Galicia cierra una campaña que solo añade incertidumbre

Agencias-SPC
-

La región se debate entre un Gobierno del PP en mayoría o una coalición de las fuerzas de izquierda liderada por el BNG. Los líderes de los principales partidos arropan a sus candidatos y se vuelcan en una cita que interpretan en clave nacional

Alfonso Rueda aspira a revalidar la Presidencia de la Xunta y a mantener la hegemonía de los populares en la comunidad - Foto: Kiko Delgado (EFE)

Tras 15 intensos días de actos públicos, la carrera hacia la Xunta alcanzó ayer su fin evidenciando que, como dice el refrán, «si ves a un gallego en una escalera no sabes si sube o si baja». Y es que, lejos de clarificar el horizonte del próximo Gobierno autonómico, la campaña llegó a su cenit añadiendo solo incertidumbre a un 18-F tras el que parece haber únicamente dos escenarios factibles: un nuevo Ejecutivo del PP por mayoría absoluta o una coalición de fuerzas de izquierdas con el BNG a la cabeza.

Galicia está más en el medio de la escalera que nunca desde hace 15 años y aún más que cuando se anunció el adelanto de los comicios, el 21 de diciembre. Desde el pasado 2 de febrero, cuando se produjo la pegada de carteles, las encuestas han detectado un posible movimiento sísmico en torno al resultado de los populares y todo el escenario político se ha tambaleado pendiente de si resulta ser un simple temblor preelectoral.

Cuando el presidente de la Xunta y candidato del PPdeG, Alfonso Rueda, anunció las elecciones, todo pronosticaba una travesía tranquila para su partido. Sin embargo, después de cientos de mítines, decenas de visitas a residencias de ancianos, escuelas, mercados y hasta tiendas de animales, y miles de memes y vídeos en las redes sociales con parodias, los sondeos apuntaron a una posible bajada de los populares, de los 42 diputados actuales, e incluso quedar al filo de la mayoría absoluta (38 escaños).

Según estas mismas encuestas, la campaña habría supuesto, por el contrario, una subida en intención de voto para la candidata nacionalista del BNG, Ana Pontón, que lidera la oposición, y un estancamiento del PSdeG y su candidato, José Ramón Gómez Besteiro, llamado a ser su socio de Gobierno si la izquierda consigue que le den los números tras la cita en las urnas.

A partir del primer debate electoral, el pasado lunes en la TVG, el escenario quedó configurado con unos partidos de la izquierda dispuestos a entenderse para enfrentarse a un Rueda solitario, y Vox y Democracia Ourensana, en principio, fuera de foco, aunque este último podría conseguir un escaño, según algunos sondeos, y convertirse finalmente en la llave para revalidar la Xunta del PP.

El segundo cara a cara, el pasado miércoles en TVE, ya fue solo entre Pontón y Gómez Besteiro, mientras el aspirante del PP estaba ausente porque declinó asistir.

Balance

Propios y extraños admiten que la líder nacionalista del BNG -que también es la única que cuenta con experiencia como candidata- ha hecho una buena campaña, centrada en presentarse como la «primera presidenta de la Xunta», mientras populares y socialistas han dividido esfuerzos entre los anuncios autonómicos y nacionales, o las polémicas  externas.

De hecho, la importancia de estos comicios autonómicos es más que clara, viendo cómo los líderes de los principales partidos se han volcado en la campaña. Serán unas elecciones con lectura en clave nacional, que evidenciarán si el legado del PP de Alberto Núñez Feijóo sigue arraigado en su tierra, si la región abre paso a un multipartito de izquierdas, emulando a otras autonomías, y si los votantes castigan a un PSOE marcado estos días por la polémica ley de amnistía.