3.000 riojanos más no llegan a fin de mes

Laura Merino
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Los niños, niñas y adolescentes presentan las tasas más altas de necesidad en comparación con los grupos de más edad y las personas mayores de 65 años

Ainhoa Castelló, en los portales de la Plaza del Mercado de Logroño - Foto: Ingrid

Más de 70.000 personas están en riesgo exclusión social en La Rioja, casi 3.000 más en un año. Así aparece indicado en el XIV Informe 'El Estado de la Pobreza', presentado ayer por la Red Europea de Lucha contra la pobreza y la Exclusión Social en La Rioja (EAPN La Rioja)  como conmemoración del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza. 

En la presentación del informe, Silvia Andrés, presidenta de EAPN La Rioja, junto a Sonia Martínez y Juan Antonio Meléndez, miembros de la junta directiva, especificó que en 2023, el 21,8 por ciento de la población de La Rioja vivía en riesgo de pobreza o exclusión social, mientras que en 2022 la cifra era del 20,9%. 

El informe también indica que la comunidad autónoma riojana ocupa el séptimo mejor puesto con una tasa de 4,7 puntos inferior a la nacional. Y aunque en 2023 los principales indicadores registraron unos valores menores respecto a los nacionales, la mayoría de ellos también son peores que en 2022 ya que la tasa AROPE (riesgo de exclusión y/o pobreza), la de pobreza y la de pobreza severa aumentan debido a que la renta media riojana crece menos que la nacional. «La baja intensidad de empleo es el único indicador en el que no empeoramos», señaló la presidenta, ya que se trata del valor más bajo de todas las regiones y el menor de toda su serie histórica. 

No obstante, Andrés también añadió que el hecho de tener uno de los peores datos en carencia material y social severa, pero tener más empleo implica que «los trabajos son precarios y los sueldos no van a poder con el precio de la vida». 

El informe indica que por edad los niños, niñas y adolescentes son los más afectados por la necesidad, por encima del grupo de 18 a 64 años y correspondiendo a la tasa más baja a las personas de 65 años y más.

El indicador de riesgo de pobreza se sitúa en 16,6% por lo que se observa un ligero aumento respecto a los años anteriores. El problema es que aunque sea un incremento leve, no ha dejado de crecer desde hace cuatro años. 

Las mujeres, más afectadas.  Respecto al análisis por sexo, Martínez destaca que a pesar de los avances, las mujeres son las que más sufren la escasez y los problemas de desigualdad. En cuanto al análisis por edad, se puede apreciar que las máximas tasas de pobreza se centran en los menores de 18 años y en las personas mayores de 65 años. 

Cabe resaltar que un tercio de los pensionistas recibieron un importe que no superaba el umbral de pobreza y hay un 13,1% cuya cantidad es inferior al del umbral de la severa (renta inferior a 523 euros en 2023). 

Y respecto a la pobreza severa,  es importante destacar que en 2023 aumentó un punto respecto al año anterior lo que implica que el 7% de la población de La Rioja vivió en 2023 con un ingreso máximo de 611 euros mensuales. En este sentido, el grupo más joven vuelve a ser el más afectado y el de 65 años o más el que menor tasa registra. Y si se tiene en cuenta el análisis por sexo, tanto hombres como mujeres están igualados en este indicador pues la tasa en hombres aumenta. 

Un aspecto destacable es que la precariedad severa aumenta exclusivamente en las zonas rurales de La Rioja por lo que la diferencia entre el campo y la ciudad ha aumentado de tal forma que el 14,3% de las personas del mundo rural viven en pobreza severa, tres veces más que las de zonas urbanas donde el porcentaje es de 4,9%. 

Finalmente, el informe también indica que el umbral de pobreza se establece en todas aquellas personas residentes en La Rioja cuyos ingresos por unidad de consumo estén entre los 10.990 euros (umbral nacional) y los establecidos en la comunidad riojana de 11.303 euros, pasan a ser considerados como personas pobres. 

La privación está cada vez más presente 

La Privación Material y Social severa es un indicador que se mide a partir de 13 ítems de carencia como puede ser la capacidad de asumir gastos de la vivienda, pagar la calefacción, reparaciones, sustituir ropa vieja por nueva o participar en actividades de ocio entre otros más. En el momento en el que una persona no puede asumir 7 de estos 13 parámetros, implica que se encuentra en esta situación.  

En 2023, más de 21 mil personas de la comunidad riojana vivieron en esta situación de privación, lo que supone que son 9 mil personas más que en el año anterior. Y aunque la cifra es mejor que la media nacional siguen siendo los niños, niñas y adolescentes el grupo que en mayor medida sufre de estas privaciones.

«Al tener que pagar la medicación no me queda nada de dinero»
Ainhoa Castelló explica que no puede hacer frente a todos los gastos necesarios debido a los empleos temporales y sus ingresos inferiores 

Desde la infancia fantaseamos con nuestra vida futura y es muy fácil idealizarla porque no existen los problemas. Sin embargo, a medida que dejas la niñez atrás aprecias cómo es realmente la vida adulta donde surgen problemas a los que nunca esperabas tener que enfrentarte. 

Este es el caso de Ainhoa Castelló, una chica de 25 años, que como otras 70.000 personas de La Rioja, se encuentra en riesgo de pobreza. La joven relata que es de Alicante, pero decidió mudarse a la comunidad riojana hace seis años pues pensó que «sería una vida más fácil porque la calidad de vida es mejor». Y aunque lleva ya tres años buscando un empleo estable y ha intentado abarcar varios trabajos a la vez, indica que lo único que ha conseguido hasta ahora son «empleos cubriendo bajas», por lo que le resulta imposible «llegar a fin de mes». 

Además, la joven explica que al tener un grado medio en informática querría trabajar de lo suyo, pero aclara que el problema está en que «es muy complicado» porque en este ámbito estudió la parte que «no tiene trabajo». Pero esto no es un impedimento par a Castelló ya que pretende continuar estudiando un grado superior y seguir luchando con el fin de lograr el trabajo de sus sueños.

Vivienda. A todo este problema en la búsqueda de empleo, la joven añade que tampoco es fácil encontrar una vivienda adaptada a sus ingresos porque muchos de los trabajos a los que accede van por horas lo que implica un menor sueldo lo que no le permite llegar a todos los gastos. «No puedo vivir sola porque tengo dos enfermedades y al tener que pagar la medicación no me queda nada de dinero a final de mes », destaca. Por ello, actualmente se encuentra viviendo con su pareja e indica que seguirá así, al menos, hasta que en un futuro encuentre una habitación o un piso propio.

Finalmente, Castelló expresa que sus amigos se encuentran en una situación similar a la suya. Y explica que al ser más jóvenes y «vivir con sus padres» se pueden permitir gastar el poco dinero que ganan trabajando en «caprichos».