La Jefatura Superior de Policía de la Rioja ha provocado la detonación controlada de diverso material explosivo intervenido en diversas actuaciones policiales. Más concretamente la Especialidad TEDAX-NRBQ y la Unidad de Medios Aéreos de esta Jefatura, durante la jornada del pasado 7 de octubre llevaron a cabo la destrucción de un total de 39 extintores intervenidos y una carcasa de pirotecnia disparada en las pasadas Fiestas de San Mateo.

Un total de 39 extintores entregados por la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de La Rioja. En fecha 29 de junio se hicieron unas pruebas sobre 3 de estos extintores para perfeccionar el método más idóneo para su neutralización. Tras estos ensayos, y aunque es posible el desmontaje de los mismos y separar los diferentes componentes, se consideró más adecuado su neutralización por una explosión controlada y así poder estudiar los efectos que produce cuando se utiliza para sofocar incendios forestales. Se hicieron varias pruebas empleando diferentes cantidades de extintores de explosión y en diferentes disposiciones, en línea, en zigzag, con activaciones simultáneas o secuenciadas, etc.

En estas pruebas también se pudieron tomar medidas de la zona cubierta por el agua que es proyectada, de los tamaños de los fragmentos del envase, distancia que alcanzan, velocidad aproximada de los mismos, tiempo de consumo de la mecha del artificio, etc. Con esta información obtenida de forma empírica se pueden valorar mejor los riesgos para el personal que tenga que manipularlos.

Posteriormente, se destruyó una carcasa pirotécnica disparada en las pasadas fiestas de San Mateo, la cual no llegó a explosionar. Solo había funcionado una parte de la misma, concretamente la que contiene la carga de proyección que es la que la dispara desde el mortero, pero no la que genera los efectos de luz y sonido. Pero de haber funcionado podría haber resultado de gran peligrosidad para la ciudadanía.

Esta carcasa fue localizada y entregada por los miembros de Protección Civil del Ayuntamiento de Logroño. La carcasa pirotécnica tenía un peso de 1.350 gramos y un diámetro de 150 milímetros. Para su neutralización se procedió a su desmontaje, separando sus diferentes componentes y se realizó una explosión con los mismos de manera controlada.

En estas destrucciones se contó con la colaboración de personal y un vehículo tipo ambulancia de Cruz Roja.