Un espejo donde mirarse para aprender

Gonzalo Ortega
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Un parcial de 0-25 en el segundo cuarto lastra todas las opciones de victoria de un combativo Rioverde Clavijo

San Pablo Burgos hizo notar la diferencia de categoría y se impuso con solvencia en el Palacio de los Deportes. - Foto: Óscar Solorzano.

Demasiado San Pablo Burgos para un Clavijo que sigue creciendo. Los burgaleses sellaron su pase a la siguiente ronda de la Copa España tras una contundente victoria 59-106 frente a un equipo local que luchó y plantó cara, pero que nunca pudo igualar las diferencias entre plantillas.

La realidad de este tipo de partido es que existe tanta diferencia en tantos factores entre plantillas, que David, casi con total certeza, sabe que va a perder ante Goliat. Por esta razón, más que estar pendientes de la distancia que refleje el electrónico, merece la pena valorar otros elementos, como las ganas, la intensidad y la actitud. Y Rioverde Clavijo salió con la mochila llena. No se dejó achicar y planteó desde el inicio ese encuentro rápido y entretenido, con mucho ritmo tomando rápidamente la delantera.

El problema frente a un equipo de la capacidad del Burgos es que exige estar en cada minuto al 200%. En todas las parcelas: defensa, ataque, rebote, intensidad y sobre todo, anotación. Y cuando en el tramo final de estos diez minutos iniciales, los chicos de Jorge Serna disminuyeron su porcentaje de acierto, San Pablo Burgos ya se había marchado de diez puntos. El segundo triple de Ayesa permitió cerrar un muy completo primer parcial de Rioverde Clavijo 21-28.

No obstante, todo el buen trabajo realizado lo echó por tierra en un paupérrimo segundo cuarto en el que tan solo fueron capaces de anotar 10 puntos y les pasó por encima un tornado burgalés que les hizo descarrilar. Parecía continuar la buena dinámica del arranque, encontrando los huecos en jugadas interiores y también a hombres liberados que acortaron el marcador hasta el 27-33. Paró el partido Bruno Savignani con un tiempo muerto que llevaba una etiqueta impresa: 'El principio del fin'.

Seis minutos y diez segundos consecutivos sin anotar una canasta fueron la pala, temprana y definitiva, con la que Rioverde Clavijo había cavado su propia tumba. 0-25 de parcial fue una losa que, salvo milagro divino, era imposible de levantar. Al descanso, San Pablo Burgos se marchó duplicando a los locales, con un 31-60 a su favor.

Sentó bien el descanso a un Rioverde Clavijo que saltó de nuevo, a igualar fuerzas contra el equipo castellanoleonés. Dejó atrás ese 'estrés' por el bache anotador y con acierto desde la línea de tres consiguió incrementar su puntuación en un tercer cuarto que se veía con un ritmo mucho más lento y pausado que los anteriores. Pese a su inercia, los de Serna optaron con el dinamismo y siguieron fieles a su estilo de juego, que permitieron cerrar este tercer acto con 15-20 (46-80 en el global).

El último cuarto fue un dejarse llevar. Ambos conjuntos sabían que el destino de ese partido ya estaba definido y, lejos de correr riesgos y desgracias innecesarias, intercambiaban acciones que habían disminuido mucho la intensidad de las que protagonizaban al inicio. La tendencia, eso sí, no se invirtió y San Pablo Burgos siguió imponiendo hasta el final la ley del más fuerte, ante un Clavijo que lo intentó, pero que se dio de bruces contra una montaña imposible de escalar.

Terminó el partido 59-106, con 45 puntos de diferencia para el todopoderoso conjunto burgalés, que matemáticamente es líder del Grupo D de la Copa España y deja a Rioverde Clavijo sin opciones de pasar de ronda en esta competición piloto cuyo futuro se desconoce en próximas temporadas.