14 puntos.
«Al principio de temporada no lo esperábamos ni nosotros, pero luego según pasan los partidos te vas creciendo y no hay tanta diferencia contra ningún equipo contra el que digas: te has merecido perder. Nos hemos merecido perder porque la hemos preparado nosotros, no porque nos hayan pasado por encima». Más claro, agua. Esos tres partidos que pudo jugar, el central se sintió «bastante cómodo». «Es una categoría mucho más física, pero si entrenas y te preparas bien, puedes alcanzar ese nivel».
Andrei, en cambio, es su primera temporada en la UD Logroñés. Ha caído de pie, pichichi con seis goles y el equipo quinto con 23 unidades. Sincero, reconoce que la sensación de estar en casa «es rara».
«Llevaba desde los 17 años fuera y siempre me he acostumbrado a estar lejos de mi hogar. Este año es todo mucho más tranquilo». Además, para el delantero, lo mejor de estar en casa es "que cuando llego tengo la comida hecha". «¡Y la ropa bien limpia!, le espeta Fernández riendo a su lado». «Llegaba de entrenar y me daba pereza hacerme la comida. Ahora tengo la comida hecha y lo único que tengo que hacer es calentarlo, eso lo echaba de menos».
Pese a su buen hacer en las tareas ofensivas, el equipo blanquirrojo parece no terminar de despegar, con el debe de rendir mejor contra los equipos de la zona alta de la clasificación. No obstante, Lupu explica que él no ve «los fantasmas».
«Todos los partidos que hemos empatado y que parece que hemos jugado fatal, desde mi punto de vista no hemos dado tan malas sensaciones porque es que al analizarlos, no nos han tirado ni a puerta. Entiendo a la afición, porque ya ha pasado por una situación así y es su segundo año en la categoría. Pero creo que tienen que tener paciencia. Estamos en la jornada 12, a cinco del líder. Sinceramente, veo al equipo bastante bien. Es cierto que nos faltan por mejorar y pulir algunos detalles, pero si cogemos una buena dinámica y se dan los resultados, nos vamos líderes en Navidad. Nunca sabes, pero no lo veo tan mal como aparenta. Entiendo que la afición tenga esos fantasmas, pero esto es una temporada y un equipo nuevo al que le faltan cinco partidos de la primera vuelta contra equipos de abajo y toda la segunda», razona sobre la actual situación de la UD Logroñés.
EL DOMINGO. De la cita dominical esperan una bonita pelea. «Eso sí, primero habrá que ver cómo está el campo», apunta el central, que algo sabe de Isla. «Todo depende del tiempo que haga y el agua que caiga. En la primera parte se podrá jugar más o menos, pero en la segunda… poco a poco se irá haciendo cada vez más 'injugable'», se aventura a decir Fernández. «Yo dudo hasta que se pueda jugar en la primera», apostilla Lupu.
El central apuesta por un 2-1, con gol del delantero blanquirrojo. «Que marque al menos y coja confianza con el gol, pero los tres puntos se quedan en Isla». Lupu se mantiene al margen: «no voy a meterme en eso». Héctor Fernández y Andrei Lupu. Andrei Lupu y Hector Fernández, rivales, aunque por encima de todo, amigos.