Mucho, y para bien, han cambiado las cosas en la Unión Deportiva Logroñés. El descenso a Segunda RFEF ha supuesto un duro golpe del que parece han aprendido en la cúpula directiva. Al contrario que en pasadas temporadas, los blanquirrojos llegan a la segunda quincena de junio con los deberes hechos.

El fichaje de Carlos Lasheras se confirmó el pasado 31 de mayo, nada más terminar la liga, pero llevaba tiempo cocinándose a fuego lento, mientras que la llegada de Diego Martínez se cerró en un tiempo 'récord' siendo oficial este miércoles 7 de junio. Si echamos la mirada a temporadas pasadas, los tiempos han evolucionado de forma muy favorable.

Durante el primer año con vida en primera RFEF, en la temporada 2021-22, la UDL tuvo que rearmar toda la estructura deportiva después de descender del fútbol profesional. En esa ocasión, Carlos Lasheras abandonó el barco, una embarcación a la que se subió Manu Franco. Eso sí, la llegada del vizcaíno no se produjo hasta mediados de junio (día 15). Con el de Larrabeztu llegaría Mere Hermoso nueve días después, el 24 del mismo mes.

La aventura del técnico de El Puerto de Santamaría llegó a su fin sin terminar el curso. El 3 de abril de 2022 fue cesado y sustituido por Albert Aguilà, hasta ese momento entrenador del filial.

Tras caer en el 'play off' ante el Villarreal B en Ferrol, ManuFranco abandonó la entidad, pero Aguilà siguió al frente. David Torices fue el siguiente en llegar. Fue el 26 de junio de 2022, diez días después de la despedida de Manu Franco.

Ahora, y con un nuevo descenso, Félix Revuelta ha reaccionado rápido y no ha tardado nada en completar las piezas de un puzzle que cojeaba en la faceta deportiva. Ahora, a 9 de junio de 2023 y a diferencia de lo que ocurría en cursos anteriores,  la UDL solo se tiene que preocupar de hacer una plantilla que sea capaz de conseguir el regreso a Primera RFEF por la vía rápida.