En el descanso del partido de Copa del Rey entre la UDL y el Athletic de Bilbao sonó, y en italiano, todo un clásico, Será porque te amo, de Ricchi e Poveri. Un rato después, mientras el equipo local soñaba con seguir adelante en la competición, Elefantes, grupo catalán que lleva 30 años en los escenarios, animó a los asistentes a la segunda noche de los grandes conciertos de Actual en el Palacio de Deportes a cantar uno de esos temas de José Luis Perales que permanecen en el inconsciente colectivo, Te quiero, ya saben, como la tierra al sol.
Tanto amor no fue suficiente para que la Unión Deportiva pudiera repetir el milagro desde el punto de penalti, lo que entristeció a los asistentes al fútbol y al concierto, que seguían, eso sí, con dificultades de conectividad, la tanda desde los once metros mientras asistían a una noche musical en la que no se echó de menos a Mikel Izal, baja de última hora por problemas de salud.
Con ello, la noche transcurrió entre los nuevos, Dorian y La niña polaca que, como reconocieron, llegaron de rebote para sustituir al músico navarro, y Russian Red y Elefantes, que no era la primera vez que actuaban en el festival. A pesar del fútbol, el Palacio registró una buena afluencia de público, que asistió a una, en general, correcta noche musical. Con un muy buen sonido, Dorian y su mezcla de electrónica e indie, ya dijo su cantante Marc Gili, " viva la música independiente", deleitó a sus múltiples seguidores, a los que no hurtaron una de sus grandes canciones, Cualquier otra parte. Tampoco Elefantes prescindió de sus temas más conocidos, Azul o Yo no lo sabía, en una actuación en la que su cantante, Shuarma, demostró sus dotes interpretativas y, al igual que Lourdes Hernández, Russian Red, su poderosa calidad vocal.
El público esperó a La Niña Polaca, de una generación distinta a sus predecesores, que está en pleno crecimiento, y que cerró una noche que no fue solo de fútbol.