Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Esto no se arregla con una carta

06/06/2024

No pintan bien las cosas para el matrimonio Sánchez.

La primera carta en la que anunciaba su decisión de tomarse cinco días de reflexión ya fue ejemplo de irresponsabilidad, tanto en el fondo como en las formas. Pero la segunda carta es más torpe todavía. Cree Sánchez, equivocadamente, que los problemas se arreglan con cartas y una buena dosis de victimismo. Y no cuela.

Se comprende que quiera expresar su incondicional apoyo a su mujer, pero cargar contra el juez instructor y denunciar una campaña de insidias contra su persona no cuela. Sánchez está alejado de la realidad. Porque una cosa es demostrar confianza en su esposa y otra muy distinta tomar a los españoles por patanes que no saben que todos los ciudadanos son iguales ante la ley por muy mujeres del presidente que sean. De la misma manera que los investigados tienen derecho a la presunción de inocencia, tienen también la obligación de asumir que los jueces cumplen su trabajo cuando encuentran indicios de delito.

Hay docenas de ejemplos de altos cargos que han tenido que comparecer ante los tribunales para responder por hechos presuntamente delictivos, incluida una Infanta de España. Algunos incluso han sido condenados a prisión y ninguno se ha defendido atacando sin piedad a partidos contrarios, periodistas… y jueces.

Pedro Sánchez no tiene escapatoria, en el sentido de que ha quedado ya marcado para siempre. Como un hombre al que no le importa que los más influyentes medios de comunicación del mundo tengan hoy a España en el foco de la noticia porque la mujer del presidente está acusada de corrupción. Su marido no reacciona como haría cualquier demócrata: anunciando que Begoña Gómez está dispuesta a comparecer ante un juez, cualquier juez, para informar sobre sus circunstancias. En lugar de descalificar la profesionalidad de quien instruye su causa y de los medios que aportan informaciones cada día más preocupantes.

Ha permitido que Begoña Gómez ocupara un cargo en la Complutense sin cumplir las condiciones exigidas, no quiere que se investiguen sus negocios con un software de la Complutense que ella registró como propio; su mujer ha escrito cartas al gobierno que jamás debería escribir la esposa de un presidente, y ha puesto en riesgo la continuidad del equipo de dirección de una de las grandes universidades públicas españolas, porque no estuvieron atentos a las actividades de Begoña Gómez-

Pedro Sánchez, más que en buscar frases hirientes hacia profesionales que intentan hacer bien su trabajo, debería echar atrás la moviola y actuar como en tiempos pasados decía que debía actuar cualquier personaje pillado en falta: respondiendo a las preguntas y tomando decisiones aunque fueran dolorosas.

Es incomprensible que cuente todavía con el apoyo de destacados socialistas de trayectoria impecable, porque nunca ha habido en España un dirigente que más se haya traicionado a sí mismo, a sus promesas, a sus principios. Y encima pretende dar lecciones de democracia. Ver para creer.