La oposición italiana inició este sábado la recogida de firmas para celebrar un referéndum contra la ley de "autonomía diferenciada", aprobada por iniciativa del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni y que regula la transferencia de competencias a las regiones.
Ciudades del país, como Roma, Perugia (norte) y Nápoles (sur), entre otras, acogen iniciativas para movilizar a la ciudadanía y poder convocar un referéndum que derogue la ley, pues para su celebración hacen falta al menos 500.000 firmas o que lo pidan cinco asambleas regionales.
La ley ha sido impulsada por el partido ultraderechista Liga, miembro de la coalición de Gobierno y siempre adalid del federalismo para el rico norte y que Meloni ha asegurado que hará "más fuerte y justo" el país.
La reforma establece que las regiones puedan gestionar ciertas competencias estatales durante diez años, un plazo prorrogable y revisable, aunque su puesta en marcha no será inmediata por depender de la definición de los denominados "niveles esenciales de desempeño" (LEP), que estipularán los servicios esenciales que el Estado debe garantizar en cada territorio.
"La autonomía diferenciada hecha por el Gobierno Meloni divide al país en dos, aumenta las desigualdades por las que el sur y el interior ya han pagado demasiado, pero es una reforma sin sentido incluso para el norte", dijo Elly Schlein, líder del Partido Demócrata (PD), principal formación opositora.
En un acto para la recogida de firmas en Perugia, Schlein aseguró que la nueva ley "significa limitar el acceso a la sanidad pública, al transporte público local, a la escuela pública, a las ciudades y a los ciudadanos según el lugar de nacimiento".
"No aceptamos ciudadanas y ciudadanos de clase A y clase B. La calidad de los servicios debe ser garantizada para todos porque, como dice nuestra Constitución, hay un derecho fundamental que es el de la unidad nacional que queremos defender"
También el Movimiento 5 Estrellas (M5S), el segundo mayor partido de la oposición, se ha unido hoy a la búsqueda de firmas para el referéndum en un acto en Civitavecchia, cerca de Roma.
"Italia no se rompe. Debemos detener esta reforma secesionista del Gobierno Meloni. No podemos permitir que la salud, la educación, el transporte y la infraestructura sufran más. Debemos defender la unidad", dijo su líder, el ex primer ministro Giuseppe Conte.
La lucha por la abrogación de la ley ha unido a toda la oposición y también celebran actos en Roma los líderes de la Alianza Verdes e Izquierda, Angelo Bonelli y Nicola Fratoianni, además de Maria Elena Boschi de la centrista Italia Viva, que lidera el ex primer ministro Matteo Renzi, que estará en Nápoles (sur).
Los detractores de la ley insisten en que aumentará la desigualdad en un país ya partido en dos: un norte industrializado, motor económico italiano, y un sur con un histórico subdesarrollo económico y social, emigración, rentas bajas y falta de infraestructuras.
Los opositores de la "autonomía diferenciada" también sospechan que su aprobación es un "intercambio de favores" entre Meloni y sus socios de la Liga: ella ha apoyado esta reforma para que sus aliados la respalden en la aprobación del "premierato", su ley estrella, con la que quiere que los futuros primeros ministros sean votados en las urnas