La licitación de obra pública creció este semestre un 1,3% respecto al mismo periodo de 2023 y alcanzó los 13.714 millones de euros, una tendencia que no compartió La Rioja, que sufrió un desplome del 33,2%, para alcanzar un cifra de 94,3 millones. La responsabilidad de este significativo descenso hay que atribuírsela a la Administración del Estado, que ha licitado durante ese periodo un 55,8% menos, una caída solo inferior a la de Cantabria, Madrid y Galicia.
Esta acusada mengua no ha podido ser compensada por el Gobierno autónomo, que ha aumentado la cuantía de la contratación un 75,5% más, objetivo cuya consecución ha sido frenada por la disminución de la suma destinada por los ayuntamientos, de un 27,7%.
Así las cosas, y según los datos más exhaustivos que ofrece la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras de España (Seopan) hasta junio, la Administración del Estado ha sido la principal licitante, con cerca de 40 millones, 30 corresponden a la comunidad autónoma y alrededor de 24 a las administraciones locales;de esta manera, el 58% de la inversión está descentralizada.
José Ramón Liébana, secretario general de la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), señala que esta inversión supone el 0,7%, «y nos han licitado justo lo que suponemos como población en el conjunto nacional», y lamenta que esta región haya seguido una dirección contraria al conjunto del Estado. Reconoce el «esfuerzo ímprobo» de la comunidad autónoma» por licitación de obra pública, que presenta un notable incremento, justo lo contrario que la Administración central, que «nos está penalizando».
Ni un euro para el tren. Cierto es que, en el conjunto del país, la licitación del obra pública por parte del Estado descendió un 16,6%, aunque se da la circunstancia de que, como contraposición, los territorios vecinos a La Rioja han experimentado un crecimiento espectacular, del 100% en el País Vasco, del 166% en Navarra y del 220,5% en Aragón. De estas dimensiones ha quedado excluida Castilla y León, donde, no obstante también, se ha incrementado la licitación por parte de la Administración central, en un 2,2%. Este es, precisamente, uno de los aspectos que destaca Liébana, que indica que este desequilibrio entre las sumas sacadas a contratación entre La Rioja y las comunidades vecinas supone un perjuicio para las empresas de esta tierra, que pierden competitividad. «Y no solo eso, implica también una grave afección para esta región, que se está quedando muy rezagada respecto a las limítrofes», argumenta el representante de CPAR. La Rioja ha sido, además, la única comunidad en la que el ferrocarril no recibió ni un euro en el primer semestre, frente a los 244 millones de Andalucía, los cerca de 150 de Aragón, los 117,9 de Cataluña o los 50 del País Vasco.
Por lo que respecta al destino de las licitaciones, en edificaciones han sido 31 millones, de los que 24,6 se han dirigido al área social, donde 10, 6 millones lo han sido para instalaciones docentes, 7,3 , para sanitarias y 3,5, deportivas. No obstante, la mayor cuantía sacada a contratación lo ha sido para infraestructuras hidráulicas, con 43,9 millones para mejorar el abastecimiento y colectores. Un total de 8,8 millones han sido para carreteras.
Desiertas. José Ramón Liébana informa de que fueron cinco las obras licitadas en el primer semestre las que se quedaron desiertas.
La de mayor cuantía correspondió al centro de día para personas de mayores de Aldeanueva de Ebro, por 1,8 millones de euros, 700.000 euros más que las de consolidación del eje ciclista en Logroño, que salieron a contratación el 3 de abril por 1,1 millones de euros.
Igualmente, no encontraron quien las hiciera las obras de renovación de la canalización de agua de Arnedo, por 100.000 euros, y otras actuaciones de menor cuantía como la segunda fase de urbanización de la calle Zaldúa de Valgañón, por 77.000 euros, o la toma de agua de Logroño a Nalda, que licitó el Ayuntamiento de la capital por 91.000 euros.