A pesar de que la evolución del Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) elaborado para el tercer trimestre muestra un retroceso del 13,3%, en lo que llevamos de año la tendencia es positiva y marca una incremento del 10,5, gracias, particularmente, a la construcción no residencial, que presenta un avance del 47,4, con buenos datos también para la ingeniería civil, un 13,9 y la reforma, del 13,5%. Solo la construcción residencia retrocede, un 17,9%.
José Ramón Liébana, secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), argumenta que se ha reducido el número de visados de obra nueva porque ha aumentado la cifra de licencias de primera ocupación. «Por lo tanto, lo que ocurre es que hasta que no concluyen las viviendas que están en ejecución no se empiezan otras nuevas», señala Liébana, que asegura que esta circunstancia propicia que en La Rioja exista un equilibrio entre la oferta y la demanda de nuevas viviendas.
El representante de constructores y promotores señala que la urgente necesidad que acecha a otras ciudades en demanda de obra nueva no se está produciendo en Logroño y se muestra optimista porque «se ven grúas», y no solo en la capital, sino también en otros municipios de la comunidad.
«Además, de las grandes promociones ya se está poniendo en venta la segunda fase cuando todavía no se ha concluido la constricción de la primera», apunta el secretario general de CPAR, que insiste en que los datos constatan que oferta y demanda están alineadas, «un punto de equilibrio razonable» entre ambas.
Razona que esta posición de armonía es consecuencia de la decisión adoptada «hace años» por las empresas del sector, que han apostado por un «crecimiento sostenible y sostenido en el tiempo», de tal manera que, en este aspecto, afirma que las cosas marchan bien.
No obstante, indica que el sector sufre dos problemas fundamentales, la falta de mano de obra, una deficiencia que se está convirtiendo en endémica. De hecho, fue el único sector que restó parados el mes pasado y ha sumado 280 afiliados a lo largo del año. «Es una cuestión que no logramos solucionar y, a más producción, este problema se agudiza», apunta el representante de la CPAR.
Hay otro asunto, que afecta, en particular, a Logroño y el área metropolitana, la necesidad de suelo, a pesar de que, reconoce, no se están produciendo grandes tensiones en sus precios, lo que mantiene el de la vivienda.