Los ayuntamientos del área metropolitana de Logroño diseñan sus fiestas patronales, y no patronales, con la ilusión de cerrar un programa a gusto de todos, pero también a caballo entre la preocupación y la impotencia ante la proliferación de peleas y reyertas. Preocupación porque lejos de acudir a un pueblo en fiestas con el sano propósito del disfrute, las disputas se han convertido en algo más o menos habitual, más aún teniendo en cuenta que los participantes en este tipo de altercados «no tienen en muchos casos ni quince años». Aflora en dependencias municipales una elevada dosis de impotencia por situaciones ante las que los consistorios no pueden más que adoptar medidas puntuales que no garantizan las noches de ocio en paz.
Los ayuntamientos de Lardero, Villamediana, Albelda, Alberite y Navarrete son conscientes del problema y todos tienen el debate abierto encima de la mesa. Algunos como Lardero, después de las tres peleas registradas a altas horas de la madrugada «por chavales muy jóvenes» durante la celebración de San Isidro, han decidido retirar la música de Djs, que despierta el interés de los jóvenes, del programa de unas fiestas en honor a San Pedro y San Marcial que arrancan mañana sábado. Unos días en los que el municipio del cinturón de la capital riojana suele acoger auténticas riadas de chavales.
En Albelda de Iregua observan atentos la iniciativa de Lardero, y de momento, y de cara a sus fiestas de agosto, se plantean «acortar alguna hora la música con el objetivo de evitar incidentes», tal y como traslada Sergio Ochagavía, alcalde de la localidad del bajo Iregua.
A unos kilómetros en dirección Logroño, también expresan su preocupación por la proliferación de peleas, de las que guardan un mal recuerdo de las patronales de 2023 cuando un joven de 16 años acabó en el hospital San Pedro tras ser agredido por otro grupo de jóvenes. Este sábado, la localidad riojana disfrutará de una tradicional verbena en homenaje a San Juan, pero «no solemos programar» DJs, detalla Esperanza García, regidora del Consistorio. «En las fiestas de septiembre viene mucha gente de fuera» y no solo preocupan las reyertas. «El botellón es un problema para este tipo de pueblos con chavales muy jóvenes que, en muchos casos, ni se acercan a la música». El resultado al día siguiente, prosiguen desde el Ayuntamiento alberitense, «son cantidades enormes de suciedad y algunos desperfectos». Sin ir más lejos, «el año pasado rompieron las banderas del colegio y losetas de alguna repisa».
En opinión de Esperanza, «es necesario cortar todo esto y la responsabilidad debiera estar en las familias. Y sin embargo -continúa- vemos llegar coches con padres que traen a sus hijos muy jóvenes con bolsas con botellas de alcohol». Evidentemente, el tema también está sobre la mesa en el Consistorio de Alberite.
En Villamediana, sin ir más lejos, disfrutaron este pasado mes de mayo de unas fiestas sin incidentes, ahora bien, el 4 del mismo mes, en lo que ahora hacen llamar «prefiestas, se desató una batalla campal entre chavales en mitad de la plaza que obligó a detener la orquesta como medida disuasoria», recuerda Rubén Guitérrez. Su única medida de cara a las diferentes celebraciones pasa por solicitar a la Guardia Civil «una mayor presencia. Les entregamos un listado con todas las festividades del año». No son partidiarios en la localidad villametrense en realizar recortes de horario ni de suprimir citas musicales ya que «pagan justos por pecadores».
Los últimos altercados registrados en Navarrete «no han ido a mayores. Siempre hay alguien en fiestas que acaba a golpes pero últimamente no se ha detectado nada de gravedad». Eso sí, la proliferación de este tipo de disturbios preocupada en el Ayuntamiento navarretano. José María Pastor permanece atento a las medidas que adoptan otros municipios e «iremos viendo los resultados. Creo que en beneficioso para todos los pueblos». De momento, los únicos recortes planteados de cara a las fiestas de agosto vienen «motivados por la reducción de presupuesto», señala Pastor. Eso sí, «compararemos el resultado de los municipios que han adoptado medidas» para intentar poner freno a tantas peleas.
«Incluso quedan antes para pegarse en los pueblos»
Algunos hasta quedan previamente para pegarse en fiestas de pueblos». Los saben los alcaldes de los municipios del área metropolitana de Logroño pero disponen, más allá algunas medidas puntuales que no garantizan la tranquilidad, de poco margen de maniobra. Una batalla campal, a altas horas ya, obligó incluso a detener la orquesta que amenizaba la verbena de las pasadas prefiestas de mayo en Villamediana de Iregua. El propio alcalde de la localidad fue testigo del suceso ya que se encontraba en esos momentos por las inmediaciones de la plaza.
Junio de 2023. El desenlace de una partido de fútbol disputado por la tarde, tuvo sus consecuencias ya en horario nocturno en las fiestas de Alberite. Un joven de 16 años tuvo que ser trasladado al hospital San Pedro de la capital riojana debido a los numerosos golpes recibidos en la cara por parte de otro grupo de jóvenes.
Las peleas, se han duplicado en La Rioja en seis años hasta alcanzar la nada desdeñable cifra de 238 en 2023, según los datos del ministerio de Interior. No se circunscriben exclusivamente ni a Logroño ni a su área metropolitana, pero las cifras hablan por sí mismas.
La festividad de San Isidro el pasado mes de mayo, hizo saltar todas las alarmas en el Consistorio de Lardero. Hasta tres peleas se registraron «con chavales muy jóvenes» implicados que permanecían «a altas horas aún de fiesta», tal y como indicaron desde el propio Ayuntamiento.
El llamamiento a padres y madres conforma una voz unánime en todos los despachos municipales del cinturón de la capital riojana «ya que no es normal que chavales de 14 años permanezcan hasta tan tarde en fiestas de pueblos y en muchos casos bajo excesivas ingestas de alcohol», detalla un alcalde que prefiere mantener estas palabras en el anonimato.
Otro dato que en este sentido resulta cuanto menos preocupante. Nadie oficialmente se refiere al incremento de peleas y riñas multitudinarias, como las califica Interior, pero los alcaldes, y los vecinos de estos pueblos así lo atestiguan y lo sufren.