Tres años lleva Carlos Fuentes como gerente de la Fundación Caja Rioja y en ese tiempo, esta institución riojana ha crecido en proyectos y actividades, a la vez que ha aumentado su reputación entre los diferentes municipios riojanos.
Cuenta que desde la desaparición de Caja Rioja hasta el año 2021, la fundación ha ido decayendo en cuanto a su actividad. «Cuando llegué me encontré una fundación en horas bajas porque la anterior dirección no supo afrontar ese momento ni reaccionar a tiempo».
Explica que la labor de la Fundación consiste en tener el mayor impacto social con todas las actividades que se realizan. «Lo que estamos haciendo es crear alianzas con asociaciones e instituciones públicas y privadas que trabajan en el territorio riojano».
Recuerda que en el 2019, el último año antes de la pandemia de la Covid-19, la fundación había llegado a un momento «bastante bajo» en el que trabajó con acciones directas en solo 10 municipios de toda La Rioja. «Mientras que el año pasado el trabajo se triplicó, colaborando con 30 municipios», destaca.
«Nuestro reto es intentar llegar cada vez a más municipios. Para nosotros tiene la misma importancia un pueblo de 1.000, 500 o 50 habitantes que la propia ciudad de Logroño», asegura Fuentes.
Admite con cierto orgullo que la población riojana recuerda «con cariño» a la fundación. Apunta que uno de los motivos de este reconocimiento podría ser que «tratamos de sumar agentes a las acciones para que tengan un poder transformador y sirvan para algo».
Ha puesto el ejemplo el torneo de pelota de La Rioja, ya que hasta ahora siempre habían sido ellos los organizadores junto a la Federación de Pelota. «Pero en este 50 aniversario se ha sumado el Gobierno de La Rioja y el Ayuntamiento de Logroño creando unos actos que pretenden transmitir que la pelota mano es nuestro único deporte base y la intención de relanzarlo».
Otras novedades son la reconversión de algunas de las actividades que se llevan realizando muchos años, como la 54º edición del concurso agrícola de La Rioja a la que «le estamos dando unos giros». O el concurso de vinos de La Rioja, ya que «lo hemos adaptado a la época actual incorporando una categoría nueva que es el vino de pueblo», indica.
Pero si hay un proyecto del que Carlos Fuentes se sienta especialmente orgulloso es el programa de accesibilidad cultural 'Aprender'. «Empezamos con cuatro municipios de menos de 500 habitantes y este año vamos con 12 repartidos por todo el territorio», subraya. Los últimos pueblos que se han sumado son Ventosa y Cuzcurrita.
Detalla que a estos territorios llevan exposiciones y cursos de formación gratuitos. «También tenemos un convenio con la Biblioteca de La Rioja gracias al cual se realizan eventos literarios, accesibilidad a la biblioteca o clubes de lectura», destaca.
Este programa, añade, se desarrolla solo en los meses de invierno, otoño y primavera pero no en verano. «Nosotros trabajamos para la gente que vive en el territorio», remarca.
Pero a pesar de esta buena labor en los últimos tres años, reconoce que no todo ha sido fácil. «El primer año es complicado porque pasar de controlar una parcela a toda la fundación da vértigo. Se hicieron errores de novato», señala.