Tanto pierdes, ¿tanto devuelves?

Feli Agustín
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Las dos asociaciones de autónomos, ATA y UPTA, coinciden en que, hasta determinado tope de pérdidas, la devolución de ayudas para quien superó el 30% debía haberse sido proporcional

Javier Marzo, secretario general de UPTA. - Foto: Óscar Solorzano

Javier Marzo, secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) en La Rioja, reconoce que las ayudas jugaron un papel muy importante en una época en la que la crisis provocada por el coronavirus pudo provocar una auténtica debacle económica. No obstante, confirma que hay autónomos que no pudieron ratificar a posteriori unas pérdidas superiores al 30% y han tenido que proceder a devolver las ayudas. Al respecto, lamenta la importante carga de trabajo que esto ha supuesto para los trabajadores de ADER, aunque considera que, hasta determinado tope de pérdidas, el reintegro debía haberse limitado al porcentaje de la merma que no llegó al 30%, esto es, si los ingresos se recortaron un 28%, la devolución de las ayudas debía haberse acotado al 2% que faltaba para alcanzar lo exigido.

De hecho, el también secretario general de UPTA Navarra, cuenta que fue esta situación la que él mismo sufrió. Recibió una ayuda de 2.500 euros y  facturó unas pérdidas que «por décimas» superaban el 30%, que devolvió de manera «inmediata».  «Me pasé por 300 euros y tuve que reintegrar los 2.500», explica Marzo, que informa de que en el momento de la solicitud de la ayuda firmó una declaración jurada va al considerar que las pérdidas iban a superar ese 30%, situaciones similar que afecta a los autónomos que han recibido las ayudas del Estado.

«Fracaso». Por su parte, Fernando Melchor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) Rioja, coincide con su colega  en que la proporcionalidad a la hora de devolver las ayudas hubiera sido un mecanismo más adecuado para no causar daños mayores a autónomos y pequeñas empresas. «Si no se llegaba a un 30% de pérdidas, se debería haber establecido un criterio porcentual con el objetivo de no perjudicar a quienes sufrían esas pérdidas», pérdidas, añade, que eran reales y se habían producido.

Considera  que muchos de los autónomos que debieron renunciar a las ayudas de ADERlo hicieron a consecuencia de la burocracia, errores que podían haberse solventado, aunque el procedimiento por el que se tramitó la citada normativa no dio lugar a que se pudieran subsanar dicho errores. 

Además, entiende que siempre que haya un porcentaje de devolución de ayudas, en este caso del 30% supone un fracaso de gestión. «Va a haber un porcentaje de un 30% de autónomos o microempresas desasistidas», argumenta el presidente de ATA, que concluye que es un indicador  que demuestra que «algo no se ha hecho bien».