«Los resultados extraordinarios se basan en la comunicación»

Mónica Burgos
-

Ángel Maestre fusionó sus dos grandes pasiones para compartir con el mundo técnicas basadas en la comunicación y gestión emocional, que le han llevado a convertirse en uno de los más renombrados profesionales en el arte de la comunicación

El actor y economista Ángel Maestre - Foto: Óscar Solorzano

Quién habría pensado que la actuación podía estar tan conectada con la vida real.  Eso es lo que descubrió Ángel Martínez Maestre (Logroño, 1961) cuando en un momento clave de su vida decide poner en pausa su trabajo como consultor empresarial para perseguir su sueño de ser actor.

Es economista y desde hace más de 35 años trabaja como Asesor-Consultor de empresa en el ámbito Económico-Financiero y Fiscal, además de ejercer como Auditor-Censor Jurado de Cuentas. Sin embargo, su veradera vocación es la actuación, y es esto lo que le llevó hace ya más de 15 años hasta Estados Unidos, dónde se formaría con los más grandes referentes de la actuación y también aprendería la clave que le cambiaría la vida: la técnica Meisner. 

Así lo contó el propio Maestre durante el día de ayer, cuando en medio de una mañana ajetreada de trabajo logró sacar un momento para hablar con este periódico. Durante la charla, en cada palabra se percibía la emoción y pasión de una persona que, como él mismo dice, adora su trabajo. 

Comenzaste como economista pero luego  te has formado como actor, dos profesiones que pueden parecer tener poco que ver ¿En qué momento decides explorar el mundo de la actuación?

Yo tengo un despacho de consultoría empresarial, y hay un momento en el que decido escuchar mi vocación real, que es la actuación, así que enfoco todo lo que hago en en ser actor. Esto me lleva a tomar la decisión de formarme con los mejores, los referentes del sector, y lo que me lleva hasta Estados Unidos. 

Aunque comenzaste a dedicarte a la actuación no has abandonado el sector empresarial, de hecho, has logrado una combinación de ambos ¿En qué se relacionan dos disciplinas aparentemente dispares?

En Estados Unidos y en Barcelona trabajé en la técnica Meisner, una técnica actoral que practican todos los grandes y que trabaja la gestión emocional. Descubrí que era también extrapolable a la vida cotidiana, y es al hacer la formación actoral cuando me di cuenta de que en el mundo de la empresa falta la capacidad de comunicación, que se basa en el mundo emocional. Por eso decido llevar esta técnica al mundo de la empresa y la vida cotidiana. 

La técnica Meisner trabaja la comunicación y el mundo interior de cada persona, la confianza, el auto concepto, el crecimiento personal. Te convierte en mejor persona y, por tanto, en mejor actor, pero también en mejor ingeniero, mejor empresario, mejor camarero...

Dices que en el mundo empresarial falta capacidad de comunicación ¿Cómo de importante es esta habilidad para el éxito profesional?

Si quieres obtener resultados extraordinarios la calidad de la comunicación tiene que ser extraordinaria. Es la habilidad primordial y se está perdiendo. Ser capaz de comunicar ideas y de influir en otros con lo que comunicamos es esencial. En el mundo empresarial, cuando analizas los problemas de la empresa siempre resultan en problemas de comunicación. Pero ser capaz de comunicarse de verdad implica un crecimiento personal.

En la escuela nos enseñan a leer y a escribir, pero no a hablar y escuchar. Uno tiene que aprender a hablar y escuchar, y cuando sabe hacerlo los resultados que puede alcanzar tanto en su vida personal como profesional son extraordinarios. 

Y para los jóvenes, ¿Qué importancia y repercusión puede tener?

La comunicación efectiva va más allá de un tema profesional, lo es también personal, y saber hacerlo es una necesidad detectada en la sociedad. Para la gente joven debería ser obligatorio que se hiciera ese trabajo porque han perdido la capacidad de comunicarse de tú a tú, no lo practican, ha desaparecido. 

Actualmente esto es un problema, la gente joven no tiene la habilidad del hablar, no sabe gestionar la atención ni escuchar, y  las redes sociales y el uso de dispositivos móviles está destruyendo la calidad de la comunicación, y es necesario recuperarla.

¿Está el sistema educativo preparado para cubrir esas necesidades?

No, en este momento. Es muy importante que las estructuras de educación potencien esto en las escuelas desde la infancia, que los niños hablen, se expongan, se abran. Y no solo los alumnos, también profesores. Yo formo a profesores para que aprendan a comunicarse con los alumnos porque muchas veces no es solo cuestión del alumno, tiene que ser el profesor el que aprenda a inspirar. 

La calidad de comunicación de los profesores no es brillante, no todo el mundo dispone de esta habilidad. Es difícil encontrar a un profesor que sea capaz de inspirar y hacer aprender, y es fundamental que el docente cree un ambiente a través de la comunicación que genere ganas de aprender. 

Has estado en muchos lugares diferentes, incluso fuera de España ¿Qué diferencias has podido observar en este sentido entre culturas?

La diferencia más grande que he visto es Estados Unidos con respecto a España. En España presumimos de que somos latinos y, por tanto, abiertos, y somos todo lo contrario. Nos protegemos, nos cerramos, no nos damos a conocer, y esto sucede porque no hay una educación emocional adecuada. En EEUU desde niños trabajan el lenguaje emocional mientras que en España no hay una educación emocional adecuada y eso hace que haya mucha más tensión en el mundo empresarial porque la gente se protege.

Cuando tienes un país que se educa en el ámbito emocional la gente es más capaz de reconocerla y de gestionarla. El lenguaje crea la realidad, y si no tengo lenguaje la realidad no existe. 

¿Cuál dirías que es la clave del éxito personal y laboral?

El autoconocimiento, y para alcanzarlo hay que lograr una comunicación de calidad tanto con uno mismo como con los demás. El que tiene éxito a ese nivel lo tiene en las relaciones, en el trabajo, etc. Hay que conocerse a uno mismo, saber que queremos y si el entorno y la sociedad están condicionando.