Sabedor de que mucha gente pasa y pasará por la situación que él está atravesando, Ricky Rubio quiso mandar ayer, durante su presentación oficial como jugador del Barça, un mensaje a todos aquellas personas que, como él, sufren o han sufrido problemas de salud mental al afirmar que «trabajando y con ayuda se sale de la oscuridad».
«Por tres meses, para mí el baloncesto había acabado para siempre, pero en el último mes y medio he trabajado para llegar a este punto. Espero ayudar a la gente que está pasando por este momento. He estado en la oscuridad, pero trabajando y con la ayuda necesaria, al final se sale», explicó.
Rubio fue presentado en el Auditori 1899, en un acto que contó con la participación del presidente del club, Joan Laporta, y del directivo responsable de la sección de baloncesto, Josep Cubells.
El evento empezó con un discurso en catalán en el que quiso «romper el silencio» con el que ha vivido los seis meses y medio de inactividad, que ha dedicado a recuperarse de sus problemas de salud mental para agradecer a la prensa y al mundo del baloncesto «la privacidad».
Rubio explicó que desarrolló «un estrés crónico» que provocó que su «organismo se desregulara», algo que achacó a un factor interno, una mentalidad que le había llevado a «jugar al alto nivel», pero que «no era sostenible». «Tras 18 años, me tenía que alejar del baloncesto. Pasé mucho miedo, pero era lo correcto», relató el base.
El jugador agradeció en inglés el «apoyo» y los «recursos» que le brindaron los Cleveland Cavaliers, su último equipo en la NBA, y volvió al catalán para agradecer el respaldo a su familia y amigos, a su terapeuta, y también al Barcelona.
«Lo que pedí no era fácil: entrar en un club a mitad de temporada y pedir condiciones no habituales. Lo aceptaron en todo momento y por eso estamos aquí. El 'staff', la secretaría técnica y el vestuario me han entendido en todo momento», explicó.
El '9', además, aseguró que está «a disposición» de Roger Grimau para debutar el viernes contra el Mónaco si lo considera oportuno.