"Trabajaremos sin complejos en paliar el impacto arancelario"

Gustavo Basurto
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La guerra comercial iniciada por EEUU lo condiciona todo, la economía y el futuro de sectores clave, como el del vino. La consejera de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural y Medio Ambiente, Noemí Manzanos, analiza el impacto de esa medida

Noemí Manzanos posa para la entrevista en su despacho de la Consejería. - Foto: Carlos Caperos

Por edad, Noemí Mazanos (Rodezno, 1978) no ha tenido que capear antes con un trance arancelario del calibre del que ocupa y preocupa al mundo. Han pasado solo dos jornadas desde el 'día de la liberación' y la consejera riojana de Agricultura recibe en su despacho de Avenida de la Paz con su sempiterna sonrisa, aunque la procesión por los bramidos de Trump y su ya famoso 20% vaya seguramente por dentro. El vino, santo y seña de la Comunidad, es uno de los damnificados por el cierre de filas en la superpotencia mundial, aunque esta ingeniera agrícola y máster en viticultura confía en que el Rioja tirará de pedigrí para sobreponerse a este y a otros muchos escollos, como ha hecho en sus cien años de historia.    

En el vino ya llovía sobre mojado. ¿La ofensiva arancelaria de Trump es como una tormenta de granizo?

Las influencias meteorológicas en el sector agroganadero siempre han estado ahí y una tormenta de granizo te sorprende más o menos;con la llegada de los aranceles habían venido calentando el terreno de juego y al final han llegado. Cualquier introducción de agentes externos a lo que es puramente el comercio no vendrá bien, pero tenemos un sector fuerte en exportaciones, con más de 180 bodegas que exportan a Estados Unidos, que están muy estructuradas y con vinos de calidad. Con el esfuerzo de las bodegas, del sector comercializador y lo que podamos poner de nuestra parte las administraciones esperamos paliar el impacto frente a nuestras ventas; y que suceda algo similar a lo ocurrido en  2019-2020, cuando hubo aranceles algo mayores del 25 por ciento y Rioja continuó vendiendo 10 millones de litros en Estados Unidos, cifras similares a las previas a los aranceles.

¿Y qué harán las administraciones?

El vino no tiene que ser moneda de cambio en ninguna transacción; confiamos en que la Comisión Europea seguirá intentando sacarnos de esta ecuación, como solicita todo el sector del vino europeo. Esperamos que con un sector maduro y fuerte, de la mano de las administraciones, podamos sobrellevar esta imposición de la mejor manera posible, como hicimos en 2019-2020. 

¿Hablamos de un golpe para el vino y la agroalimentación riojana equiparable al brexit o a la pandemia?

No ha lugar a comparaciones en ese sentido, por la diversidad en lo que puede afectar a las exportaciones de productos agroalimentarios envasados o al producto fresco, y con Gran Bretaña teníamos otra dimensión. Debemos estudiar caso a caso, no ya por sectores, sino casi por empresas. La virtud de La Rioja de ser una comunidad pequeña y cercana es que podemos intentar paliar el impacto casi en cada empresa.

El presidente Capellán ha anunciado un plan de apoyo a sectores afectados. ¿En qué se concretará?

En lo que tratemos con las propias sectoriales. Estudiaremos cómo afectará a cada sector y a cada empresa. En consonancia con el estilo del Gobierno de Capellán, trabajaremos de la mano con todos ellos y buscaremos soluciones consensuadas.  

Además del vino, que tiene en EEUU su tercer mercado, ¿qué otros productos riojanos sufrirán más la sobrecarga del 20%?

En la dimensión del vino, por la importancia que tiene, no tenemos en estos momentos localizado a ninguno. Pero, por pequeño que sea el productor o el producto, que estén seguros que les vamos a ayudar. 

¿El Rioja podrá hacer valer su prestigio para mantener algo de su cuota en EEUU o es inviable ser competitivo con semejantes aranceles?

No somos un producto genérico, somos Rioja. Aunque Estados Unidos es el 10% de nuestras exportaciones de vino, es más del 14% en cuanto a valor. Eso significa que hablamos de venta de vinos de calidad con un precio medio por encima de los cinco euros y medio. La aplicación de ese 20% de aranceles supondrá que aumente aproximadamente un euro el precio medio de nuestros vinos. Que un consumidor de Rioja en Estados Unidos deje de comprar Rioja por que en vez de cinco y medio le va a costar seis euros y medio no entra dentro de lo que consideramos que es el consumidor de calidad. Trabajaremos para continuar con la promoción de nuestra calidad, para que el nombre que ya tiene Rioja en Estados Unidos no se olvide y potenciar la apertura de nuevos mercados en terceros países, con las ayudas de la Intervención Sectorial del Vino, con una reglamentación que se modifique para simplificarlas.   

¿La crisis de los aranceles aconseja adelantar medidas estructurales como el arranque?

Cuando hablamos de arranque, estamos hablando de buscar un equilibrio y buscar herramientas ante un exceso de oferta. De forma coyuntural lo llevamos haciendo desde 2023, buscando reducir la oferta con las ayudas a la destilación de vino o la cosecha en verde. Con los posibles arranques se busca lo mismo, pero de forma más prolongada en el tiempo, porque si arrancas un viñedo es para siempre. Esas tres son las herramientas que tenemos para reducir la oferta, pero no dejamos de lado aumentar la demanda. Los aranceles no nos lo ponen fácil para que aumente el consumo de vino en Estados Unidos, pero además de equilibrar oferta y demanda debemos intentar aumentar la demanda con promoción y facilitando a nuestros agricultores y bodegas que continúen apostando por la calidad diferenciada.  Podemos reducir oferta, pero nunca renunciaremos a aumentar el consumo de Rioja. En esa dos líneas tenemos que trabajar, sin complejos; y si nos ponen aranceles, buscaremos otros mercados o intentaremos demostrar que nuestra calidad es insustituible, para que continúen consumiendo nuestros vinos aunque tengan un porcentaje más en el precio.

O sea, ¿Rioja no tiene que resignarse a la barrera de 240 millones de litros vendidos y debe aspirar a los casi 300 millones de antaño?

De momento no se dan las circunstancias para pensar en alcanzar en poco tiempo esos 270 millones de litros. Estamos en 240, con un pequeño incremento sobre 2023 y tenemos que tener siempre la vista en más. Debemos confiar en el potencial de Rioja y no renunciar a nada, pero con los pies en el suelo y sin engañar, porque nadie dijo que sería fácil vender ni siquiera un litro más. 

¿Veremos arranques de viñedo en la campaña de 2026?

Siempre hemos dicho que iremos de la mano del sector. En el Consejo Regulador se llegó a un acuerdo para aprobar los presupuestos de 2025 sobre la necesidad de hacer una regulación de la masa vegetal. Como Gobierno, sabemos que el sector considera que es necesario actuar en ese sentido. Pero ya antes llevábamos tiempo trabajando, dado que Europa, en general, con la tendencia al menor consumo de tintos, ese asunto estaba sobrevolando. Hemos tenido contactos con el grupo de alto nivel del vino en la Comisión Europea y hemos puesto de manifiesto esa inquietud del sector, que también le he trasladado al ministro, dado que es España la que puede solicitar a Europa ese permiso para hacer arranques. Y la Comisión Europea ha puesto sobre la mesa la posibilidad de iniciar arranques voluntarios, una vez que el Parlamento Europeo y los países miembros ratifiquen esa decisión. Tendremos esa herramienta a nuestro alcance, pero lo que  no ha puesto de manifiesto la Comisión Europea es esos fondos a sumar a los 202 millones que la Intervención Sectoral del Vino da a España. 

¿Y qué expectativas hay de conseguir financiación extraordinaria para compensar los arranques?

Creemos que si entra como nueva medida todo lo que tiene que ver con arranques, debería haber una financiación extraordinaria; si no fuese financiación extraordinaria, porque el dinero es finito, hemos trasladado al Ministerio la posibilidad de que cualquier sobrante de la Intervención Sectorial del Vino por falta de ejecución no se devuelva a Europa y pueda utilizarse para ayudas de crisis, como cosecha en verde o arranques si llegasen a implementarse. ¿Pregunta usted si podremos arrancar a finales de este año?; tendremos que ver cómo son los acuerdos y cuáles son las financiaciones, europea, estatal y riojana. Pondremos sobre la mesa del Ministerio qué modelo de calidad quiere para este país;¿el de calidad o de cantidad? Si quiere un modelo de calidad, tendrá que tomar decisiones pensando en zonas como Rioja, como Bierzo o Galicia. Pero no es el momento de poner fechas, aunque se han dado pasos.

Los 19,2 millones de euros previstos para compensar a los viticultores por destruir uva con la cosecha en verde ¿se quedarán cortos?

No hay que poner límite; esa es una previsión inicial que puso el Ministerio después de hablar con las comunidades autónomas. El año pasado eran 20,4 millones y finalmente fueron 26 los que llegaron a las comunidades autónomas. Tuvimos que implementar una nueva línea de ayudas para los que se quedaron sin fondos con casi 5 millones de fondos riojanos, cuando se podía haber cubierto el cien por cien con los de la Intervención Sectorial del Vino. Estamos trabajando en que esos 19,2 millones crezcan.  

¿Habrá ayudas a la destilación?

Nuestro compromiso electoral era de 32 millones de euros para 2023 y 2024, con 15 y 17 millones de euros, y no hubo ninguna bodega que se quedase fuera de las ayudas. Para poder implementar ayudas a la destilación tiene que haber unos datos de estocajes para pedir el permiso a la Comisión Europa y, de momento, los datos de stock y la ratio, que se ha conseguido regular con la cosecha en verde del año pasado y con la corta cosecha que hubo, hace difícil que la Comisión Europea vea un sobreestocaje suficiente como para autorizar esas destilaciones. De momento no hay argumento técnico para la destilación.

¿Le preocupa la pérdida de viticultores? Arag la cifraba recientemente en un 5% en el último año?

Me preocupa, pero me preocupa más la pérdida de cualquier profesional agrario. En el registro de viñedo tenemos cerca de 10.000 cartillas de viticultor, aunque muchas de ellas sabemos que no son profesionales. Lo que me preocupa es que no haya ilusión en La Rioja por ser viticultor porque la rentabilidad condicione demasiado. Más que la pérdida estadística, que puede ser por jubilaciones o por temas administrativos, me preocupa lo humano, los casos concretos.  

¿Percibe mucho desánimo en la agricultura y ganadería?

Lo que hay es una reducción de la rentabilidad, porque se han vivido momentos de dificultad con la crisis del covid, el brexit y la guerra de Ucrania, que influyen en que la rentabilidad esté muy justa. Lo que debemos hacer es seguir ayudándoles para equilibrar esa rentabilidad. 

La Interprofesional del Vino está inmersa en un proceso electoral. ¿La situación obliga a que cambien cosas en las directrices del sector?

Estamos en el centenario de nuestra Denominación de Origen y no es la primera crisis que se vive en Rioja. Si tiramos de historia, vemos que ha habido altibajos en ventas y en precios, hemos pasado guerras y el sector ha sobrevivido y se ha adaptado. Esa es la virtud de nuestra Denominación, que se adapta a las necesidades de cada momento. Ha visto que hay un consumo mayor de vinos blancos y en los dos últimos años, con las ayudas a reestructuración y reconversión de viñedo, se ha conseguido que se arranque más tempranillo y se planten más blancos, alrededor de 200 hectáreas que se reconvertirán de tinto a blanco. Es un sector maduro que sabe que La Rioja no se concibe sin viticultores, sin bodegas y sin cooperativas y todos son conscientes de que tienen que trabajar de la mano para adaptarse a las situaciones del mercado y los gustos del consumidor. 

El estatus del lobo ha cambiado con su salida del listado de especial protección, el Lespre. ¿Cuándo se podrán cazar lobos en La Rioja?

En La Rioja el lobo estaba sobreprotegido de forma caprichosa, sin necesidad, porque estaba protegido por el Lespre y por la Ley de Biodiversidad de La Rioja. Desde enero, el Parlamento regional está cursando la modificación de esa ley para excluir el lobo del listado riojano de especies protegidas, basándonos en la matemática: Teníamos tres manadas de lobo en 2021, cinco en 2022 y estamos finalizando el censo 2024-2025 y todo indica que el crecimiento será exponencial. Esperamos que la modificación de la Ley de Biodiversidad esté publicada antes de dos meses y trabajamos en la nueva planificación de cómo se realizarán las extracciones o la caza, que no será al uso, porque el logo no es una codorniz ni un jabalí. Habrá una caza controlada con el objetivo de tener otra herramienta más, junto a los corrales antilobo, ayudas a mantener mastines o medidas de aversión y ayudas a los ganaderos por ataques.  La pérdida de cabaña ganadera en los 54 municipios que tenemos con lobo es muy importante, con 16.000 cabezas menos desde 2021. Buscamos una verdadera coexistencia, no una sumisión de la vida de la oveja a la del lobo.

A la espera del censo, ¿el número de lobos que se podrán cazar será similar al que había antes de la protección?

Lo dirá la ciencia. Antes de la protección de 2021, en once años se cazaron diez lobos, pero había menos de tres manadas. No se puede dar un número; cazaremos los lobos necesarios para que la coexistencia sea equilibrada. 

Alguna organización ecologista le ha acusado de ansias predadoras hacia esa especie. ¿Para la ganadería, con otros muchos problemas, es crucial que se cacen lobos?

Creo que las asociaciones ecologistas no escuchan lo que dice esta consejera; escuchan otras voces. No sé de cuáles de mis palabras se desprenden esas ansias depredadoras. Les invito a que me escuche a mí y a toda la ciencia, no solo a la que les da resultados para sus argumentos. Me considero una persona moderada, no tengo extremos y me encanta el equilibrio. 

¿Se plantean reintroducir el lince, como han hecho otras regiones?

Hemos estudiado cómo lo han hecho en comunidades vecinas, como Aragón, pero en La Rioja no se dan de momento las circunstancias. Estamos bastante volcados en la protección del visón europeo, con un trabajo ingente para su recuperación y la extracción del americano. 

¿Cuándo entrará en vigor la Ley del Paisaje?

No tendría que tardar mucho, está muy avanzada y solo queda incorporar las enmiendas que se aprueben en comisión y su debate en pleno. 

¿Con esa futura ley se podrían haber autorizado parques eólicos como el Jubera I y II, con enormes aerogeneradores con gran impacto visual sobre Galilea y Ventas Blanca?

La ley divide La Rioja en zonas de exclusión para proyectos de elevado impacto paisajístico y otras que no lo son. Y lo primero ha sido definir de forma objetiva qué es un proyecto de elevado impacto paisajístico. Esos parques que menciona los tendríamos en un mapa y si caen en una zona de exclusión, serían prohibidos, y si caen fuera, entraría el Observatorio del Paisaje, la Dirección General de Medio Natural y todos los parámetros y en alguna ocasión serán proyectos sin impacto y en otras no podrán ser realidad;todo dependerá  de que no estén en paisajes sobresalientes. 

¿La polémica línea de alta tensión Tauste-Júndiz es definitivamente historia?

Esa línea es competencia del Estado, que le dio autorización previa y la declaración de impacto positiva, sin tener en cuenta alegaciones e informes negativos de esta comunidad. El Gobierno de La Rioja, además de alegar, interpuso dos recursos contenciosos administrativos contra esa aberración. No nos lo ha confirmado oficialmente el Ministerio, aunque una vez que vimos que vencían los plazos, sí nos comunicaron telefónicamente que al parecer la empresa desistía de verter energía en Vitoria cruzando toda La Rioja, dadas las necesidades de energía que tendrá Aragón con los proyectos que se están implantado allí. Pero seguimos a la espera de que la renuncia sea oficial. La amenaza se ha vencido con la racionalidad. 

No parece que vayan a ser necesarias restricciones de agua el próximo verano, con los embalses a tope. Pese a ello, resulta extraño que no esté en servicio ya la presa de Soto-Terroba, competencia de la Confederación Hidrográfica, pese a llevar años construida. ¿Sabe cuándo podría estar a pleno rendimiento?

Hasta hace poco esa presa buscaba clientes. Estamos trabajando de la mano de posibles regadíos  para que sean clientes de la presa. Confederación está finalizando la reparación de pequeñas deficiencias detectadas, que lo tienen solucionado, y entre todos estamos buscando que dé uso a algo tan importante como el riego en una zona donde hay proyectos de concentraciones parcelarias. Que la mayoría de los pantanos y acuíferos estén en un momento sobresaliente, no quita para seguir trabajando para estar preparados por si vuelven los periodos de escasez y por eso tenemos ya el Plan Estratégico de Regadío de La Rioja.