Es un hombre de finales. El delantero de Arbizu cuenta casi todos sus partidos con txapela en juego por victorias. Finales del Cuatro y Medio 2018, 2019 y 2022. Ganadas. Finales del Campeonato de Parejas de 2018 y 2020. Ganadas. Solo una pequeña mancha negra en su historial: Manomanista 2022. El resto, como diría Luis Aragonés: 'ganar, ganar y volver a ganar'. Un borrón, que le impide, de momento, entrar al club de ocho pelotaris ganadores de las tres grandes txapelas. Tiempo al tiempo, piensa Joseba Ezkurdia.
Persigue su tercera txapela en esta modalidad. Persigue un registro inmaculado de tres sombreros en tres finales. Persigue subir un escalón y alcanzar la tercera, al igual que su compañero en los cuadros traseros, para igualar los registros de Olaizola II, Arretxe, Vergara II, Xala, Lasa III y Joxean Tolosa. Y lo perseguirá este domingo en el único escenario que le ha visto hincar la rodilla en un partido decisivo. Ese Navarra Arena que encumbró a Unai Laso hace tres años y que negó al arbizuarra de la txapela del mano a mano. No le priva la ilusión. De hecho, es la frase en la que más incide y que mejor le representa: «Ilusión».
«Ya he estado en esta situación antes. Son 15 días para disfrutar. Estoy contento, preparando una final lo mejor posible. En esta final tengo mucha ilusión porque hacía un tiempo que no llegaba a finales». Más concretamente, desde el 20 de noviembre de 2022. 862 días después, Ezkurdia volverá a luchar por una gran txapela. «El pelotari siempre cambia y evoluciona, y con la experiencia yo tomo esta situación con más calma y normalidad. Priorizo y le doy importancia al día a día, a no cambiar gran cosa». Aquí juega un gran papel su cuadrilla y su hermana, que le permiten preparar la final «con mucha más tranquilidad».
Ya en la segunda semana de preparación le gusta estar «no solo, pero sí intentar hablar con la menor gente posible». «Es bonito que te cojan por el pueblo, pero con comentarios puntuales. No entablo conversación, porque hablaría de la final y no quiero. Es inevitable pensar en la final, pero intento pensar en ella lo menos posible». La fama sí es inevitable.
ALERTA. El navarro es el primero que sabe lo que ha costado llegar hasta aquí. «Nos han exigido hasta el último tanto del último partido». Sí, ese partido en el Atano III en el que costó un mundo llegar a 16, el cartón que certificaba su presencia en la final. «16 tantos son más de medio partido y fue durísimo contra una pareja como Laso e Iztueta que venían de hacer un campeonato bestial. Yo es el partido que más nervioso he estado en todo el campeonato», recuerda Ezkurdia, quien añade que se puso «en alerta» con el partido de Segunda entre Senar y Eskiroz, a los que les valía hacer 17 tantos para estar en la final, y terminaron perdiendo 22-15 contra Salaberria y Gaskue, a la postre ganadores del Serie B.
De hecho, tampoco se veía en la final. «No pensaba en llegar, pero sí tenía ilusión de hacerlo bien. Sobre todo, porque con Beñat he jugado torneos de verano o partidos y tenía bastantes esperanzas de hacerlo bien. Ya se había oído hace un año que podíamos jugar juntos, aunque nunca nos había tocado. ¡Joe, tenía muchas ganas de jugar por fin con él!», exclama.
Cuando la ilusión se transforma en disfrute, nada puede salir mal. «He disfrutado y espero seguir haciéndolo», apunta. Para Ezkurdia, Rezusta está siendo «el mejor pelotari» del Parejas. Para la cátedra, también. Y se deshace en elogios a su pareja: «hace un trabajo increíble, defiende un montón, cubre mucho, está con mucha chispa y le sacude una barbaridad a la pelota». «Está jugando un campeonato terriblemente bueno, es un pelotari muy completo y que me transmite mucha confianza», completa el navarro, que hubiera elegido al zaguero de Bergara «ciegamente».
No hay una explicación para ello. Así lo expresa el delantero. «Siempre que habíamos coincidido, hemos jugado muy cómodos. Igual porque nuestra forma de ser es parecida, pero nunca ha tenido una mala palabra contra mí, siempre me anima y me dice que pruebe e intente cosas. Eso ayuda mucho en momentos críticos».
ESTRATEGIA. Las canas que ambos peinan pueden ser el factor diferencial del partido domingo. Para bien o para mal, porque, como el navarro reconoce, su primera final la jugó «muy, muy tranquilo». «El peso ya me lo había quitado en semifinales», indica.
«Nosotros vamos a jugar lo que queremos jugar. Hemos hecho un juego muy parecido. Intentar endurecer el partido, jugar a un ritmo alto, evitar que no esten cómodos... y sacar a Mariezkurrena del cinco, porque sino no tendremos nada que hacer». Para esta final saben qué plan llevar a cabo. Y durante los últimos tres meses, también, aunque no estuvieran todo el día en contacto. «No hemos sido mucho de hablar por teléfono ni de quedar a tomar una cerveza o café. Después de los entrenamientos en el Labrit comíamos juntos, pero nada más».
Ezkurdia reconoce que espero un duelo duro. «En una final hay muchos partidos pequeños. Hay que saber identificar cada momento clave, esos detalles que deciden quien gana y quien pierde». A la vez, apunta que es muy difícil «que salgan finales bonitas». Lo dice el mismo pelotari que firmó uno de los mejores partidos de la historia de la pelota, en la final del Cuatro y Medio 2022 contra Altuna III (22-21 a su favor). Este domingo, bonita o fea, quiere conseguir su tercera txapela y mantener su eficacia en finales del Campeonato de Parejas. Ganó en 2018. Ganó en 2022. Ahora falta el último paso de lo que decía el exseleccionador nacional. Falta 'volver a ganar'.