Con conocimiento de primera mano del mercado laboral riojano, Maite Seoane, responsable de Formación de la Federación de Empresas (FER), asegura que la inserción laboral de la Formación Profesional en general y la Dual en particular es muy elevada, habida cuenta de las necesidades de las empresas de contar con perfiles profesionales provenientes de la FP, que el próximo curso será totalmente dual. Ello exigirá un mayor nivel de compromiso del tejido empresarial, que será «un poquito mayor» para las que colaboren en el modelo de dual intensiva, en particular en La Rioja con un tejido productivo plagado de pymes, que deberán dedicar «tiempo y recursos» a la formación de los alumnos.
«Se va a exigir su implicación en el programa formativo, en la aplicación de los resultados del aprendizaje o en el seguimiento y evaluación del alumno», explica Seoane, que señala que, con el adelanto de las prácticas al primer curso, deberán acoger al alumnado antes de lo que hasta ahora es habitual.
Con la colaboración de «todas las empresas y sectores», con todos los centros y modalidades que ofertan la FP, apunta que desde 2012, FER realiza una labor muy específica como punto de información dual, un proceso de acompañamiento con la empresa y los establecimientos educativos con la voluntad de ofrecer itinerarios más personalizados en la Intensiva y en la Dual.
«Es un modelo que está pensado para cubrir las necesidades de profesionales que exigen las empresas, que son muchas», señala la responsable de Formación, que constata que el modelo dual está diseñado para captar el talento de manera temprana para que ese alumnado pueda recibir desde el primer momento formación más actualizada de la que se imparte en el centro, al contar la empresa con tecnología más adaptada. «Las firmas tienen cada vez necesidades más urgentes y cambiantes y procedimientos más digitalizados, de tal manera que la incorporación de los alumnos de manera temprana es muy interesante, tanto para empresas como para el estudiante», constata.
Tutorización. Maite Seoane recuerda que la FER desarrolló hace ocho años la formación de tutor que, reconocida en el ámbito nacional, habilita a las personas en la empresa que la ostentan a ofrecer un desarrollo personal y profesional a los alumnos que realizan su itinerario formativo. «Con la aplicación de la nueva ley, la figura del tutor asume mayor relevancia porque el grado de implicación de la empresa es mayor», asegura y añade que lo mismo sucederá con la FER en su papel de organismo intermedio.
Al respecto, explica que la ley recoge esta función como «imprescindible» en el desarrollo de la FP, una tarea que llevan tiempo desarrollando, pero que pone de relieve la necesidad de colaborar estrechamente y ser el enlace que facilite la conexión entre el ámbito educativo y de la empresa.