Llegaron para facilitar y agilizar la comunicación, pero a un ritmo sin precedentes han ido evolucionando hasta una actualidad en la que el «llamar por teléfono» ha quedado casi obsoleto, y más atractivos resultan otros servicios complementarios que se han acabado convirtiendo en exigentes demandas por los consumidores.
Los usamos para entretenernos, capturar momentos en forma de fotografías y vídeos, e incluso trabajar y estudiar. Su uso está más que normalizado y, si en ciertos entornos como el estudiantil su uso era antes un severo castigo, ahora incluso son utilizados en ocasiones para el desarrollo de actividades escolares. Y sí, hablamos de los teléfonos móviles.
Tras meses de debate, este martes la ministra de Educación, Pilar Alegría, propuso a las comunidades autónomas llegar a un acuerdo para regular la prohibición de los teléfonos móviles a los alumnos durante el horario lectivo, incluidos los recreos, tanto en los colegios como en los institutos.
Actualmente, tan solo la Comunidad de Madrid, Galicia y Castilla-La Mancha tienen prohibido el uso de teléfonos móviles como mecanismo de comunicación en los colegios durante los periodos lectivos, mientras que en el resto de regiones son los centros los que limitan su uso.
Es este precisamente el caso de La Rioja, tal y como explicó a este periódico el director general de Innovación y Ordenación Educativa, Fabián Martín, «La comunidad autónoma de La Rioja no lo tiene regulado, es cada centro el que gestiona el uso de los teléfonos móviles y organiza su utilización con total autonomía».
Según expresó Martín, para el Gobierno de La Rioja "no tiene sentido" plantear dicha restricción ya que, consideran, "cada centro conoce sus particularidades y la tipología del alumnado, y en base a eso organizan y regulan como mejor consideran".
Por el momento, el Gobierno de La Rioja seguirá manteniéndose al margen de la gestión del uso de dispositivos móviles en los centros escolares, y aunque no descartan hacerlo en un futuro, por el momento, dicen "queremos ser prudentes y esperar".
Lo cierto es que los centros escolares riojanos ya prohiben el uso de los teléfonos móviles en horas lectivas, «está prohibido en los institutos, a no ser que sea necesario para algún trabajo, y en el colegio ni se lo plantean porque en la mayoría de los casos ni siquiera lo llevan», afirmó Esteban García, secretario técnico de FAPA Rioja (Federación de AMPAS de Centros Públicos de la Rioja).
Lo mismo sucede en los centros concertados. Según informó Carlos Torres, presidente de CONCAPA Rioja, los centros educativos de la red concertada tienen en sus reglamentos de régimen interno la prohibición o restricción del uso de móviles dentro del ámbito escolar, así como cuentan con las medidas para atajar el uso inapropiado de los mismos.
Ambas agrupaciones coinciden en la regulación del uso de los dispositivos móviles en el entorno escolar y apoyan la prohibición de su uso durante las horas de clase.
No obstante, opinan desde FAPA, «el móvil es un dispositivo que también puede llegar a tener una parte positiva, por eso hay que centrarnos menos en prohibir y más en concienciar en un uso responsable».
Poner el foco únicamente en la utilización de los dispositivos móviles en el ámbito escolar «no es una medida eficaz» dicen asimismo desde CONCAPA, desde donde apuestan por «un plan más ambicioso» que tenga como objetivo potenciar el uso adecuado de las redes sociales por parte de los menores.
EDUCACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN.
El Gobierno de La Rioja concentra en este momento sus esfuerzos en sensibilizar. Según informó Martín, lo hacen mediante charlas y programas para concienciar sobre un buen uso y responsable de la tecnología, «es indudable que el clima que tenemos es que parece que los móviles son los culpables, pero no lo son, lo es el mal uso de la tecnología, y desde las instituciones tenemos que promover una utilización responsable».
Algo que comparten desde FAPA Rioja, así como también opinan que es crucial facilitar la regulación paterna en el acceso de los menores a los contenidos de internet, que en muchas ocasiones resultan inapropiados para ellos.
Asimismo, según García, la problemática se extrapola más allá de los centros escolares, "es un problema social", refiriéndose a cómo no solo es cuestión de un mal uso por parte de los menores, si no un uso inadecuado también por parte de padres, madres y adultos en general, referentes para los menores. "Hay una utilización masiva de los móviles como fuente de entretenimiento, se hace un mal uso de estos dispositivos y eso es lo que hay que cambiar, y no solamente en las aulas".
LA CONVIVENCIA EN EL AULA DAÑADA POR LOS TELÉFONOS MÓVILES
«Tenemos un problema» expresó claro y conciso a este periódico Fernando Fuertes, profesor de educación secundaria y representante de docentes en el sindicato CSIF. Se refería, concretamente, al uso que con cada vez más frecuencia los alumnos hacen de los dispositivos móviles en colegios e institutos.
De acuerdo con una de las últimas encuestas elaboradas por este sindicato, hasta el 91% de los docentes habrían sufrido problemas de convivencia en el aula.
Este es un problema que, según Fuertes, estaría en muchas ocasiones ligado al uso del teléfono móvil y de las redes sociales durante la jornada escolar, aunque también fuera de ella.
El uso inadecuado de estos dispositivos, la falta de educación y concienciación en su uso derivan en problemas que dificultan y agravan situaciones cotidianas en las aulas.
En consecuencia, según Fuertes, se generan situaciones de interrupciones en el desarrollo normal de la clase y, en casos aún más graves, casos de acoso escolar en el aula, tanto hacia docentes como hacia otros alumnos.
Profesores insisten en que el uso de los teléfonos móviles debe estar «regulado con un uso concreto a actividades que puedan ser didácticas, pero en ningún caso para un uso general».