La mejor noticia de todas no es otra que el resultado. El Marbella derrotó con merecimiento en La Dama de Noche a la Unión Deportiva Logroñés, aunque con una escueta ventaja de un único tanto, relativamente factible para los blanquirrojos en Las Gaunas y desde que ayer se pitó el pitido final se está pensando en cómo remontar.
La UD Logroñés saltó al terreno de juego en una soleada y talurosa carde en la Costa del Sol con la zaga esperada, Royo bajo los palos y la dupla Monreal-Ugarte acompañada por Yasin en el carril diestro y Miki Codina en el zurdo. La sorpresa llegó en la medular, con Álex Arias en el banquillo y el doble pivote Marchena Sarriegi, con un rombo por delante con Urcelay en su base, Madrazo y Aitor Seguín por las bandas y Jony en punta. Enfrente se iban a encontrar a un equipo muy junto, con línea de cinco en defensa (5-4-1) que iba a aprovechar a la perfección todos los condicionantes de su terreno de juego, en todos los sentidos.
Los primeros compases fueron un dominio marbellí. Casi un milagro que el marcador no hubiera borrado su cero una vez cumplida la primera media hora de partido. En estos 30 minutos, Kike Royo tuvo que intervenir extraordinariamente para enviar a saque de esquina un disparo al palo corto de Gato y Ernest Ohemeng, un puñal en cada una de sus acciones, envió un remate fuera cuando disparó libre de marca y llegando desde segunda línea al corazón del área. La posesión tenía color blanco, sin rojo, en un monólogo del Marbella que acumulaba llegadas por ambas bandas y sin sufrir excesivamente ante los blanquirrojos, a los que el balón no les duraba nada, muy achuchados por los locales y demasiados imprecisos en las entregas. Tal era el dominio marbellí, que en ese tramo citado los locales ya habían sacado cinco saques de esquina. El primero de la UD Logroñés llegó en el 75'.
Pudo cambiar el partido radicalmente cuando Jony llegó tarde a la presión y entró 'con todo' al tobillo de Aitor Puñal en el minuto 20, pero el colegiado finalmente solo lo apercibió con cartulina amarilla pese a las vehementes protestas del banquillo local. No obstante, cuando realmente cambió el guion de la primera mitad fue con la primera llegada de los blanquirrojos, que sentó como un jarro de agua helada que les despertó del letargo con el que habían comenzado la última eliminatoria en ese camino hacia el ascenso. Un disparo de Aitor Seguín requirió la intervención de Lejárraga y la UD Logroñés era quien comenzaba a trenzar jugadas ofensivas con mucha más cadencia. Un minuto después era Jony quien envió el balón fuera de los tres palos tras una buena acción en la que había encontrado opción de disparo pisando área. Tuvo otra el delantero riojano, de cabeza a centro de Madrazo, aunque no remató con pulcritud.
La más clara de los blanquirrojos llegó, como en su último partido, a balón parado. Casi un calco de la acción ensayado con la que Ugarte puso patas arriba Las Gaunas, Urcelay la puso desde prácticamente la medular y encontró el remate de Jony, que se topó con una excelente intervención de Lejárraga para mantener el resultado. Y cuando parecía que el encuentro enfilaba el túnel de vestuarios, llegó el puñetazo marbellí. Ernest protagonizó un último intento por esa banda izquierda que tantos problemas había causado a los jugadores de la capital riojana, con un centro que halló el remate de Puñal, que entró como su propio apellido indica sin marca en el área pequeña. Y con ese tanto, a la postre el único del partido, llegó el pitido del intermedio.
La segunda parte fue completamente opuesta al primer acto. Toda la intensidad, el desgaste físico y las disputas se quedaron dentro de los vestuarios, ante un Marbella que se limitó a esperar a la UDLogroñés y cazarla a través de un contragolpe. Los de Diego Martínez, por otra parte, sí que ofrecieron una mejor imagen que en ese primer tiempo, aunque nunca terminaban de encontrar ese espacio, ese último pase que les diera superioridad numérica en alguna acción. Para ser precisos, la única acción que generó peligro fue en un error en la salidad del balón local, que aprovechó Jony para disparar con potencia desde lejos, intentó que abortó el guardameta embolsando el balón contra su pecho.
No se movió el resultado. Y eso fue la mejor noticia. Ahora la UDLogroñés debe hacerse valer en casa, donde ha mostrado su mejor versión a lo largo de toda la temporada y tratar de remontar una eliminatoria que, en caso de empate, tendrá prórroga y penaltis. Los blanquirrojos salieron 'vivos' de La Dama de Noche. El sorteo quiso que Las Gaunas dictara sentencia. Y una vez más, así será.