«Vivir Logroño es sentir su latido, comprender una historia compartida y singular, nuestra historia». El alcalde, Conrado Escobar, inició así en la tarde de ayer su intervención en un pleno centrado en los símbolos de identidad y en el que su partido introdujo una enmienda que informa de que se inician los trámites para un nuevo Reglamento de Protocolo, ceremonial, honores y distinciones en el que se regularán, entre otros aspectos, los símbolos de la ciudad tanto en su forma oficial como en sus versiones de uso común (corona abierta y la leyenda) y tradicional, lo que indica que en la práctica el escudo se quedará como está. Escobar, que agradeció a sus predecesores su presencia en la sala -Manuel Sáinz y Tomás Santos, del PSOE; y la popular Cuca Gamarra-, realizó un recorrido por la historia de la ciudad -desde los celtas y el Monte Cantabria, la «época más luminosa» de Sagasta o el paso del franquismo a la democracia ejemplificado en el edificio del ayuntamiento, deteniéndose en 1521.
«Nadie sabe cómo hubiese sido la historia de España o de Europa si en 1521 Logroño se hubiera entregado al ejército francés, pero Logroño soportó, aguantó y aquí estamos, escribiendo una nueva etapa, aunque modesta, de la historia», afirmó el alcalde. «Ser logroñés es una maravillosa forma de ser y sentirse español», considera Escobar, que en su intervención definió lo que significa ser logroñés apoyándose en el Himno, que sus autores han cedido gratuitamente a la ciudad.
Considera que proteger los símbolos es una obligación institucional porque la bandera, el escudo y el himno son patrimonio común «y conforman nuestro carné emocional». «Es lo que nos identifica, diferencia, representa y nos une y vamos a poner lo que esté en nuestra mano para que siga siendo así», afirmó el primer edil, que acabó cantando el Himno de Logroño junto al resto de los presentes.