«El románico es sencillez, armonía y recogimiento»

Laura Merino
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Su pasión por este estilo artístico va más allá de visitar lugares y conocer su historia. En un mundo que todo parece ir a gran velocidad, el románico le invita a la contemplación y reflexión

Ernesto Gómez en la Iglesia de San Bartolomé, una de las pocas de Logroño que todavía conserva parte de su estilo románico - Foto: Carlos Caperos

Ser el presidente del colegio de economistas de La Rioja y sentir una gran pasión por el arte románico no es para nada incompatible. De hecho, Ernesto Gómez demuestra una inesperada conexión entre su profesión y este estilo artístico: «Los economistas somos muy polifacéticos y estamos en toda la sociedad, pero nos caracterizamos por ser muy discretos y eso es lo que tiene el arte románico, que es muy discreto y muy perfecto».  

El arte gótico es todo lo contrario al románico, explica, porque mientras que el primer estilo trata de ensalzar y elevar; el segundo, en cambio, opta por construcciones más simples que «invitan al reconocimiento». 

Su fascinación por este estilo surgió en su adolescencia, durante sus años como estudiante en Pamplona, cuando tuvo la suerte de conocer a una persona que le acercó a este apasionante mundo. Motivo por el que considera que debe «haber alguien que introduzca» porque, de normal, tiende a pasar desapercibido.

Aunque asegura que La Rioja no cuenta con mucho de este estilo, Gómez se deleita con los pocos lugares extraordinarios de la región que contienen esta esencia. Lugares como la ermita de los Orzales, en Rivas de Tereso, que le ha robado un pedacito de su corazón porque para él es «mágico» aunque también tenga rasgos góticos y esté en peligro de desaparecer según la 'Lista Roja' elaborada por la asociación en defensa del patrimonio Hispania Nostra. 

Sin embargo, no se limita solamente a explorar las tierras riojanas, sino que su curiosidad le lleva a recorrer diferentes puntos de España en busca de joyas románicas y de su historia como el monasterio de Leyre en Navarra o la ermita de San Baudelio de Berlanga, en Soria.

Para Gómez, este estilo artístico va más allá del interés estético, es una forma de desconectar de un mundo que parece ir a «tres mil por hora». «Hoy en día, se reflexiona poco, el románico te invita a la contemplación y a encontrarse con uno mismo». De manera que estas construcciones milenarias no solo reflejan el pasado, sino que invitan a una introspección cada vez más necesaria. Por ello, destaca con tres palabras lo que significa para él: «El románico es armonía, sencillez y recogimiento».

Para poder comprender mejor este estilo milenario, sugiere mirarlo con los ojos del pasado. «No podemos ver el arte románico desde una visión del siglo XXI», explica, por lo que es necesario «hacer un esfuerzo» y «ponerse en la situación de quienes en ese momento lo hicieron». Y con el fin de  lograr esta conexión considera que libros como los del reconocido escritor británcio Ken Follet son los que logran transmitir a la perfección cómo era esa época y te llevan a reflexionar sobre cómo  «la vida está llena de anécdotas y tras mil años de historia, con el tiempo se pierden», pero también sobre que «las pasiones humanas no siempre lo son todo».