El casco antiguo de Logroño no solo valora de manera muy favorable la sentencia del Tribunal Supremo  (TS) que pone freno a las viviendas de uso turístico (VuT), sino que «aplaude» una sentencia conocida hace tres días. Así se expresa Celia Serrano, presidenta de la Asociación de Vecinos de Excuevas-Norte-Barriocepo, sobre la decisión de la sala de lo civil del alto tribunal que ha dictado dos sentencias en las que avala el veto de los apartamentos turísticos en las comunidades de propietarios que prohiben expresamente en sus estatutos la utilización de las viviendas para ejercer una actividad económica. El tribunal considera, y así lo recoge expresamente la información facilitada por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que el alquiler de viviendas para uso turístico es una actividad económica.

Serrano  se muestra decididamente contraria a estos pisos, que considera que perjudican al casco antiguo, que necesita «la vida de un residente fijo» y no la de ocupantes de VuT, «que vienen, se quedan el fin de semana y luego se van».

«Los domingos por la mañana es un desfile de gente joven con maletas», apunta esta vecina, que razona que estos turistas no tienen ningún interés en el acontecer del casco antiguo logroñés, «su comercio y su vida» y, por ello, tampoco van a realizar la defensa del mismo. «Ni lo viven, ni lo sienten, ni lo quieren», resalta la presidenta de la Asociación de Excuevas, que destaca que la sentencia, al ser emitida por el Supremo, sienta jurisprudencia.

Argumenta que hay muchas viviendas en el casco antiguo que no se ocupan por residentes permanentes porque sus propietarios piden una suma «desorbitada» para la calidad del piso, en muchos casos, antiguos que no se han actualizado, y critica que se utilicen como si se tratara de hoteles.

Control.Insiste en la conveniencia de que sean ocupados por residentes habituales porque, de ser así, entiende que las calles del casco antiguo volverían a llenarse de establecimientos de alimentación y comercios, como sucedía en épocas anteriores. «En la calle Mayor había tres pastelerías; ahora no hay ninguna», recuerda esta vecina de la calle Norte, que lamenta que «no hay más que bares».«Necesitamos residentes para devolver la vida comercial y social que el casco antiguo ha tenido en tiempos pasados», reflexiona Serrano, que insiste en que los pisos turísticos perjudican al casco antiguo.

Se muestra también partidaria de que la administración realice un control exhaustivo sobre la legalidad de estas viviendas, si están debidamente declarados y cumplen con sus obligaciones tributarias. «Me gustaría saber si todos los pisos turísticos que hay en el casco antiguo son todos legales, porque yo veo más maletas que gente en la calle», señala la presidenta de esta asociación de vecinos de Logroño.

Según los últimos datos difundidos por Instituto Nacional de Estadística (INE), a finales del segundo trimestre del año había en nuestro país 305.136 viviendas turísticas declaradas, una cifra que aún no se había recuperado de los efectos de la pandemia, que mermó considerablemente su cifra, ya que según la misma fuente, había 321.496 de 2020.

La Rioja no ha sufrido dicho parón y su número no ha hecho sino crecer de manera constante, para alcanzar en el conjunto de la comunidad en la actualidad un total de 1.415, de las que la mitad -686- en Logroño. Le siguen en volumen municipios de Rioja Alta, y Haro cuenta con 96, Ezcaray ofrece 81 y Santo  Domingo de la Calzada, 23;eran 1.172 en diciembre del año pasado y 734 en 2018.

La Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur), en colaboración con las 6 ciudades con mayo número de viviendas turísticas: Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, San Sebastián y Valencia, publicó a finales del año pasado un estudio sobre las viviendas turísticas. Impulsado por 32 empresas de toda la cadena de valor turística, es poco complaciente con las VuT y, entre otros aspectos, destaca que generan en promedio 35,9 puestos de trabajo a tiempo equivalente por cada 100 plazas,