El Boletín Oficial de La Rioja (BOR) anunció a principios del pasado mes de abril el cese de Jesús Álvarez como gerente del Servicio Riojano de Salud y el nombramiento de Luis Ángel González (León, 1964), aunque el cambio se conoció días antes.
Este leonés cuenta con experiencia en puestos similares, ya que fue director gerente del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca entre 2019 y 2024; y subdirector Médico y Coordinador General de la Oficina Técnica de Seguimiento del Nuevo Hospital Universitario de Salamanca entre 2017 y 2019.
González recibió a El Día de La Rioja en su despacho, ultimando unos apuntes en su ordenador. Desde el primer momento se mostró cordial y educado durante una conversación que duró cerca de 40 minutos y en la que se trataron múltiples temas que afectan a la Atención Primaria y Hospitalaria.
¿Qué tal estos primeros meses?
Para mi es un placer y un orgullo poder estar en el servicio riojano de salud. Estoy agradecido a la consejera de sanidad, María Martín, por la confianza para optar a este cargo de relevancia y a todo mi equipo que me ha recibido de forma excepcional y con los cuales comparto trabajo, ideas, planificación e ideas de lo que en un futuro tiene que ser el servicio riojano de salud.
¿Hay mucha diferencia con su anterior destino?
Vengo de una ciudad de un tamaño similar y de un hospital de nivel 4, que es de máxima complejidad y una referencia regional y nacional. Vengo a dirigir un servicio público de salud en sus variantes y en sus niveles asistenciales, tanto de Atención Hospitalaria como de Atención Primaria. Tengo experiencia en dichos ámbitos porque en anteriores etapas he sido gerente de Atención Primaria durante casi dos años en un área de salud con casi 36 zonas básicas, y la verdad que mi experiencia en ese momento fue muy positiva. Por eso, quiero trasladar el conocimiento adquirido en la gestión primaria y hospitalaria al nuevo y excelente proyecto que se plantea en el SERIS.
¿Cuáles son sus retos como nuevo gerente del SERIS?
He detectado y estamos trabajando en el desarrollo del Plan Estratégico 2024-2027 del SERIS, en unas áreas que consideramos estratégicas. Tenemos que ir hacia una integración y continuidad asistencial excelentes de los servicios de Atención Primaria y Hospitalaria para dar una asistencia a nuestros ciudadanos. Como no puede ser de otra forma, esta asistencia debe estar centrada para satisfacer las expectativas en salud del paciente. Para ello es necesario una organización que tiene que trabajar como un equipo unido, compacto, multidisciplinar y con trabajo que se base en unos indicadores que nos aporten datos que nos obliguen y guíen hacia un toma de decisiones basada en datos fiables.
Por otro lado, nuestra mayor fortaleza son los profesionales, por lo que debemos cuidarlos. No hay que olvidar que uno de sus rasgos de motivación es la formación, la docencia y la investigación, unos elementos que debemos trabajar.
Habla de cuidar a los profesionales sanitarios pero los sindicatos denuncian que faltan facultativos en el SERIS. ¿Qué tiene que decir ante esto? ¿Se prevén contrataciones?
Negar una evidencia sería absurdo. Existe un déficit de profesionales, sobre todo en determinadas especialidades, entre ellas Medicina de Familia y otras del ámbito hospitalario. Ante esta situación tenemos dos opciones, es decir, podemos seguir arreglando y prestando la labor asistencia con los profesionales que tenemos, o ser proactivos e intentar mejorar esa situación. Yo soy partidario de lo segundo y de buscar áreas de mejora. En primer lugar, fidelizar y hacer atractivo para los profesionales que ya están con nosotros el Servicio Riojano de Salud. Esto se conseguirá con la mejora de la organización y teniendo procesos asistenciales avanzados con una integración de Atención Primaria y Hospitalaria donde el paciente no esté en Primaria, luego se le traslade al Hospital, y luego vuelva a Primaria. La idea es que el paciente se sienta en un proceso longitudinal asistencial.
Por otro lado, hay que destacar la formación y la docencia. El hecho de tener un grado de Medicina motiva a los profesionales porque pueden formar parte del profesorado que en un futuro formará a los nuevos profesionales; y segundo, una facultad de medicina sirve de polo de atracción a profesionales externos.
El tercer elemento es la labor de investigación. Tenemos que seguir trabajando con el CIBIR para escalar posiciones y llegar a ser un instituto de investigación biomédica que sirva de polo de atracción a nuevos investigadores externos de calidad. A la vez que nuestros profesionales encuentren un campo donde puedan desarrollar tareas investigadoras en el ámbito hospitalario y en Primaria.
Las listas de espera han bajado en este tiempo, en parte gracias a la colaboración público-privada. Esta solución forma parte de un Plan de Choque que dijo que se iba a quitar cuando se alcanzaran «cifras asumibles». ¿Cuáles son esas cifras asumibles?
Son aquellas que son aceptadas por la organización y la ciudadanía, es decir, cuando el tiempo de espera de un ciudadano para ser intervenido quirúrgicamente o acudir a una consulta externa esté considerado dentro de una normalidad. Pero sobre todo tiene que ser asumible por la organización porque nosotros tenemos que buscar un equilibrio que permita que la demanda de asistencia sanitaria en consultas externas, intervenciones quirúrgicas y pruebas diagnosticas se equilibre con nuestra capacidad de actividad asistencial.
¿Puede dar cifras concretas?
Nos encontramos en agosto del año pasado una demora media de 116 días y 11.610 pacientes en lista de espera, de los cuales, 375 estaban por encima de 300 días. Con las medidas aplicadas, estamos en 68,9 días de demora media y 9.000 pacientes en lista de espera, de los cuales, 24 están por encima de 300 días.
Con la variabilidad en la demanda y la complejidad de la gestión de la misma, dar cifras es muy arriesgado, tanto en tiempo como en cantidad. Aun así, vamos a seguir trabajando para mejorar esos números y dar la mejor calidad asistencial a los ciudadanos de La Rioja.
Otro tema candente es la sobresaturación que hay en Urgencias y que se ha denunciado en varias ocasiones por los propios profesionales sanitarios. ¿Por qué sigue pasando? ¿Qué se puede hacer para solucionarlo?
En cuanto leí esas noticias pregunté y me informé a través del equipo directivo y los jefes de servicio, quienes me han dicho que la presión asistencial en Urgencias es la habitual para esta época del año. Estamos en aproximadamente entre 400 y 410 pacientes diarios entre Logroño y Calahorra, con una patología típica de esta época. En concreto, la presión asistencial del hospital San Pedro es de 330 pacientes, de los que entre 250 y 260 son adultos, y el resto niños.
También se observa que el índice de ocupación en Atención Hospitalaria está en un 80 o 82%, una cifra que es normal, es decir, el drenaje de urgencias hacia hospitalización se va desarrollando con normalidad.
¿Pero el Plan de Contingencia funciona cuando es necesario?
Tenemos previsto un plan de contingencia con el que si la presión asistencial aumenta, se incrementaría el número de camas. Además de que urgencias tiene otros sistemas de drenajes, como la Unidad de Corta Estancia donde hay unas 14 o 16 camas donde se pueden colocar a pacientes que necesitan una supervisión entre las 24 y 72 horas. Otra vía de drenaje son la hospitalización de día y a domicilio.
No existe la percepción de que exista un problema en urgencias salvo la presión asistencial habitual porque se están usando los recursos de drenaje para ir descongestionando la presión, que es alta.
El caso es que se han recibido denuncias de sindicatos alegando que estos sistemas de drenaje no funcionan, como la Unidad de Corta Estancia, que últimamente siempre está llena. ¿Qué puede decir ante eso?
Eso es un error de concepto. Esas unidades deben estar llenas para ser eficientes, es decir, yo no puedo tener una unidad con 14 camas en la que tres están llenas y el resto vacías. La Unidad de Corta Estancia se utiliza para evitar hospitalizaciones porque un paciente más de 24 horas en urgencias no debería estar. En aquellas patologías en las que el facultativo cree que con dos o tres días se puede solucionar el problema sin pasar a una hospitalización, se utilizan esas camas para evitar ingresos y mejorar la calidad asistencial. Ojalá estuvieran siempre llenas ya que significaría que la eficiencia que se les da es real.
Pasa lo mismo con las unidades de hospitalización. Tenemos que actuar en base a la demanda y si la presión asistencial crece aumentamos los recursos y si se mantiene no. Tenemos que ajustar la demanda a los recursos.
También se denuncia que el Hospital de La Rioja está infrautilizado. ¿No se puede usar cuando hay este problema en Urgencias?
De hecho se ha utilizado pero el Hospital de La Rioja está orientado a otro tipo de pacientes, sobre todo a geriátricos y de paliativos. A esos recursos hay que recurrir cuando hay un desbordamiento pero no se ha dado el caso.
Esta semana la Plataforma para la Defensa de la Salud Pública denunció que en seis meses había habido casi 9.300 reclamaciones de pacientes. ¿Qué puede decir al respecto?
Estas reclamaciones se valoran profundamente. Todas llegan a la gerencia y son evaluadas en la comisión de dirección de forma detallada porque son informaciones que ponen de manifiesto alguna carencia estructural que nosotros podemos subsanar. Por este motivo les prestemos atención y son examinadas y evaluadas. Una vez evaluadas se trasladan a aquellos servicios que se han visto afectados por las reclamaciones.
Negarte que hay reclamaciones sería absurdo. Las listas de espera, las necesidades asistenciales, que el ciudadano quiera que se le atienda lo más rápido posible… son hechos que generan reclamaciones. En nuestra mano está usar esa información para ser proactivos, plantear acciones de mejora y detectar áreas de mejora que a lo mejor no estamos identificando.
Otro tema que tuvo bastante repercusión fue el sobresueldo del anterior gerente del SERIS, Jesús Álvarez, por guardias y actividades extraordinarias. ¿Qué opinión tiene al respecto? ¿Usted también cobra de esa manera?
Mi sueldo es por nombramiento. Estoy sujeto a la ley de transparencia y tengo que presentar múltiples documentos donde justifico mis ingresos y absolutamente todos mis bienes e inmuebles, estoy sometido a un control estricto.
Con respecto al anterior gerente, desconozco la situación. Me he encontrado con una serie de noticias pero lo que tengo claro es que por delante de todo va la calidad asistencial y la accesibilidad del paciente. Para ello tengo que utilizar aquellos recursos que están en mi mano y se ajusten a la norma. Por un lado, los profesionales de Atención Hospitalaria y Primaria que en su jornada ordinaria deben ser eficaces y eficientes; la actividad extraordinaria desarrollada por profesionales de nuestra organización de forma voluntaria en horario de tarde y retribuida acorde a la norma; y el concierto externo, es decir, aquellos pacientes que no somos capaces de absorberlos en jornada ordinaria, absorberlos de forma privada. Con respecto a actividades de otro tipo, lo desconozco.
¿Pero considera que está mal cobrar eso y que es negativo?
Desconozco la situación y de aquellas situaciones que desconozco, quiero ser prudente a la hora de realizar cualquier apreciación porque podría cometer un error. Una persona en este cargo no se lo puede permitirse un error en esto salvo que tenga datos fehacientes. Aunque si yo, en un momento concreto, tengo esos datos fehacientes, se adoptarían las medidas oportunas y pertinentes pero a día de hoy, el trabajo lo tengo que llevar hacia adelante y no hacia atrás.
Por otro lado, la semana pasada hizo referencia a la creación del Instituto de Investigación Biomédica del SERIS. ¿Puede dar algún detalle más sobre esto? ¿En que va a consistir?
El CIBIR, que es nuestro centro de investigación biomédica, está realizando una labor muy interesante, de hecho, hace poco se elaboró una zona de simulación que para nuestros profesionales es muy importante. Estamos haciendo cosas pero tenemos que ser ambiciosos y proactivos, para llegar más allá. Por eso, podemos hacer un trabajo en red y asociarnos con otros institutos de investigación de mayor envergadura, como los que hay en el País Vasco, Cantabria o Aragón. El objetivo es potenciar de forma indirecta la investigación dentro de La Rioja y crear ese caldo de cultivo necesario e imprescindible para que haya una investigación potente en el CIBIR.
La unión hace la fuerza. Tenemos que buscar fuera lo que dentro no tenemos y de esta manera, se mejorará la labor de formación, investigación, docencia y calidad asistencial en La Rioja.