Todas las personas que acuden a la Cocina Económica deben vivir una situación de vulnerabilidad social que evalúan algunas de las trabajadoras sociales que hay en la propia entidad o en los servicios sociales de base.

Algunos de los usuarios, además de acudir a estas instalaciones, reciben ayudas económicas para llegar a final de mes. Ese es el caso de Gonzalo, quien reclama a los políticos que «les ayuden a salir adelante».

Relata que en noviembre de 2022 salieron unas ayudas con las que te abonaban el 40% del alquiler de una habitación durante dos años pero «las han paralizado». «Pido que se pongan la mano en el corazón y miren por las personas que cobramos 480 euros. Estamos muy necesitados para poder pagar un alquiler», apunta.

Ese 40%, indica, son 100 euros para el alquiler que «a mí me salvan media vida». Señala que las personas que han tenido un buen nivel de vida pero ahora están pasándolo mal económicamente, puede ocurrir que lo asimilen o no. «Hay que saber amoldarse y si necesitan ayuda que pidan y lo hagan. También les ha prevenido para que no se metan en el alcohol. En esta vida hay que buscar la solución, no la culpabilidad», indica.

Añade que para llegar a final de mes tienen que pedir favores, y hacerlo ya es una desgracia. «Si prometen unas cosas que las cumplan», critica.

Por otra parte, Gonzalo solicita que parte del dinero que él está cotizando para su jubilación se lo adelanten. Cuenta que tiene 31 años cotizados, por lo que piensa que habrá una fórmula con la que pueda recibir parte de ese dinero ahora, y en vez de 900 euros le queden 700 cuando se jubile, por ejemplo. «La idea es que haya un pequeño margen para las personas que estamos en una edad que no nos quieren contratar o que tenemos alguna enfermedad. Yo necesito el dinero ahora, no el día de mañana», indica.

Aparte, Gonzalo asegura que uno de sus mayores problemas es la falta de calidad de vida.